“No hay otra industria donde una mujer sea considerada ‘acabada’ a los 35”, afirmó Jennifer Kaytin Robinson, directora y guionista de la nueva entrega de “Sé lo que hicieron el verano pasado”. Su declaración expuso sin rodeos el sesgo persistente en Hollywood y sirve de antesala para el regreso de Jennifer Love Hewitt al papel que la hizo leyenda.
La actriz retoma, después de una década lejos del cine, su personaje más icónico en una franquicia que la catapultó en los años 90 y regresa bajo la sombra de los prejuicios de la industria, junto al escrutinio hacia la edad y el físico femenino.
El esperado retorno de Hewitt a la saga no solo marca la vuelta de una figura emblemática de la cultura pop, sino que pone de relieve las cicatrices del sexismo en el espectáculo. En diálogo con Vulture, la artista reconoció que la presión mediática y el trato sexista que sufrió en sus años de mayor popularidad casi la hacen rechazar el reto.
“Lo único que me preocupaba era lo que la gente iba a decir sobre lo mayor que me vería en comparación con cuando tenía 18 años”, confesó, dejando ver el alcance real que tiene todavía hoy la vigilancia sobre la apariencia de las mujeres.

La nueva película, escrita y dirigida por Robinson, relanza al personaje Julie James, ahora reconvertida en profesora universitaria que da clases sobre trastorno de estrés postraumático. Freddie Prinze Jr. también vuelve al relato, y Sarah Michelle Gellar, amiga de la protagonista en el filme original, es evocada en la trama.
Desde su nuevo rol, Hewitt se enfrenta abiertamente a la policía por manipulación psicológica a la comunidad, mientras una nueva generación —interpretada por Chase Sui Wonders, Madelyn Cline, Sarah Pidgeon, Tyriq Withers y Jonah Hauer-King— repite, con fatales consecuencias, el error del pasado.
El regreso no fue una decisión sencilla para Hewitt, quien necesitó el aliento del círculo íntimo incluso en la víspera del rodaje. “Literalmente hasta la última noche antes de filmar, mis amigos me decían: ‘Sabes que mañana tienes que ir, ¿verdad?’”, compartió. Su ansiedad giraba en torno a la reacción del público sobre su edad: “Eso era literalmente lo único que me preocupaba”.
Desde sus primeros trabajos en comerciales e infancias mediáticas, Hewitt se vio sometida a una cosificación precoz y constante. “Antes de saber lo que era el sexo, ya era un símbolo sexual“, relató en la entrevista exclusiva para Vulture.
La cobertura mediática, plagada de alusiones físicas, la acompañó durante toda su adolescencia y juventud. Diversos titulares y frases marcaron aquella etapa: “No está claro, exactamente, qué puede hacer Jennifer Love Hewitt además de inspirar a legiones de chicos a mirar glandularmente el póster de la película…”, escribió Baltimore Sun.
Otro medio describía la experiencia de entrevistarla como “sentirse un poco como un viejo verde”; y el Fort Worth Star-Telegram remarcó: “Tiene algunas cosas a su favor, ninguna de las cuales tiene mucho que ver con la actuación. También tiene esa cara y ese cuerpo, que la película encuentra excusas para mostrar en bikini”.
En retrospectiva, Hewitt admite que entonces no valoró el daño, pero que el impacto de documentales como “Framing Britney Spears” le resultó revelador: “Cuando empecé a verlo, pensé: ‘Oh, a mí me hablaban así’. Empecé a llorar por ella. Y luego me di cuenta de que estaba llorando por mí”.

Pese al éxito y la fama, Hewitt no pudo escapar del encasillamiento: intentó definirse como “nerd” o “torpe”, combatir la atención con humor y buscar una valoración profesional en un ambiente hostil. “Trabajé duro en esa película. Quería ser una buena actriz y estaba tratando de superar la conversación sobre mi cuerpo”, recordó, refiriéndose a su paso por la saga.
Para aceptar el regreso, la actriz puso como condición que Julie James reflejara su propia evolución. Junto a Robinson y su estilista, idearon un vestuario sobrio —camisetas vintage, blazers, jeans— para transmitir seguridad sin sexualización. “Fue muy sanador”, declaró. Además bromeó: “Nadie va a estar hablando de mis pechos. ‘¿Quieres que te los enseñe? Están aquí abajo’”, haciendo referencia a sus vestimentas del pasado.
El regreso de Jennifer Love Hewitt simboliza la posibilidad de reconstruirse frente a una industria que, poco a poco, comienza a reconocer la experiencia y autenticidad. Orgullosa de pertenecer a la generación de actores de los años 90 que siguen vigentes, concluyó: “Somos pequeños caballos de carrera constantes, y no puedes deshacerte de nosotros. Somos una raza especial”.
Actualmente, el foco, según declaró, vuelve a estar en su trabajo: la conversación gira en torno a su actuación y no a su aspecto físico. Su esperanza es que esta nueva etapa sea el inicio de un ciclo donde el valor de la longevidad artística y la honestidad supere a los viejos prejuicios.