
Una taza de café por la mañana, una dieta extrema o incluso un periodo prolongado de estrés podrían afectar el colesterol más de lo que suele imaginarse.
Aunque el colesterol elevado se relaciona comúnmente con hábitos alimentarios poco saludables o un estilo de vida sedentario, existen otros factores cotidianos que pueden provocar aumentos repentinos en los niveles de lípidos en sangre, con implicancias directas en la salud cardiovascular.
El colesterol es una sustancia similar a la grasa que el cuerpo necesita para producir membranas celulares, vitamina D y ciertas hormonas esenciales.
El hígado genera de forma natural todo el colesterol necesario, pero algunas condiciones y comportamientos pueden alterar ese equilibrio.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), un nivel de colesterol total de 200 miligramos por decilitro (mg/dl) o más se considera alto, mientras que valores inferiores indican un rango saludable. Una elevación repentina podría anticipar complicaciones si no se detecta a tiempo.
El consumo habitual de café suele vincularse con beneficios como mayor energía y concentración. Sin embargo, beberlo en grandes cantidades podría tener un impacto inesperado en el colesterol.
Un estudio publicado en 2023 identificó una asociación entre el consumo de cuatro tazas diarias de café y un aumento tanto del colesterol total como del colesterol LDL, conocido como “malo”.

El tipo de café también influye. Una investigación de 2018 señaló que las bebidas a base de espresso, por su mayor concentración de diterpenos, elevan más rápidamente los niveles de colesterol en comparación con el café filtrado o instantáneo. Para reducir el riesgo, especialistas recomiendan limitar el consumo de bebidas preparadas con espresso.
El estrés sostenido no solo afecta el bienestar emocional, sino también los niveles de colesterol. Según un informe de Physiological Reports citado por Healthline, el estrés puede elevar el colesterol LDL y total debido a un aumento en la hormona cortisol.
Este mecanismo fisiológico hace que situaciones de alta tensión emocional repercutan directamente en el sistema cardiovascular. Técnicas como la meditación, el ejercicio regular y la respiración guiada pueden resultar útiles para mantener el colesterol bajo control.
Fumar cigarrillos impacta de forma directa en el perfil lipídico. La nicotina, presente en los productos de tabaco, reduce el colesterol HDL, conocido como “bueno”, encargado de eliminar el colesterol LDL del organismo.

Esta disminución favorece la acumulación de placa en las arterias, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas. Las recomendaciones médicas apuntan a evitar o abandonar por completo el consumo de tabaco.
Ciertos medicamentos recetados pueden inducir aumentos en los niveles de colesterol por su impacto en el metabolismo de las grasas.
Entre los más frecuentes se encuentran diuréticos, inmunosupresores, antivirales, anticonvulsivos, interferones y retinoides. Algunos fármacos, como los antipsicóticos, también pueden afectar el colesterol de manera indirecta al favorecer el aumento de peso.
En tratamientos prolongados, se recomienda consultar con profesionales de la salud para evaluar alternativas con menor impacto en el perfil lipídico.
Durante el embarazo, es habitual que el colesterol se eleve entre un 30% y un 40%, ya que cumple un rol fundamental en el desarrollo fetal.
Healthline indicó que este fenómeno se relaciona con el incremento de hormonas como estrógeno, progesterona y lactógeno placentario, además de una mayor resistencia a la insulina.

Aunque se trata de una respuesta biológica esperada, en algunos casos puede presentarse hipercolesterolemia gestacional, que requiere seguimiento médico para evitar complicaciones.
La pérdida de peso acelerada, especialmente mediante dietas muy bajas en calorías o regímenes cetogénicos, puede provocar aumentos temporales del colesterol LDL.
Un estudio documentó que un grupo de personas que redujeron su peso de forma drástica experimentaron incrementos notables en el colesterol antes de estabilizarlo posteriormente.
Investigadores atribuyen esta reacción a cambios metabólicos producidos cuando el cuerpo moviliza con rapidez sus reservas de grasa. Se recomienda optar por planes de adelgazamiento progresivos, supervisados por profesionales de la salud.
El colesterol elevado de forma sostenida incrementa el riesgo de eventos cardiovasculares como infartos o accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, los aumentos repentinos también pueden advertir sobre hábitos o condiciones que requieren atención médica.
La única forma de detectar un incremento en los niveles de colesterol es mediante un análisis de sangre. Según Healthline, si los niveles de colesterol aumentaron rápidamente, es fundamental que se tomen medidas para reducirlos y evitar niveles altos crónicos.
Mantener una vigilancia regular sobre los factores de riesgo y consultar con especialistas ante cualquier cambio es clave para prevenir consecuencias a largo plazo.