
El Mustang, también conocido como caballo cimarrón, es considerado una de las razas más emblemáticas de Estados Unidos. Su fama no solo se debe a su aspecto imponente y a su espíritu “indomable”, sino también a la resistencia y fortaleza que lo distinguen de otros equinos.
A lo largo de la historia, este corcel ha estado ligado a la identidad del continente americano, pasando de ser un símbolo de libertad en los pastizales a convertirse en un ejemplar que ha sabido adaptarse a distintos contextos, incluidos los deportes ecuestres. Su carácter independiente, su capacidad de supervivencia y su belleza natural lo han colocado como una de las razas más admiradas.
En la actualidad, este tipo de equino sigue generando interés entre criadores y aficionados. Según Strathorn Farm, empresa especializada en caballos de alto rendimiento, “los caballos Mustang cuestan entre $500 y $12,000 dólares en EEUU. Estos precios varían según dónde se compren, su edad y su nivel de entrenamiento”.
De acuerdo con EQUSPADDOK, marca especializada en productos de equitación, “se trata de una de las razas ecuestres más conocidas en Estados Unidos”, con raíces que se remontan al siglo XVI. El linaje del Mustang se consolidó gracias al cruce de los caballos salvajes de América del Norte con ejemplares andaluces, árabes e hispanos que los colonizadores españoles introdujeron en el continente.
Con el paso de los siglos, la expansión de la agricultura y la reducción del hábitat natural pusieron en peligro su existencia. Incluso, durante el siglo XX estuvo al borde de la desaparición debido a la captura indiscriminada para labores agrícolas. Fue hasta finales de esa misma centuria que se aprobó la Ley de Protección de Caballos Salvajes y Burros, la cual aseguró su preservación.
Gracias a estas medidas, hoy se estima que existen alrededor de 100,000 Mustangs en libertad en los pastos del oeste estadounidense, además de otros que viven en refugios y reservas especialmente destinadas para su cuidado.

El Mustang se distingue por un porte fuerte y musculoso, producto de su vida en libertad. En promedio, mide entre 1.40 y 1.50 metros de altura, presenta una cabeza fina, ojos grandes y un cuerpo compacto y robusto. Su cuello es corto pero poderoso, mientras que la grupa se muestra amplia y marcada.
La variedad de colores en esta raza es amplia: negro azabache, castaño, rosillo (mezcla de blanco, negro y castaño), bayo (amarillento) o incluso blanco nieve. Esta diversidad se debe a los distintos cruces genéticos que dieron forma al actual Mustang.
En cuanto a su comportamiento, es un animal inteligente, vivo e independiente. Acostumbrado a vivir en manada, mantiene un temperamento desconfiado hacia los extraños, aunque con quienes logra establecer un vínculo demuestra lealtad y un fuerte instinto protector.
La resistencia es uno de los atributos más destacados de este equino. Su cuerpo bien desarrollado le permite soportar condiciones extremas de clima y escasez de alimento. Estas características lo han hecho apto para pruebas de larga distancia como el raid o el enduro, donde se pone a prueba la velocidad y la capacidad de recuperación.
No obstante, su carácter bravo y su dificultad para ser domesticado han limitado su participación en disciplinas clásicas de la hípica, como la doma o el salto. Para entrenar a un Mustang se requiere experiencia, paciencia y una relación de confianza entre jinete y animal. En este sentido, la monta sin silla es una práctica que suele adaptarse bien a su naturaleza libre.