"China hace hincapié en el derecho de Irán a tomar represalias y defenderse"

hace 3 horas 1

China acusó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de “echar leña al fuego” en el conflicto entre Israel e Irán, que estalló hace cinco días. Desde Pekín, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Guo Jiakun, subrayó que las amenazas y presiones “solo intensificarán y ampliarán el conflicto”.

Se refería a una publicación en redes sociales en la que Trump insistía en que los habitantes de Teherán debían abandonar la ciudad. Guo pidió a todas las partes implicadas tomar medidas inmediatas para calmar la situación.

Aunque Estados Unidos es el aliado más fuerte de Israel, Pekín y Teherán comparten estrechos lazos.

En una entrevista concedida a DW, William Figueroa, experto en las relaciones entre China y Oriente Medio, de la Universidad de Groninga, en Países Bajos, analiza cómo China ve el conflicto y qué papel podría desempeñar para rebajar las tensiones.

DW: ¿Cuál es la postura de China en el conflicto entre Irán e Israel?

William Figueroa: La reacción de China es muy similar a su postura sobre el conflicto palestino-israelí y la guerra en Gaza. Básicamente, China tiende a centrarse en dos aspectos: en primer lugar, culpa en gran medida a Israel y, en segundo, hace un llamamiento constante al diálogo, la negociación y la desescalada, en lugar de recurrir a la acción militar o la diplomacia coercitiva.

China hace hincapié en el derecho de Irán a tomar represalias y defenderse, especialmente en respuesta a los ataques israelíes.

¿Diría usted que, hasta ahora, China no ha estado implicada activamente en la situación?

No, y China tampoco cree que este sea un ámbito en el que pueda ejercer influencia. Los medios de comunicación estatales chinos apenas cubren el conflicto.

Esta postura refleja las limitaciones fundamentales de China: carece de capacidad de proyección de poder en la región y no es un actor clave en el sentido tradicional de la seguridad.

La verdadera ventaja competitiva de China en Oriente Medio radica en sus relaciones económicas y, ocasionalmente, en su capacidad para servir de puente diplomático.

Sin embargo, en este conflicto concreto, a Irán e Israel no les faltan canales de comunicación, simplemente no están dispuestos a hablar. Esto deja a China con muy poco margen de maniobra diplomática.

En años recientes, China se ha involucrado políticamente en Oriente Medio, sobre todo facilitando la reconciliación entre Arabia Saudí e Irán. ¿Cree que China intentará mediar también en el conflicto Irán-Israel?

China prefiere actuar como facilitadora de las negociaciones que se generen en la propia región. No dispone de las herramientas ni del estilo diplomático para ejercer presión de la forma en que podría hacerlo, por ejemplo, Estados Unidos.

El acuerdo entre Arabia Saudí e Irán fue una fruta al alcance de la mano que China estaba dispuesta a recoger: suponía un bajo coste y una alta recompensa política. Cualquier implicación en el conflicto Irán-Israel supondría lo contrario: un costo muy alto y un beneficio potencial muy bajo. No creo que China tenga ni la capacidad ni el incentivo para desempeñar un papel semejante.

Dada la dependencia china del petróleo de Oriente Medio, ¿cree que la actual situación suponga una amenaza para la seguridad energética del país asiático?

La situación plantea cierto riesgo para la seguridad energética de China. Sin embargo, no la calificaría de amenaza grave.

En la actualidad, Rusia es el mayor proveedor de petróleo de China, que también cuenta con importantes reservas nacionales de petróleo. Por tanto, aunque perder el acceso al petróleo iraní afectaría al suministro, no crearía una escasez crítica. Irán representa aproximadamente el 10 por ciento de las importaciones totales de petróleo de China.

China es el mayor comprador de petróleo iraní y su mayor socio comercial. ¿Podría esta relación económica dar a Pekín una influencia significativa sobre Irán?

No creo que a China le interese militarizar sus relaciones económicas.

Incluso si China tuviera una influencia significativa sobre Irán, sería muy difícil resolver esta cuestión en particular. Ningún país va a persuadir a Irán para que abandone su programa nuclear civil, y China ni siquiera apoya ese objetivo. Pekín cree que Irán tiene derecho a la energía nuclear civil.

Si el conflicto Irán-Israel se prolonga, existe la posibilidad de que Estados Unidos se vea más implicado en él. ¿Sería esto una ventaja estratégica para China?

Sí, creo que en general se consideraría beneficioso para China. De hecho, se trata de un argumento frecuente tanto en la corriente académica dominante como entre los comentaristas populares chinos. Suelen argumentar que la continua implicación militar norteamericana en Oriente Medio le consume recursos, tiempo y atención estratégica.

Desde la perspectiva china, una mayor implicación de Estados Unidos en los conflictos en esta región, probablemente se consideraría estratégicamente ventajosa.

Si el régimen iraní se derrumbara, ¿acogería China tranquilamente el vacío de poder?

No creo que China diera la bienvenida a tal escenario. Por lo general, se opone a los vacíos de poder y a las transiciones caóticas.

El comportamiento de China en el pasado sugiere que se enfocaría en esperar y ver, prefiriendo trabajar con quien surja como la próxima autoridad estable.

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