
En un caso que ha captado la atención internacional, una niña venezolana de dos años ha sido repatriada desde Estados Unidos a Venezuela. El retorno ocurrió después de que las autoridades estadounidenses separaran a la niña de sus padres, quienes fueron deportados por separado tras solicitar asilo en Estados Unidos. La situación ha desatado un intercambio de acusaciones entre ambos países y se ha convertido en un símbolo de las tensiones actuales entre Caracas y Washington.
Maikelys Antonella Espinoza Bernal llegó al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar el miércoles, en un vuelo junto a más de 220 venezolanos deportados. La esposa de Nicolás Maduro, Cilia Flores, recibió personalmente a la niña, llevándola en brazos mientras se dirigía a una conferencia de prensa junto a otros altos funcionarios del gobierno. Este acto fue transmitido en directo por la televisión estatal venezolana.
Por su parte, Nicolás Maduro agradeció al presidente Donald Trump y al embajador Richard Grenell por sus gestiones. El mandatario venezolano aseguró que las autoridades de su país trabajaron en conjunto con abogados y grupos de derechos en Estados Unidos para asegurar el regreso de la niña. “Ha habido y habrá diferencias, pero es posible con la bendición de Dios avanzar”, expresó Maduro.

La familia, compuesta por Maikelys y sus padres, Maiker Espinoza Escalona y Yorelys Bernal, entró a Estados Unidos en mayo de 2024 buscando asilo. Sin embargo, después de ser detenidos por inmigración, los padres fueron acusados de tener vínculos con el grupo criminal conocido como el Tren de Aragua. Como resultado, la pareja fue puesta bajo custodia y la niña quedó bajo la responsabilidad de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados.
El Tren de Aragua, designado previamente como una organización terrorista por el presidente Donald Trump, es señalado de ser una peligrosa banda delictiva con operaciones en Venezuela y otros países de América Latina. Las autoridades estadounidenses indicaron que las acciones tomadas estaban basadas en la protección de la niña, argumentando que mantenerla separada de sus padres era necesario para su seguridad.
El gobierno venezolano ha mantenido una sólida postura, afirmando que la separación y posterior retención de Maikelys constituyeron un secuestro. Esta acusación ha sido negada por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que ha sostenido que los procedimientos siguieron el protocolo para situaciones donde los menores podrían estar en riesgo.

Estados Unidos, por su parte, ha mantenido que las medidas adoptadas estaban justificadas dentro del contexto de seguridad nacional. El Departamento de Seguridad Nacional insistió en que la protección de Maikelys era prioritaria y que se harían los procedimientos necesarios para garantizar su bienestar, especialmente dadas las acusaciones relacionadas con el Tren de Aragua.
Documentos judiciales presentados revelan que Maiker Espinoza Escalona, el padre de Maikelys, fue deportado a una prisión de máxima seguridad en El Salvador, y posteriormente, Yorelys Bernal fue regresada a Venezuela en un vuelo separado, sin su hija. Según un comunicado oficial, Espinoza sería “lugarteniente” de la banda y Bernal estaría implicada en el “reclutamiento de mujeres jóvenes para el contrabando de drogas y prostitución”. No se han presentado pruebas documentadas ante ningún tribunal.
Entre los supuestos indicios está la presencia de tatuajes. En el caso de Bernal, estos incluyen fechas de nacimiento de sus padres, una llama y una serpiente. Espinoza tiene dibujos animados como Marvin el Marciano y Sam Bigotes, además de una brújula, una cruz y una corona. Documentos internos del gobierno revelan que los agentes usan estos tatuajes como marcadores de pertenencia criminal, aunque no hay evidencia consistente de que la banda los utilice para identificar miembros.