Dejó su hogar para vivir en un crucero durante 15 años y reveló de dónde el dinero para pagar USD 2.000 al mes

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La viajera explicó como puedeLa viajera explicó como puede pagar 2.000 dólares al mes para vivir en un crucero. (REUTERS/Paola Chiomante/File Photo)

Una mujer dejó su hogar para vivir en un crucero los próximos 15 años:

Cuando Sharon Lane subió al crucero Villa Vie Odyssey a mediados de junio, experimentó una mezcla de alegría y alivio: por fin cumplía el sueño de su vida de residir en el mar, no por unas semanas, sino durante los próximos 15 años, navegando por los océanos y visitando destinos tan lejanos como Japón y Nueva Zelanda, según relató a CNN Travel.

A sus 77 años, esta californiana no se embarcó en unas vacaciones convencionales. Su objetivo es vivir indefinidamente a bordo del Villa Vie Odyssey, un barco de tres décadas de antigüedad, recientemente renovado y operado por la empresa Villa Vie Residences. Este crucero se diferencia de los tradicionales porque funciona bajo el concepto de “residencial”: los pasajeros adquieren sus camarotes de forma permanente, o al menos durante los 15 años de vida útil estimados del barco.

“Compro la cabaña, vivo en ella, y ya está. Y así no hay fin”, explica Lane, quien ve en esta modalidad la oportunidad de una vida sin ataduras a tierra firme. El Villa Vie Odyssey representa una propuesta novedosa en la industria de cruceros, donde los barcos residenciales aún exploran terreno desconocido.

Explicó que su estilo deExplicó que su estilo de vida es más barato que estar en el sur de California. (REUTERS/Fabian Bimmer)

Aunque actualmente navega sin incidentes por la costa oeste de Estados Unidos, su lanzamiento no estuvo exento de dificultades. La botadura inicial se retrasó varios meses, lo que generó incertidumbre entre los futuros residentes.

Lane, junto a otros pasajeros, ya había experimentado la frustración de ver fracasar un proyecto anterior de crucero residencial antes incluso de que se consiguiera un barco. Finalmente zarpó a finales de septiembre del año pasado, tras superar meses de espera en Belfast, Irlanda del Norte, donde permaneció cuatro meses aguardando la certificación de seguridad.

Lane adquirió su camarote a finales del año pasado y se unió a la travesía cuando el barco hizo escala en su puerto base de San Diego, California.

Según el director ejecutivo, Mikael Petterson, los precios parten de $129,000 por una cabaña interior para 15 años, con cuotas mensuales de $2.000 por persona en ocupación doble y $3.000 para uso individual. Las cabañas exteriores comienzan en $169.000, con cuotas mensuales que aumentan $500 por persona.

Estas cifras contrastan con las de The World, el único otro crucero residencial actualmente en altamar, donde el precio inicial asciende a 2.5 millones de dólares.

Lane invirtió todos sus ahorros en la compra de su cabaña interior, pero considera que la oferta compensa. La cuota mensual incluye comida, refrescos, alcohol en la cena, wifi y visitas médicas (aunque no procedimientos ni medicamentos), además de servicio de habitaciones 24 horas, limpieza semanal y lavandería quincenal sin coste adicional.

“Ya no tengo que lavar la ropa. Ya no tengo que hacer la compra”, afirma Lane. “Vivir en el barco es mucho más barato que vivir en el sur de California”.

Se espera que los residentesSe espera que los residentes vivan en el crucero los 15 años de vida útil del navío. (REUTERS/Yiannis Kourtoglou)

El entretenimiento a bordo abarca desde un dúo de canto, un pianista y bailarines profesionales, hasta la contratación de artistas locales en los puertos de escala. Los residentes también pueden organizar sus propios eventos en un “rincón de oradores” semanal. “Contamos con una comunidad muy diversa que incluye a un Premio Nobel de la Paz, un jefe de gabinete de la Casa Blanca, un astronauta y muchos científicos y médicos a bordo que comparten sus conocimientos y experiencias”, destacó Peterson en diálogo con CNN Travel.

El Odyssey realiza escalas de varios días en cada puerto, donde se ofrecen excursiones opcionales por un suplemento. Durante sus 15 años de vida útil, el barco circunnavegará el mundo de forma continua, variando los destinos en cada vuelta. Lane, aunque entusiasmada por los lugares que visitará, prefiere la vida a bordo y pasa la mayor parte de su tiempo libre en cubierta. Su camarote sin ventanas, ubicado hacia la proa, lo utiliza únicamente para dormir.

“Me gusta el movimiento del océano”, comenta. El barco, de ocho cubiertas, puede albergar “técnicamente” a 924 personas, aunque la combinación de algunas cabinas reduce el total a unas 450 cabinas. Petterson estima que, debido a la frecuencia de viajes en solitario y a que los residentes suelen ausentarse del barco, rara vez habrá más de 500 residentes a bordo simultáneamente.

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