El Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (Usopc) anunció este martes la prohibición de participación a las mujeres transgénero en deportes femeninos olímpicos, siguiendo con la orden directa del presidente Donald Trump a través de una orden ejecutiva firmada el pasado mes de febrero.
Un cambio en la Política de Seguridad de Deportistas fue la medida adoptada por el Usop para confirmar la prohibición, que busca proteger y brindar un entorno justo para la competencia.
“El Usopc está comprometido con la protección de las oportunidades para los deportistas que participan en el deporte y continuará colaborando con diversas partes interesadas con responsabilidades de supervisión, como el Comité Olímpico Internacional, el Comité Paralímpico Internacional y las federaciones nacionales, para garantizar que las mujeres tengan un entorno de competencia justo y seguro”, se lee en el texto.
Aunque el cambio no menciona directamente a las mujeres trans que buscan competir en el ciclo profesional estadounidense, sí aparece el número de la orden ejecutiva firmada por Trump a comienzos de año.
En aquella ocasión Trump ratificó su intención de que hombres y mujeres compitan por separado, además de reiterar que a su juicio solo existen dos géneros, el masculino y femenino, algo que lo acompañó durante toda su campaña política.
Competición de atletas transgénero, un debate frecuente en universidades de Estados Unidos
El tema que involucra a la comunidad transexual en el deporte ha sido bastante controvertido y polémico desde hace varios años en Estados Unidos. Mientras muchos intentan hacer valer los derechos de las personas trans y fomentan la inclusión de este tipo de atletas, otros han optado por regular o anular su participación en eventos y competencias profesionales.
El Comité Olímpico Internacional ya había explicado en 2024 que son las federaciones las responsables de las regulaciones de los atletas transgénero y que en el caso profesional “solo se debe regular la ventaja injusta”, por lo que algunos entes como las federaciones de Atletismo, Natación o Rugby, o la Asociación Profesional de Golf de Mujeres (LPGA) tomaron medidas al solo permitirles competir a aquellos que hicieron su cambio de sexo antes de desarrollarse en pubertad.

“Ningún atleta debe ser excluido de competir en base a una ventaja competitiva injusta no verificada, supuesta o percibida debido a sus variaciones sexuales, apariencia física y/o condición de transgénero. Se debe permitir que los atletas compitan, pero se debe regular la ventaja injusta“, dijo el COI.
Antes de la decisión de Trump, ya el impacto del debate había llegado a las universidades con la National Association of Intercollegiate Athletics (NAIA), segunda asociación universitaria más grande de Estados Unidos tras la principal NCAA (National Collegiate Athletic Association), prohibiendo la participación de deportistas transgénero en competiciones femeninas de Estados Unidos.
En un principio, la NCAA se negó a acatar la medida y permitió en 2022 que atletas transgénero participaran en sus competiciones, lo que hizo que estallaran polémicas que impactaron a Estados Unidos como el caso de Lia Thomas.
Sin embargo, coincidiendo con el decreto de Trump, en febrero la NCAA anuló su norma y ahora impide la participación de transgéneros en sus competencias universitarias.
Lia Thomas, el caso más sonado de atletas transgéneros en Estados Unidos
Lia Thomas ha sido la atleta que, quizás, ha sido más sacudida por la controversia de los deportistas transgéneros en Estados Unidos. Nacida como Will Thomas, lideró las competiciones colegiales como nadador hasta que en 2019 comenzó con el proceso de cambio de sexo, en medio de sus primeros meses universitarios.
Tras un año sin poder competir para reducir sus niveles de testosterona a los niveles que exigía la NCAA, Thomas regresó en 2021 a la competición y su participación tuvo efecto inmediato con la nadadora ganando varias competencia de la División I (categoría élite de todo el circuito) y desatando el debate popular sobre si era correcto permitir que compitiera a pesar que podía representar desventaja con sus competidoras biológicamente mujeres.

Las victorias y los récords que logró durante su paso en la NCAA le valieron su clasificación a los Juegos Olímpicos de París 2024, compitiendo con mujeres. Sin embargo, la prohibición inicial por parte de la Federación Internacional de Natación (World Aquatics) y la ratificación del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) privaron su presencia en la cita olímpica.
Pero Thomas no es la única que ha estado en medio del debate como atletas transgénero compitiendo en el deporte femenino. Otros casos como el de Natalie Fahey (Southern Illinois University) y Schuyler Bailar (Harvard University), esta última siendo la primera en participar como trans en competición de la NCAA, también sacudieron la opinión pública.
Internacionalmente el caso más sonado, aunque no estaba relacionado con una deportista trans, fue el de la velocista Caster Semenya. En su momento, la sudafricana fue cuestionada porque sus niveles de testosterona eran mayores a los de una mujer regular debido a que nació como intersexual.
Gracias a ello se perdió una cita olímpica por su negativa a pasar por el mismo tratamiento hormonal de un año que sí cumplió Lia Thomas.
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