
El mundo del espectáculo registró un hito financiero inédito: Taylor Swift se convirtió en la primera artista musical que ingresa al exclusivo club de los multimillonarios fundamentando su fortuna principalmente en la venta de su propio repertorio y presentaciones en vivo.
La marca, divulgada por primera vez por Forbes, sitúa a la artista entre las veinticinco mujeres más ricas que construyeron su patrimonio desde cero en los Estados Unidos durante 2025, una lista dominada históricamente por empresarias tecnológicas o herederas de grandes compañías.
El valor aproximado del patrimonio de Swift alcanza los 1.600 millones de dólares, de acuerdo con el rastreador de riqueza de Forbes. El medio atribuye este ascenso económico a la impresionante demanda mundial por la música de la cantante y, en específico, al fenómeno de “The Eras Tour”, gira que despachó más de 2.000 millones de dólares en entradas, cifra que el periódico The New York Times interpretó como “el doble” del monto que había alcanzado cualquier otro tour musical en la historia reciente.
La magnitud del impacto cultural y comercial de “The Eras Tour” rompió récords: 10.168.008 fanáticos asistieron a los conciertos en todo el mundo, según datos facilitados por la empresa de promoción de Swift.

El portal FOX Business recuerda que el sistema Ticketmaster colapsó debido a la avalancha de compradores, lo que provocó que el Congreso estadounidense iniciara una investigación sobre las operaciones y la transparencia de la boletería.
El alcance de Taylor Swift trasciende la venta de entradas y la rotación de canciones. En 2021, la artista optó por publicar nuevas versiones de sus seis primeros álbumes, bajo el sello “Taylor’s Version”, como estrategia para retomar el control de los derechos de explotación de su música original.
Estos derechos los perdió luego de que los másters de sus grabaciones fueran adquiridos en 2019 por la empresa Ithaca Holdings, de Scooter Braun. Meses después, Ithaca vendió esos derechos a la firma Shamrock Capital por un monto estimado en 360 millones de dólares, recogió FOX Business.
La apuesta por recuperar sus grabaciones fue rentable de inmediato. Según la publicación Rolling Stone, la reedición de “1989 (Taylor’s Version)” registró la venta de 1,3 millones de copias en su primera semana, superando la marca original de 1,28 millones de unidades. Este movimiento consolidó la narrativa de Swift como empresaria y artista, cuyo control creativo y financiero aumentó de manera exponencial.

El retorno definitivo de los másters a manos de Swift llegó en mayo de 2025, tras la adquisición directa a Shamrock Capital. Fuentes consultadas por Billboard precisaron que la cifra abonada por la artista alcanzó los 360 millones de dólares, similar a la que invirtió la firma de capital privado.
Más allá de giras y recuperaciones, la solidez del patrimonio de la cantante se explica por la valoración de su catálogo musical, estimada en 600 millones de dólares, y a inversiones inmobiliarias que ascienden a unos 110 millones, documentó Forbes.
La rentabilidad de su actividad en vivo resultó determinante. El cálculo de la editorial estadounidense señala que cerca de 800 millones de dólares provienen de regalías y conciertos, indicadores que la sitúan como la compositora-intérprete de mayor éxito económico de su generación, sin depender de grandes contratos comerciales ajenos a la música.
El ascenso de Taylor Swift a la cima del negocio musical vino acompañado de una intensa presencia mediática y de lanzamientos en cadena. El anuncio de su álbum más reciente, “The Life of a Showgirl”, realizado durante una aparición en el pódcast “New Heights”, conducido por su pareja y jugador de la NFL Travis Kelce, superó los once millones de vistas en veinticuatro horas.