MIAMI. – El panorama del acceso al aborto en el sureste de Estados Unidos sufrió una transformación radical el año pasado, con Florida como epicentro del cambio derivado de una nueva ley.
La implementación de la nueva legislación que prohíbe el aborto después de las seis semanas de gestación desencadenó la caída más profunda en el número de procedimientos registrados en cualquier estado del país, según un análisis publicado por el Instituto Guttmacher.
Más allá de las cifras, la investigación subraya una nueva realidad para miles de personas.
El estudio señala que Florida, durante mucho tiempo un punto de acceso crucial para residentes y mujeres de estados vecinos que tienen leyes aún más restrictivas, vio cómo su rol se desvanecía tras la entrada en vigor de la prohibición el 1 de mayo de 2024.
Un antes y un después
Los datos son elocuentes. El número total de abortos realizados por médicos en Florida se redujo en más de 12.000 procedimientos, pasando de unos 85.770 en 2023 a 73.710 el año pasado.
El impacto de la ley de seis semanas fue inmediato y severo. En los primeros cuatro meses de 2024 (antes de la plena vigencia de la ley) se realizaron casi 45.000 abortos, pero en los ocho meses restantes esa cifra se desplomó a solo 29.000. No hay cifras concretas aún este año.
La ley no solo afectó a las floridanas. El estado dejó de ser un destino viable para muchas mujeres de la región. El porcentaje de pacientes que viajaban desde fuera del estado, que era del 11% en 2023, se redujo al 6% en el cómputo general de 2024.
Asimismo, la cifra de mujeres que se desplazaban al estado floridano para interrumpir sus embarazos cayó a un mínimo histórico del 2% en la segunda mitad del año, una vez la prohibición estuvo activa.
Esta restricción en Florida empujó a las pacientes a buscar alternativas más lejanas. El informe de Guttmacher sugiere que Virginia se convirtió en un destino clave, absorbiendo un estimado de 4.300 pacientes adicionales.
Cifras y mayores esfuerzos
Si bien a nivel nacional, el número total de abortos en estados sin prohibiciones totales se mantuvo estable (pasando de 1.033.740 a 1.038.090), esto podría ocultar las crecientes dificultades.
Según algunos analistas, esa ‘estabilidad’ se debió en gran medida al trabajo de los fondos de aborto, organizaciones que ayudan a cubrir los costos del procedimiento, el viaje, el alojamiento y el cuidado infantil.
Sin embargo, los expertos advierten que este sistema de apoyo está bajo una presión inmensa y su sostenibilidad a largo plazo es incierta.
Para las mujeres en Florida y en gran parte del sur, la búsqueda de atención reproductiva ahora implica barreras más altas, viajes más largos y una carga financiera y emocional significativamente mayor.