
¿Pueden los baños desintoxicantes de pies eliminar toxinas del cuerpo? Esta es una pregunta que ha surgido con fuerza en los últimos años debido al creciente interés y a la popularidad mundial de estos tratamientos.
Sin embargo, la visión de instituciones médicas como Cleveland Clinic y de especialistas como Melissa Young , médica funcional del instituto difiere de lo que prometen muchos testimonios en internet. Su postura invita a mirar más allá de la publicidad y las experiencias compartidas, enfocándose en los fundamentos y en lo que realmente aportan estos procedimientos.
Estos tratamientos se presentan como una terapia que pretende extraer toxinas del organismo mediante la inmersión de los pies en una bañera con agua tibia, conectada a un dispositivo ionizador. Este aparato emite una corriente eléctrica de bajo voltaje que, según sus defensores, carga los átomos de las moléculas de agua.
Afirman que estos átomos cargados actúan como imanes, atrayendo y neutralizando impurezas del cuerpo, que supuestamente se eliminan a través de la piel de los pies.
El atractivo de los tratamientos no solo reside en sus promesas, sino en la experiencia visual: durante la sesión, el agua suele cambiar de color. Este cambio se presenta como una prueba de la eliminación de toxinas.

Cleveland Clinic advierte que esa transformación tiene una explicación más sencilla. Las impurezas presentes en el agua del grifo reaccionan al proceso de ionización y el metal corroído del propio dispositivo contribuye al cambio de color. Abundan vídeos en internet que muestran cómo el agua se tiñe incluso sin la presencia de los pies.
A pesar de la falta de pruebas, los baños iónicos de pies han alcanzado notable popularidad y pueden implicar un gasto considerable.
La Dra. Young subraya que la investigación sobre los baños iónicos de pies es escasa y no apoya las afirmaciones de sus defensores.
Uno de los estudios más citados concluyó: “No se encontró evidencia que sugiera que los baños de pies iónicos ayuden a promover la eliminación de elementos tóxicos del cuerpo”. Adicionalmente, Cleveland Clinic recalca que estos sistemas no están reconocidos como dispositivos médicos para tratar o prevenir problemas de salud. “Desde una perspectiva científica, no hay ninguna investigación legítima que respalde las afirmaciones”, explicó la especialista.

Aunque los testimonios de usuarios abundan en foros y sitios web —donde se relatan experiencias transformadoras—, la Dra. Young reconoce que “muchas personas adoran los baños de pies iónicos y creen obtener beneficios”, pero insiste: no existe investigación válida que los respalde.
En cuanto a la seguridad, la mayoría de las personas no enfrenta riesgos graves al probar un baño desintoxicante de pies, aparte del impacto económico. La Dra. Young advierte que ciertos grupos deben evitar estos tratamientos. Quienes presentan llagas abiertas en los pies presentan un mayor riesgo de infección. Pacientes con marcapasos u otros dispositivos eléctricos implantados podrían ver afectados sus equipos por la corriente eléctrica.
Las personas con neuropatía diabética pueden exponerse a lesiones, pues pueden no percibir si el agua está demasiado caliente. Además, suelen desaconsejarse en niños y mujeres embarazadas.
Quienes desean eliminar toxinas pueden optar por alternativas respaldadas por la investigación médica. La Dra. Young recomienda beber abundante agua, seguir una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales —como la dieta mediterránea—, mantener una evacuación intestinal regular y realizar ejercicio físico para favorecer la sudoración. Estas prácticas contribuyen de forma natural a la depuración del organismo.

Adoptar hábitos saludables y sostenibles es la vía más eficaz para cuidar el cuerpo, más allá de las soluciones rápidas o los tratamientos costosos carentes de respaldo científico.