
Los pisos de madera destacan por su durabilidad y su capacidad para agregar valor y calidez a los espacios. La variedad de maderas, diseños y tonos convierte a este material en una opción atemporal capaz de adaptarse a diversos estilos de vivienda.
Sin embargo, el uso diario y la limpieza indebida pueden provocar arañazos, opacidad y desgaste, afectando el lustre y la apariencia del acabado. Por tal motivo, Real Simple brindó consejos sobre limpieza, abrillantado y cuidado profesional.
El primer método recomendado consiste en una limpieza profunda, como sugieren fuentes especializadas como Better Homes & Gardens. Es importante retirar todos los objetos y muebles de la superficie para facilitar el acceso a cada rincón. Se debe utilizar un paño de microfibra ligeramente húmedo para quitar el polvo y la suciedad superficial.
Es fundamental enjuagar y escurrir bien el trapeador cada vez que se ensucie, ya que un utensilio sucio solo redistribuye la mugre. Después, se prepara una solución con agua tibia y un limpiador específico para madera, siempre siguiendo las indicaciones del producto.

El trapeador se debe sumergir y escurrir hasta que quede apenas húmedo, y limpiar por áreas pequeñas, enjuagando el utensilio con frecuencia. Al finalizar, se recomienda pasar un paño de microfibra limpio y seco para pulir la superficie y devolverle el brillo.
Después de limpiar, el pulido y abrillantado ayudan a restaurar la luminosidad del piso. De acuerdo con Real Simple, el uso de pulimento o cera para madera rellena microarañazos y mejora el aspecto general.
Antes de aplicar algún producto, hay que identificar el tipo de acabado del piso: si al colocar gotas de agua en una zona poco visible aparecen manchas blancas, se trata de acabado de cera; si el agua permanece, el piso tiene sellador de poliuretano.
En ese sentido, los pisos sellados requieren pulimentos a base de agua y los encerados, productos de cera específicos.

El pulimento se aplica en una capa uniforme, según las indicaciones del fabricante, y siempre evitando las vetas de la madera. Luego de que el producto seque, es conveniente pulir la superficie usando una mopa de microfibra, un paño o una pulidora rotativa, la cual puede adquirirse o alquilarse.
Se recomienda trabajar por zonas y evitar el tránsito durante al menos 24 horas para un secado óptimo.
Cuando el daño, desgaste o la decoloración son severos, el método más efectivo es lijar y sellar. Según The Spruce, este proceso puede realizarse profesionalmente o por cuenta propia, siempre que se cuente con el equipo adecuado.

Se utiliza una lijadora con bolsa de vacío para eliminar la capa superficial junto con arañazos, restos de pulimento y el acabado anterior. Luego se puede optar por teñir el piso, seleccionando el color deseado y probando primero en una pequeña sección.
El paso final consiste en aplicar un sellador de poliuretano, disponible en acabados satinado, semibrillo o alto brillo. Si se ejecuta correctamente, este tratamiento puede mantener los pisos en óptimas condiciones durante una década o más.
Conservar el brillo y la integridad de los pisos de madera exige hábitos sencillos. Es recomendable emplear aspiradoras para alfombras sin varilla batidora, ya que así se evita generar microarañazos. Una mopa de microfibra húmeda es eficaz para retirar el polvo.
Colocar felpudos en las entradas impide que suciedad y arena rayen la superficie, y conviene limpiar debajo de los felpudos semanalmente. Quitar los zapatos, especialmente los de tacón alto, reduce el riesgo de marcas visibles. Solo deben utilizarse productos de limpieza aptos para madera, evitando fórmulas con amoníaco, lejía, vinagre sin diluir y utensilios abrasivos, como estropajos metálicos.

Un consejo simple y efectivo, destacado por publicaciones como Real Simple y Better Homes & Gardens, es colocar protectores de fieltro bajo las patas de los muebles. Este detalle contribuye a preservar la superficie y favorece que los pisos de madera mantengan un aspecto renovado durante más tiempo.