Atentado contra Miguel Uribe, la cara de la violencia política azuzada por el narcotráfico y la polarización

hace 7 horas 2

Uribe Turbay, miembro del partido de derecha Centro Democrático y fuerte crítico de Petro, recibió dos impactos de balas en la cabeza y uno en el muslo izquierdo cuando se encontraba en un mitin político improvisado en una zona cercana al Aeropuerto Internacional El Dorado.

Para la tarde de este domingo, el estado del senador de 39 años de edad es de "máxima gravedad" con pronóstico "reservado" mientras permanece en "cuidados intensivos", luego de que fuera sometido a dos procedimientos quirúrgicos, según el segundo parte médico, ofrecido por la Fundación Santa Fe de Bogotá, uno de los centros de salud más prestigiosos de Colombia.

Si bien Colombia se ha caracterizado por la violencia, principalmente a raíz del conflicto armado que vive desde hace más de seis décadas con los grupos guerrilleros y paramilitares al noreste del país, los magnicidios habían sufrido una aparente "pausa" desde el sicariato de Carlos Pizarro Leóngómez, candidato de la Alianza Democrática M-19, el 8 de marzo de 1990.

"La situación en Colombia en cuanto a magnicidios había pausado, pero la realidad es que la violencia ha retornado a Colombia de manera espectacular. Colombia está hoy pasando por un momento de extraordinaria violencia, quizás una violencia no vista desde la guerra contra las FARC (entre 1988 y 2002), de los peores momentos", explica el politólogo Eduardo Gamarra, especialista en relaciones internacionales y profesor de la Universidad de Florida, en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.

Menciona, por ejemplo, que en la Colombia rural, especialmente en las zonas fronterizas con Venezuela, operan grupos paramilitares, guerrilleros y de narcotraficantes que "han vuelto a crear zozobra" en toda la nación cafetera, generando un escenario de "violencia extraordinaria", con campañas de asesinatos de policías y líderes sindicales. Entre 2023 y 2024 al menos 11 sindicalistas fueron asesinados, según cifras de la Confederación Sindical Internacional.

"Este ha sido un poco el patrón. Ese tipo de violencia social inevitablemente termina con un magnicidio, termina con una muerte de un candidato político importante (...) Colombia parecía haber superado este patrón tan horrible, pero estamos desafortunadamente otra vez en este ciclo", señala.

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| URGENTE: Este es el momento EXACTO donde le disparan por la espalda, directamente en la cabeza al senador y candidato presidencial de derecha Miguel Uribe Turbay. Estaba totalmente desprotegido por la espalda. Su esquema de seguridad falló completamente. pic.twitter.com/rdOeZXw9os

— Eduardo Menoni (@eduardomenoni) June 8, 2025

Conjugación de varios factores

El recrudecimiento de la violencia política en Colombia, de acuerdo con Gamarra, se debe a la conjugación de varios factores. Una de las principales causas, a su juicio, es que Colombia es el principal productor de drogas, con al menos 300,000 hectáreas de coca, y encabeza la exportación de cocaína a Estados Unidos, que es actualmente, incluso mayor que "en el peor momento de Pablo Escobar".

"Hoy nos llega a Estados Unidos más droga, más cocaína colombiana que durante la época de Pablo Escobar. Ese es el gran y serio problema de la comercialización de la droga, que acelera la violencia, porque como es una industria ilícita, el combate contra ella hace que sea violenta", precisa.

A esto, se le suman las pugnas entre los grupos irregulares y organizaciones criminales por el monopolio de la droga que, a su juicio, hace que la situación sea "extraordinariamente violenta".

"Estos guerrilleros en Colombia, ELN, las FARC o los paramilitares, todos están involucrados en el narcotráfico. Ese es un muy serio problema que hemos tratado de combatir en diferentes formas y sin éxito alguno, y esto sólo va a empeorar", apunta.

Pese a que la expansión del narcotráfico colombiano es una tendencia de larga data, el analista considera que el significativo aumento de su producción y exportación se debe a las "concesiones" hechas por el gobierno de Juan Manuel Santos (2010 - 2018) a las FARC, que desde los 80 habían pasado de ser una organización que luchaba por reivindicaciones sociales a una criminal, en el marco de las negociaciones de paz.

"Se negoció con las FARC como si fueran todavía un grupo de reivindicaciones sociales, y ese proceso de paz les dio muchísimas concesiones, particularmente a grupos armados, que si bien había una desmovilización y una entrega de armas, se hicieron cosas como la erradicación de cocales, que se prohibió la fumigación (...) El hecho de que no se fumigó hizo que la siembra de coca llegó de niveles históricamente bajos, entre 2011 - 2012, a los que tenemos hoy", indica.

Esto, además, fue acompañado de los "acuerdos de paz" con grupos irregulares que prometieron la desmovilización y su renuncia al negocio de la droga, para eventualmente regresar "a la coca y, peor aún, a la cocaína".

"Lo peor es que el presidente Petro aceleró el proceso, entrando en primer lugar con la idea de que había que legalizar la cocaína y que había que negociar con el ELN y con grupos de narcotraficantes, como si fueran grupos de sindicalistas (...) Al final, terminaron con el tema del Catatumbo (con los ataques registrados a inicios de año)", subraya.

Discurso "incendiario" de Petro

Otro factor que, en opinión de Gamarra, ha influido al creciente escenario de violencia en Colombia ha sido la crisis creada por el régimen de Maduro, que llevó al país cafetero a recibir una migración sin precedentes de más de dos millones de venezolanos, entre ellos criminales y pandilleros, miembros de la organización del crimen transnacional Tren de Aragua.

"La mayoría de los inmigrantes venezolanos son personas buenas, pero quizás Colombia es el país que más recibió pandilleros venezolanos", señala.

La violencia política también se vería azuzada por el presidente Petro, quien desde su llegada a la Casa de Nariño ha recurrido a un "discurso incendiario" que ha exacerbado la polarización colombiana.

Casualmente, el 5 de junio, dos días antes del ataque a Uribe Turbay, Petro se refería a él como el "nieto de un expresidente que ordenó la tortura de 10,000", en alusión a su abuelo, Julio César Turbay Ayala, líder del Partido Liberal y presidente de Colombia entre 1978 y 1982.

A su juicio, en lugar de recurrir a discursos de odio, clasismos y politizados, que incluyen en la exacerbación de la polarización de una Colombia en la que "una pequeña chispa genera un incendio", Petro debería optar por una política de conciliación. "Los presidentes no deben ser incendiarios. Los presidentes son bomberos, no son piromaníacos", puntualiza.

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¡Dios mio¡ ¿el nieto de un presidente que ordenó la tortura de 10.000 colombianos, hablando de ruptura institucional? https://t.co/Z8fIyckdBI

— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 5, 2025

Impacto del atentado

Gamarra estima que el atentado en contra de Uribe Turbay, quien sigue "luchando por su vida" según palabras de su esposa, María Claudia Tarazona, tendrá un fuerte impacto en el panorama político actual, en el que existen denuncia de intento de golpe de Estado por parte de Petro, en su intención de imponer una consulta popular rechazada dos veces por el Senado colombiano.

"Afecta el panorama político de manera muy negativa y probablemente tendrá un impacto en el intento de Petro de llegar al referéndum sí o sí", indica el analista, aunque considera que es "muy prematuro" determinar cuál será que curso que efectivamente la iniciativa del líder izquierdista, que insiste en aplicar en Colombia la reformas socialistas implementadas por las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

"Estamos ya en un año electoral y este año electoral va a ser extraordinariamente duro, muy duro, particularmente por ahora, peor por lo que le pasó a Miguel Uribe Turbay (...) Estamos ingresando a un momento extraordinariamente complicado para Colombia", advierte.

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