
Más de 14 millones de acres de bosques han sido consumidos por 3.345 incendios en Canadá durante 2025, una cifra que duplica el promedio de la última década y que, según las autoridades, mantiene más de 50 focos fuera de control.
Este fenómeno, lejos de limitarse a las fronteras canadienses, ha tenido un impacto directo en la vida cotidiana de Nueva York, donde el humo de estos incendios ha provocado una nueva alerta de calidad del aire, según informaron el Departamento de Conservación Ambiental y el Departamento de Salud estatales.
La advertencia, que abarca los cinco distritos de la ciudad, Long Island, el Valle Inferior y Superior del Hudson y los Adirondacks, responde a la llegada de partículas finas (PM2.5) que han elevado el índice de calidad del aire por encima de 100.

El umbral es considerado peligroso para grupos vulnerables como niños, adultos mayores y personas con enfermedades cardíacas o pulmonares.
Las autoridades han recomendado a los residentes permanecer en sus hogares y evitar cualquier esfuerzo físico al aire libre, ya que la exposición a estas partículas puede provocar irritación ocular, nasal y de garganta, así como tos, estornudos y dificultad respiratoria. Además, quienes padecen asma o afecciones cardíacas corren un riesgo mayor de sufrir complicaciones.

La alerta, que se mantendrá vigente hasta el domingo, representa la última manifestación de un problema que ha afectado de forma recurrente a la ciudad durante el año.
En junio, una situación similar obligó a emitir advertencias por contaminación de ozono y neblina, también originadas por incendios forestales en Canadá, lo que activó protocolos de emergencia en toda el área triestatal.
Según los datos oficiales, la magnitud de los incendios canadienses en 2025 ha superado ampliamente los registros históricos, lo que ha intensificado la frecuencia y severidad de estos episodios de contaminación transfronteriza.

A la crisis ambiental se suma una serie de fenómenos meteorológicos adversos que han puesto en alerta a la población de Nueva York. El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido una advertencia de calor extremo para la mayor parte del área triestatal, con temperaturas máximas previstas entre 38 y 40.5 ℃ (100 a 105 ℉).
Las autoridades han instado a los ciudadanos a buscar refugio en zonas elevadas durante lluvias intensas, evitar permanecer en sótanos y extremar precauciones al desplazarse por la ciudad, especialmente ante el riesgo de inundaciones y descargas eléctricas.
El mismo organismo ha publicado un aviso de tormenta severa hasta las 21:00 horas, tras detectar el desarrollo de sistemas tormentosos al norte de la región desde las 13:45.
Se prevé que estas tormentas se intensifiquen y se desplacen por la zona durante la noche, con ráfagas de viento como principal amenaza, aunque no se descartan episodios de granizo y relámpagos frecuentes. De forma simultánea, se mantiene un aviso de calidad del aire para el área metropolitana de Nueva York y Long Island, vigente desde las 11:00 hasta las 23:00.

La ciudad de Nueva York, la más poblada de Estados Unidos y una de las mayores del mundo, se sitúa en la costa atlántica del noreste estadounidense. Su clima, catalogado como continental húmedo, se caracteriza por inviernos fríos, veranos calurosos y precipitaciones moderadas distribuidas a lo largo del año, que se manifiestan como tormentas en verano y nieve en invierno.
La proximidad al océano Atlántico modera las temperaturas extremas, suavizando tanto los inviernos como los veranos. Los meses más fríos se concentran entre diciembre y marzo, mientras que el calor alcanza su punto máximo entre julio y agosto.