Giménez, quien gobernó el condado por casi una década y enfrentó una crisis similar al inicio de su mandato, afirmó que “un déficit de más de 400 millones de dólares es algo serio, y eso no llega de un día a otro; así que eso se pudo ver desde hace muchos años”.
En entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, el legislador fue contundente al expresar su preocupación y su visión retrospectiva de la situación actual.
“Dos o tres años adelantados se podía ver que el Condado tendría un problema este año si no se tomaban ciertas acciones”, aseveró el exalcalde, sugiriendo que la administración de alcaldesa Daniella Levine Cava habría postergado “decisiones difíciles”.
Giménez comparó el problema actual con la crisis que él mismo heredó en 2011, cuando asumió la alcaldía con un déficit similar, pero “mucho más grande en porcentaje” respecto al presupuesto total del condado.
“Ella [Levine Cava] ha estado aquí ya por cinco años. Así que, vamos a ver de qué manera se va a resolver este problema. Ojalá no sea subiendo los impuestos”, remarcó.
De hecho, el Condado Miami-Dade enfrenta su crisis presupuestaria más severa desde la recesión de 2008, con un déficit proyectado que oscila entre los $387 y $400 millones de dólares para el próximo año fiscal.
Desde su experiencia, Giménez aconsejó a la alcaldesa priorizar los gastos, renegociar con los sindicatos para bajar los costos de los empleados y el Condado, y evaluar qué servicios no son esenciales.
“Puede ser que haya algunos servicios que se prestan hoy en día que no se pueden hacer porque no son esenciales. Son cosas que son buenas, pero no son esenciales”, explicó.
Recordó que durante su gestión logró reducir la plantilla de empleados de 28.000 a 26.000 y el número de departamentos de 42 a 26. Asimismo, sugirió que se debería hacer un “ejercicio” para mirar las operaciones y ver si hay demasiados empleados o si se están haciendo cosas que no deberían.
Contexto de la crisis
El déficit presupuestario actual, que afecta el fondo general de $3.6 mil millones de Miami-Dade, fue descrito por la alcaldesa Levine Cava como una “tormenta perfecta”.
Parte del problema, según la edil, se remonta a decisiones que tuvieron que tomarse durante su primer año de mandato, en plena pandemia de COVID-19.
En aquel entonces, la bonanza de valores de propiedades y una inyección de más de $1 mil millones en ayuda federal permitieron dos modestas reducciones en los impuestos a la propiedad. Sin embargo, estos recursos extraordinarios ya no están disponibles.
Un factor estructural significativo es la reciente conversión, a principios de este año, de tres departamentos del Condado (Elecciones, Recaudador de Impuestos y Policía) en agencias autónomas, resultado de cambios constitucionales votados por los residentes en 2018.
Estas nuevas oficinas constitucionales han solicitado fondos adicionales que podrían elevar el déficit hasta los $473 millones. La Oficina del Sheriff, por ejemplo, ha pedido $100 millones más que el año anterior, lo que añade una presión considerable al presupuesto, de acuerdo con la alcaldesa.
Estrategia de Levine Cava
Ante la magnitud del desafío, la alcaldesa Levine Cava ha optado por un enfoque de “transparencia total” y participación ciudadana. Es así como ha organizado una serie de reuniones públicas para explicar la situación y recabar aportes comunitarios antes de finalizar su propuesta presupuestaria que será presentada en julio.
“Estamos en el proceso de enfrentar decisiones difíciles, y [los residentes] necesitan saber que esto es real”, declaró.
Su iniciativa clave para abordar el déficit es WISE 305, siglas que representan “Iniciativas del Lugar de Trabajo, Inversiones en Tecnología, Ahorros para Empresas y Residentes, y Eficiencia”.
Bajo esta estrategia, la administración condal ha implementado una congelación casi total de las contrataciones. También ha suspendido aumentos salariales, promociones y viajes, según la alcaldesa.
De igual forma, Levine Cava solicitó ideas de ahorro de costos a los empleados del Condado, se están actualizando los sistemas con inteligencia artificial y herramientas digitales para mejorar la eficiencia en procesos como permisos, y dijo que se están eliminando políticas obsoletas o innecesarias para reducir la burocracia.
La alcaldesa enfatizó que su enfoque no es de “cortar y quemar”, y de hecho se distanció explícitamente de modelos de austeridad extrema que, según la titular del Condado, podrían eliminar servicios vitales sin una evaluación cuidadosa.
Otras críticas y controversias
Las críticas a la gestión del Condado no se limitan al congresista Giménez. El comisionado René García cuestionó el programa de autobuses eléctricos valorado entre $40 y $50 millones y que, con 75 autobuses fuera de servicio, según el legislador, es un “cementerio de guaguas” que simboliza el “desprecio por el dinero del contribuyente”.
Por su parte, la comisionada Eileen Higgins también criticó la decisión de la alcaldesa de retirar $16 millones de futuros proyectos ferroviarios para cubrir vacíos presupuestarios, lo que calificó de “robar del futuro del tránsito”, especialmente cuando los votantes han expresado su apoyo a la expansión del transporte público.
Otro punto de controversia ha sido la decisión de mantener y aumentar el subsidio para la Copa Mundial FIFA 2026. A pesar de los recortes generales, la administración recomendó entregar otros $10.5 millones en subsidios a la FIFA, que se suman a los $10.5 millones en efectivo y $25 millones en servicios ya aprobados.
De tal manera, la crisis presupuestaria en Miami-Dade es un fuerte desafío que podría exigir decisiones difíciles.
Las próximas audiencias presupuestarias, programadas para el 4 y 18 de septiembre, serán cruciales para determinar el plan final y si la administración de Levine Cava logra equilibrar la visión de eficiencia sin austeridad extrema.
Nota: DIARIO LAS AMÉRICAS públicará en próxima edición impresa la entrevista completa concedida a nuestro matutino por el congresista Carlos Giménez, en la que se abordan otros temas relacionados con Estados Unidos, América Latina y el mundo.