
Cinco ballenas han sido halladas muertas en las aguas de la Bahía de San Francisco en un lapso de menos de un mes, según confirmaron autoridades ambientales. Cuatro de los casos corresponden a ballenas grises y uno a una ballena minke que debió ser sacrificada por su grave estado de salud.
La más reciente fue localizada el 20 de abril cerca del museo USS Hornet en Alameda, donde la Guardia Costera de Estados Unidos reportó la presencia del cuerpo a la organización Marine Mammal Center, con sede en el condado de Marin. El hallazgo fue informado a USA TODAY por Giancarlo Rulli, portavoz de la organización, quien indicó que se trata de una hembra de ballena gris.
Las muertes coinciden con la temporada de migración anual de estos cetáceos, que viajan desde México hacia el Ártico entre marzo y mayo. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), este recorrido implica uno de los trayectos migratorios más extensos del reino animal, con más de 10.000 millas de recorrido por año.
Según datos del Marine Mammal Center y la California Academy of Sciences, el total de muertes registradas en la Bahía en lo que va del año asciende a cinco. Las primeras tres ballenas grises fueron encontradas entre el 30 de marzo y el 4 de abril. Posteriormente, el 7 de abril se detectó una ballena minke frente a Emeryville en estado grave. El animal fue sacrificado el 8 de abril tras presentar quemaduras solares severas, piel descamada y dificultad respiratoria, informó el Marine Mammal Center.
La ballena más reciente, una hembra gris, fue localizada el 20 de abril flotando cerca de Alameda. Su cuerpo fue remolcado a Angel Island State Park el 22 de abril para la realización de una necropsia, según indicó Rulli.

Tres necropsias realizadas previamente revelaron que dos ballenas grises no presentaban signos visibles de enfermedad o trauma, mientras que una mostraba seis fracturas vertebrales compatibles con un impacto con embarcaciones. Así lo confirmó Rulli en declaraciones a USA TODAY. La ballena minke sacrificada tampoco sobrevivió debido a su estado debilitado, posiblemente consecuencia de una larga exposición al sol y deshidratación.
Las autoridades ambientales mantienen abiertas otras líneas de investigación que incluyen la desnutrición y la exposición a contaminantes. Rulli explicó que los análisis post mortem buscan detectar signos de deficiencia nutricional, intoxicaciones por biotoxinas marinas o enfermedades infecciosas.
Antes de 2018, las ballenas solían evitar las aguas de la Bahía debido al tráfico marítimo intenso. Sin embargo, en los últimos años se ha observado que algunas ingresan al área y permanecen durante días o incluso semanas, explicó Rulli a USA TODAY. Según el Marine Mammal Center, esta conducta podría estar vinculada a la búsqueda de descanso o alimento, aunque no se descartan otros factores.
Michael Milstein, portavoz de la oficina regional de NOAA en la costa oeste, indicó que la entrada de los cetáceos a la bahía representa un riesgo debido a la cercanía con ferris y tanqueros. Algunas muertes podrían estar relacionadas con colisiones, como ya se ha evidenciado en necropsias anteriores.

La NOAA reportó que durante el invierno 2023-2024 la población estimada de ballenas grises fue de 19.260 ejemplares. No obstante, según Milstein, se espera una disminución en el conteo actual, el cual está en proceso de evaluación con base en observaciones en las lagunas de reproducción en México. Esta cifra representa una recuperación parcial respecto a los 14.500 ejemplares estimados en 2022-2023, pero sigue por debajo del máximo registrado de 27.000 en la temporada 2015-2016.
Entre 2019 y 2023, la población experimentó una disminución superior al 40%, según datos consolidados por la NOAA. Milstein recordó que los varamientos aumentan cuando las ballenas no logran acumular suficientes reservas alimenticias durante su estancia en el Ártico, lo que impide completar el ciclo migratorio.
La NOAA calificó como “evento de mortalidad inusual” el período comprendido entre 2018 y 2023, cuando se reportaron 690 varamientos de ballenas grises en América del Norte: 347 en Estados Unidos, 316 en México y 27 en Canadá. Una investigación realizada por NOAA y otras agencias concluyó que los factores predominantes fueron cambios en el ecosistema subártico y ártico, reducción de alimento disponible, disminución de nacimientos y un aumento en la mortalidad.
Las instituciones involucradas señalaron que las alteraciones en las zonas de alimentación fueron determinantes. El descenso en la disponibilidad de presas como kril y anfípodos se vinculó con el deterioro de las condiciones corporales de las ballenas y su posterior fallecimiento.

La NOAA, el Marine Mammal Center y la California Academy of Sciences continúan monitoreando la situación para identificar patrones y prevenir futuros decesos. Rulli indicó que las necropsias son fundamentales para comprender las causas de muerte y determinar si existe un resurgimiento del evento de mortalidad inusual.
Las autoridades recomiendan precaución a embarcaciones que circulan por la Bahía de San Francisco, y solicitan reportes inmediatos de cualquier avistamiento de cetáceos heridos o muertos. El análisis de estos casos contribuye a la evaluación de amenazas ambientales a largo plazo, señalaron fuentes del Marine Mammal Center.