
Septiembre presenta una agenda astronómica variada, con el cielo nocturno como principal protagonista. A lo largo del mes, fenómenos que resaltan el movimiento y la interacción de los cuerpos celestes fomentarán el interés por mirar el firmamento. Estos eventos ofrecen oportunidades para observar y comprender mejor el funcionamiento del sistema solar, aunque algunos podrán apreciarse con mayor facilidad que otros según la ubicación y las condiciones climáticas.
La observación astronómica no exige experiencia previa ni equipos especiales. Basta con disponer de algo de tiempo y un cielo despejado para sumarse a las jornadas que propone el calendario celeste, que este mes reúne tanto singularidad como diversidad.
El calendario astronómico de septiembre 2025 marca dos eclipses notables que podrán observarse en distintas regiones del mundo. Uno será un eclipse lunar total, conocido popularmente como “Luna de Sangre”, y el otro, un eclipse solar parcial con visibilidad restringida.
El 7 de septiembre, entre las 14:30 y las 15:52 hora de Argentina (17:30 a 18:52 UTC), la Luna pasará completamente por la sombra umbral de la Tierra, lo que provocará un eclipse total. Durante este evento, el disco lunar tendrá un tono rojo oscuro debido a que la atmósfera terrestre dispersa la luz azul y deja pasar la luz roja, que alcanza la superficie lunar, lo que justifica el nombre de Luna de Sangre. El fenómeno será completamente visible sobre el este de África, Asia y Australia, mientras que en otras regiones podrá verse parcialmente al salir o ponerse el satélite.

El 21 de septiembre ocurrirá un eclipse solar parcial entre las 14:29 y las 18:53 hora de Argentina (17:29 a las 21:53 UTC). Ese día, el satélite se interpondrá entre la Tierra y el Sol, cubriendo parcialmente el disco solar. Será visible sobre el sur de Australia, los océanos Pacífico y Atlántico, y la Antártida, según la NASA.
A diferencia de un eclipse total, donde la totalidad solo es observable en una estrecha franja del planeta, en el parcial una porción del Sol permanece visible. Es fundamental utilizar protección adecuada para la vista, ya que mirar directamente al Sol puede causar daños irreversibles.
La Luna protagonizará aparentes acercamientos notables a distintos planetas. Entre ellos, se destaca su paso cercano a Saturno y Neptuno, visibles como brillantes puntos próximos al satélite en el firmamento. Además, se producirá la ocultación lunar de Venus, un fenómeno donde la Luna bloquea momentáneamente al planeta desde la perspectiva terrestre e impide que se lo observe por un breve lapso.
El equinoccio es un evento que sucede dos veces al año: en el mes de marzo y en septiembre. “Solo hay dos épocas del año en las que el eje de la Tierra no se inclina hacia el Sol ni en dirección contraria, lo que resulta en una cantidad casi igual de luz y oscuridad en todas las latitudes. Estos eventos se conocen como equinoccios”, señalan desde el National Weather Service de Estados Unidos.

Según el Servicio de Hidrografía Naval de la Argentina, el llamado “equinoccio de primavera” que marca el inicio de esta estación en el hemisferio sur, tendrá lugar el día 22 a las 15:19 hora local y a las 18:19 UTC. Esta fecha indica, a su vez, el comienzo del otoño en el hemisferio norte.
Desde la NASA explican el fenómeno: “Los equinoccios se asocian con el cambio de estaciones. En marzo, los observadores del hemisferio norte celebran los días más largos y cálidos que anuncia el equinoccio de primavera, pero los observadores del hemisferio sur notan los días más cortos y las noches más largas y frescas que anuncia el equinoccio de otoño. En septiembre, ocurre lo contrario”.
El término equinoccio proviene del latín y significa “noche igual”. En este momento, los rayos del Sol inciden perpendicularmente sobre el ecuador terrestre, lo que genera una duración casi igual del día y la noche en todo el planeta.
Durante un equinoccio, la inclinación del eje terrestre no favorece ni al norte ni al sur, lo que provoca que los polos reciban luz solar al mismo tiempo. La duración exacta del día y la noche no es completamente igual por dos motivos: el Sol no es un punto sino una esfera cuya luz se refracta por la atmósfera antes del amanecer y después del atardecer. Además, según la latitud, este efecto varía algunos minutos.

El equinoccio debe diferenciarse del solsticio. Los solsticios ocurren cuando el eje terrestre se inclina al máximo hacia o desde el Sol, lo que resulta en el día más largo o más corto del año, dependiendo del hemisferio. El solsticio de junio lleva al astro a su mayor altura en el hemisferio norte (verano boreal), mientras que en diciembre lo hace en el hemisferio sur (verano austral).
El 7 de septiembre, la luna llena, denominada este año Luna del Maíz en referencia al periodo de cosecha de este cereal, ocupará un lugar predominante en el cielo. Durante siglos, diferentes culturas nombraron las lunas llenas según los ciclos agrícolas o las estaciones. En esta ocasión, no solo se distingue por su significado tradicional, sino porque será el punto de partida para el eclipse lunar total.
En contraste, la llegada de la luna nueva el 21 de septiembre marcará una mejora en las condiciones para observar el cielo nocturno y profundizar en la exploración de estrellas, cúmulos y galaxias. Esa fecha también prepara el escenario para el eclipse solar parcial, ya que estos acontecimientos solo pueden darse durante la fase de luna nueva, cuando el satélite se interpone entre la Tierra y el Sol y proyecta su sombra sobre nuestro planeta.