Brote de sarampión: quiénes deben vacunarse y dónde se aplican las dosis

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Desde marzo, Argentina enfrenta un brote de sarampión con epicentro en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Las autoridades sanitarias lanzaron una campaña de vacunación focalizada, ante el bajo nivel de cobertura en la población infantil.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, menos de un cuarto de los niños y niñas incluidos en la estrategia recibieron la dosis adicional.

Hasta la fecha, se confirmaron 32 casos de sarampión dentro de un total de 2.038 notificaciones compatibles con Enfermedad Febril Exantemática (EFE). Los diagnósticos se concentraron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires y la provincia de San Luis.

El Ministerio de Salud de la Nación indicó que la población objetivo de la campaña que busca contener la transmisión comunitaria y reforzar el sistema de vigilancia epidemiológica alcanza a 620.000 niños y niñas de entre 6 meses y 4 años que residen en la región del AMBA.

A pesar de que las autoridades sanitarias proyectaron una cobertura total en ocho semanas, advirtió la cartera de Salud, los registros muestran un avance dispar. El promedio general se ubica en 20,4%: la ciudad de Buenos Aires alcanzó el 21,5% y la provincia, el 20,2%.

Entre los municipios con menor cobertura se encuentran José C. Paz, Merlo, Marcos Paz y La Matanza, con menos del 16% de la población objetivo vacunada. En cambio, Luján, Exaltación de la Cruz y Lanús superaron el 30%, mientras que Brandsen llegó al 42% y General Las Heras, al 52%.

En ese contexto, consultado por Infobae, el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253), vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Vacunología advirtió: “La gravedad del sarampión en la Argentina es extrema, es uno de los países del mundo con mayor cantidad de casos por habitante en la era postvacunación”. También cuestionó la baja respuesta social frente a la estrategia de vacunación: “Es algo que realmente no se comprende cómo solamente el 20% de los niños se han vacunado en esta campaña, ¿por qué no se vacunó el 80% restante de la población objetivo?

El sarampión es una enfermedad viral exantemática que puede afectar a personas de todas las edades. Su gravedad aumenta en menores de 5 años y en personas desnutridas, en quienes puede provocar complicaciones respiratorias y neurológicas, incluso años después del episodio agudo. La enfermedad no cuenta con tratamiento antiviral específico.

Durante el período de infección, una persona puede contagiar a entre 16 y 18 individuos. El virus se transmite por vía aérea y puede permanecer activo en el ambiente hasta por dos horas. Según el Ministerio de Salud, la vacuna reduce en un 95% la probabilidad de enfermar.

Debbag remarcó que el sarampión no debe subestimarse por su carácter agudo: “Uno de cada 20 niños menores de 5 años con sarampión desarrolla neumonía, uno cada 1.000 va a tener encefalitis y hasta tres de cada 1.000 niños puede fallecer por sarampión. Además, los niños que se recuperan del sarampión tienen mayor probabilidad de tener encefalitis postinfecciosa a los 30 o a los 35 años de haber tenido la enfermedad”.

covid, pandemia, epidemia, contagio, proteccióncovid, pandemia, epidemia, contagio, protección y salud, biología e investigación, medicina, cuidado, efectos adversos, infecciones - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El Ministerio de Salud definió los grupos incluidos en la estrategia de vacunación en el contexto del brote en el AMBA. Las indicaciones varían según edad, esquema previo y lugar de residencia:

  • De 6 a 11 meses: deben recibir una dosis de vacuna doble viral (dosis cero), si residen en el AMBA.
  • De 12 meses: deben recibir la dosis correspondiente del Calendario Nacional de Vacunación (triple viral) y, un mes después, una dosis adicional en el marco de la campaña de control de brote.
  • De 13 meses a 4 años y 11 meses: deben recibir una dosis adicional de vacuna doble viral.
  • Niños de 5 años: deben recibir la dosis de triple viral establecida por el calendario nacional.
  • Niños de 13 meses o más sin ninguna dosis previa: deben iniciar esquema con una dosis de triple viral y una segunda de doble viral con 28 días de diferencia.
  • Personal de salud: debe acreditar dos dosis aplicadas después del primer año de vida o contar con serología IgG positiva para sarampión y rubéola.

Las personas nacidas antes de 1965 se consideran protegidas y no deben vacunarse.

Las autoridades remarcaron que las dosis aplicadas en la campaña no reemplazan las previstas en el Calendario Nacional de Vacunación. Los niños y niñas que reciben una dosis de doble viral por estrategia de brote deben completar su esquema con las dosis de triple viral indicadas a los 12 meses y a los 5 años.

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Las jurisdicciones implementaron distintos dispositivos para mejorar el acceso a la vacunación.

En la provincia de Buenos Aires, se realizan jornadas de vacunación en contraturno en todos los municipios del AMBA. También se incorporó una capacitación obligatoria para el personal de salud, orientada a mejorar la detección de casos sospechosos en las guardias y reforzar las acciones de prevención.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se reforzaron los vacunatorios en hospitales públicos durante los fines de semana y se instaló una unidad sanitaria móvil en zonas de alto tránsito. Además, se realizan operativos en escuelas para verificar el estado de vacunación al ingreso escolar y se llevan adelante acciones de sensibilización en centros de salud barriales.

Debbag señaló que los bajos niveles de cobertura no se explican únicamente por desconfianza: “Podrá decir alguien que es por desconfianza a la vacuna y no es por desconfianza a la vacuna solamente. Las vacunas para que lleguen a quienes las necesitan dependen de múltiples factores”. Y detalló condiciones estructurales: “La vacuna tiene que estar disponible, los vacunatorios públicos y privados tienen que estar abiertos, tiene que haber campañas de vacunación en lugares públicos y también debe hacerse vacunación domiciliaria por cuadrículas en los municipios”.

(crédito Mayo Clinic)(crédito Mayo Clinic)

La Comisión para la Certificación de la Eliminación de la Circulación Endémica de Sarampión, Rubéola y Síndrome de Rubéola Congénita, convocada por el Ministerio de Salud, se encuentra revisando 500 casos aún no clasificados. El objetivo es cerrar la totalidad de las notificaciones y confirmar, mediante estudios clínicos, epidemiológicos y de laboratorio, cuáles corresponden efectivamente a sarampión.

Los casos confirmados se publican semanalmente en el Boletín Epidemiológico Nacional. Según la cartera sanitaria, esto no implica un incremento reciente de la circulación del virus, sino un ajuste retroactivo de los registros.

Frente a un caso sospechoso, el sistema de salud debe notificar al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) dentro de las 24 horas. La persona en contacto estrecho debe recibir la vacuna (triple o doble viral) en un plazo no mayor a 72 horas, o gammaglobulina antes de los seis días. Además, se recomienda implementar medidas de aislamiento inmediato y evitar el contacto con otras personas mientras dure la fase contagiosa.

La enfermedad febril exantemática es un evento de notificación obligatoria, sin importar el antecedente vacunal. Por lo tanto, debe reportarse con datos completos clínicos, epidemiológicos y de laboratorio.

(Imagen Ilustrativa Infobae)(Imagen Ilustrativa Infobae)

En un contexto de baja cobertura vacunal sostenida, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó sobre brotes de sarampión en distintos países de la región. Solo en 2025, se confirmaron 2.325 casos en América, incluyendo cuatro muertes (una en México y tres en Estados Unidos).

El ministro de Salud, Mario Lugones, reiteró el mensaje desde sus redes sociales: “¡Vacuná a tu hijo contra el sarampión ya!”. En su declaración, recordó que el Consejo Federal de Salud (COFESA) consensuó una estrategia de vacunación focalizada en las 24 jurisdicciones.

Para Debbag, la solución requiere una estrategia sólida de comunicación y confianza: “Se tiene que tener líderes que tengan credibilidad para poder transmitir el mensaje de la necesidad de vacunar y no confundir que si son vacunas dobles o triples: la vacuna antisarampionosa a partir de tal edad se tiene que dar”. Y agregó: “El Observatorio Mundial sobre Confianza en Vacunas demuestra que en la Argentina solo 50% de los adultos mayores de 18 años le creen a las autoridades sanitarias. Y el 80% de las personas creen en la recomendación del médico”.

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