La presencia de la lencería como elemento central en los atuendos de celebridades consolidó una moda visible en 2025. Este fenómeno trasciende la moda íntima y llega a escenarios internacionales, alfombras rojas y eventos de gala.
La reinterpretación de prendas tradicionalmente reservadas para lo privado colocó encajes, corsés y transparencias en el centro de la narrativa estilística del año, al fusionar sensualidad, sofisticación y códigos de alta costura en propuestas de impacto global. La lencería migró de ser prenda interior a ocupar un lugar protagónico en estilismos diseñados para captar todas las miradas.
Figuras emblemáticas, como elebridades como Kim Kardashian, Dua Lipa, Sofía Vergara, Dakota Johnson, Rihanna, Becky G y Aitana, transforman la ropa íntima en recurso creativo y legitiman su uso en looks de alta visibilidad.

Dakota Johnson se consolidó como referente de la tendencia lencera con vestidos de tul transparente, aplicaciones bordadas y lencería negra que resalta en el conjunto.
Durante galas benéficas en ciudades como Nueva York, la actriz optó por prendas de autor y acabados artesanales, con siluetas que desafían el vestir tradicional. La propuesta destaca por su equilibrio entre osadía y sofisticación, explotando el contraste de las transparencias.

En el ámbito musical, Lola Índigo renovó la tendencia lencera al usar diseños burdeos con corsé y falda de satén translúcido en presentaciones y eventos en Madrid.
La artista incorpora encajes, tirantes finos y acabados satinados, adaptando el concepto lencero a contextos urbanos y espectáculos masivos. Este uso potencia una imagen fresca y atrevida, sin sacrificar el confort ni la funcionalidad durante el performance.
Rihanna consolidó su posición como referente de la tendencia lencera al aparecer en lanzamientos y eventos de su marca con conjuntos compuestos por bralettes y faldas de tul transparente, así como bodies de encaje.
La cantante y empresaria incorpora lencería a sus looks urbanos y de gala, mezclando piezas tradicionales con prendas de diseño vanguardista. Su propuesta impulsa la visibilidad de la lencería como parte esencial del vestuario contemporáneo y refuerza su influencia en la moda global.

En distintos festivales, Aitana trasladó la tendencia al ámbito musical con un minivestido de diseño italiano, aplicaciones de lentejuelas y transparencias estratégicas.
El estilismo equilibró sensualidad, modernidad y referencias de los años noventa, consolidándola como icono emergente y exponente de una generación que utiliza la lencería como herramienta de expresión artística y escénica.

Varios shows shows fueron escenario del despliegue lencero de Dua Lipa, quien eligió un vestido de encaje negro ajustado, adornos metálicos en la cintura y accesorios como guantes de malla.
El conjunto integró moda íntima e influencias teatrales con guiños góticos, y actualizó el lenguaje tradicional de la alfombra roja.

Kim Kardashian continuó marcando tendencia al integrar corsés de diseñador y vestidos transparentes con encajes en eventos destacados.
La empresaria lució, en la Fundraising Gala en Los Ángles, un vestido de encaje negro de cuerpo entero con transparencias que revelan la silueta y detalles florales en relieve. El diseño cubría los brazos y el cuello, al mantener una imagen sofisticada y sensual.
Ademas, su influencia promovió la adopción masiva del corsé como prenda exterior y validó el uso de transparencias incluso en contextos formales.

En la música latina, Becky G apostó por bustiers, minifaldas y conjuntos de encaje tanto en sus presentaciones en vivo como en premiaciones.
La cantante combina prendas lenceras con estilos urbanos y elementos artesanales, lo que refuerza la presencia de la lencería en la moda joven y multicultural de la temporada.

Sofía Vergara llevó la tendencia a la alfombra roja y actos formales al reutilizar el corsé lencero en looks de sastrería. Su apuesta fusiona pantalones de pinzas y abrigos clásicos con bodys de encaje y tops con transparencias. Ademas, utiliza camisas con la lencería debajo como parte del look.
Esta combinación amplía las posibilidades del guardarropa formal, aportando sofisticación y modernidad con una visión inclusiva y global.