El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, descartó este jueves cualquier preocupación por un posible acercamiento comercial entre China y países de América Latina, como Brasil, que buscan nuevos mercados tras la imposición de aranceles estadounidenses, según declaraciones realizadas en el Despacho Oval.
Trump afirmó: “No estoy nada preocupado. Pueden hacer lo que quieran”, al ser consultado sobre la potencial expansión de los vínculos económicos entre Beijing y economías latinoamericanas como México y Brasil.
El mandatario sostuvo: “A ninguno de ellos le va muy bien. Con lo que estamos haciendo en términos económicos, estamos superando a todos, incluida China. En este momento estamos mejor que cualquier otro país del mundo”, subrayando la posición estadounidense en la economía global.
Desde su regreso al poder en enero, Trump intensificó la guerra comercial, imponiendo aranceles desde un 10% para países con superávit frente a Estados Unidos, hasta un 50% en el caso de Brasil. Las medidas, vigentes en su mayoría desde el 7 de agosto, afectan especialmente a Brasil, que enfrenta la tarifa más alta en represalia por el proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro.
Trump calificó a Brasil como “un socio comercial horrible en cuanto a aranceles” y criticó también su legislación. Sobre el caso Bolsonaro, el mandatario estadounidense afirmó: “Creo que lo que han hecho es, en realidad, una ejecución política que están intentando hacer con Bolsonaro. Pienso que es terrible. Pero además nos han tratado muy mal como socios comerciales durante muchos años (...) Así que ahora se les están aplicando aranceles del 50%, y no están contentos, pero es lo que es”.

El nuevo marco arancelario establece que países con déficit comercial respecto a Estados Unidos, como Costa Rica, Ecuador, Venezuela y Bolivia, pagarán un mínimo del 15%. Países con saldo positivo, como Chile, Colombia y Argentina, enfrentan una tarifa del 10%.
La subida de gravámenes podría tener impacto directo en sectores estratégicos, especialmente en las exportaciones agrícolas de países como Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. Esta situación obliga a las economías latinoamericanas a diversificar sus mercados, colocando a China como un socio emergente destacado.
En respuesta, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este miércoles una ofensiva comercial global dirigida a abrir nuevos mercados y sustituir exportaciones actualmente destinadas a Estados Unidos. Lula da Silva ya se puso en contacto con India, China y Sudáfrica, y prevé ampliar las negociaciones a países europeos como Francia y Alemania.
(Con información de EFE)