Luego de su histórica campaña en Cañón Submarino Mar del Plata, el buque Falkor (too) del Schmidt Ocean Institute volvió a navegar por el Atlántico Sur y transmitió, por primera vez, imágenes en ultra alta definición (4K) del lecho oceánico uruguayo.
Las capturas inéditas de la expedición Uruguay Sub 200, junto con el hallazgo de especies marinas poco conocidas, sorprendieron el mundo con un registro único: una estrella de mar desplazándose lentamente en el fondo marino. Un espectáculo casi invisible para el ojo humano que ahora puede conocerse gracias a la ciencia.
El regreso del Falkor (too) se produjo en la madrugada de ayer, después de que el equipo técnico reparara una avería en el “frame A”, un dispositivo esencial para la manipulación de equipos submarinos.
La nave zarpó desde el puerto de Montevideo a las 5:00 y se dirigió al denominado punto 3, donde se reanudó la transmisión en vivo de las operaciones submarinas en el canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute.
Durante más de siete horas, la audiencia pudo seguir en tiempo real la inmersión número 829 del robot submarino SuBastian, que descendió hasta 1.141 metros en el Cañón del Río de la Plata, a 340 kilómetros al sureste de Montevideo. En esa zona, las condiciones son extremas: la temperatura del agua es inferior a 3°C (37,4°F) y la luz solar no llega a esas profundidades.
La expedición es liderada por la Universidad de la República de Uruguay (Udelar) , en colaboración con el Schmidt Ocean Institute y la intervención de más de 30 especialistas procedentes de Uruguay, Argentina, Chile, Brasil, Alemania y Francia.
El propósito central de la expedición Uruguay Sub 200 es investigar hábitats y comunidades marinas consideradas en peligro por el impacto de la acción humana y el avance del cambio climático.
El área explorada corresponde al extremo sur del área de estudio, en aguas subantárticas y cerca de la histórica estación oceanográfica 320 del Challenger.

El entorno se caracteriza por una estructura con pendiente suave, modelada por corrientes que provienen del sur. El lecho marino está compuesto por rocas sedimentarias, formadas por capas de material acumulado a lo largo del tiempo, y presenta formas alargadas esculpidas por la acción de las corrientes submarinas. Los científicos manifestaron su intención de alcanzar profundidades aún mayores, con el objetivo de llegar a 3.070 metros en territorio uruguayo.
Durante la inmersión, el equipo científico registró una notable diversidad de organismos. Entre los hallazgos más destacados figuran los corales blancos, característicos de aguas frías y profundas, que carecen de pigmentación al no depender de la luz solar como los corales tropicales.
Aunque todas las miradas del mundo se las llevó el hallazgo de una estrella de mar en movimiento, un espectáculo inédito y casi invisible al ojo humano. Es que pese a que estas especies parecen estáticas, se mueven con miles de pies ambulacrales, diminutos tubos con ventosas que funcionan con agua. Estos se adhieren, empujan y sueltan el sustrato, permitiendo que la estrella avance apenas unos centímetros por minuto. Una caminata silenciosa y fascinante en un mundo de oscuridad y presión extrema.

Además de su carácter pintoresco, este hallazgo habla de la biodiversidad que habita los cañones y taludes frente a Uruguay. Junto a esta estrella, también se identificaron esponjas y corales solitarios, entre ellos el género Flabellum, reconocible por su forma de cono blanco y su hábito de vida parcialmente enterrado en el fondo.
Las estrellas de mar captaron la atención de los investigadores, especialmente ejemplares de la familia Astropectinidae, cuya morfología y movimiento resultan inusuales. La observación de estos animales vivos es especialmente relevante, ya que habitualmente se estudian solo cuando están muertos o secos.
El registro incluyó además un caracol marino del grupo Conoidea, un predador que puede poseer veneno en sus glándulas, y organismos gelatinosos adheridos a tubos, posiblemente ctenóforos bentónicos, aunque su identificación definitiva está pendiente. Estos últimos se asemejan a las medusas, pero a diferencia de ellas, viven fijos al sustrato marino. El cangrejo rojo, una especie endémica del sur de Brasil, Uruguay y el norte de Argentina, volvió a aparecer en las imágenes, como ya había ocurrido en una expedición previa en Mar del Plata.

La posibilidad de observar organismos vivos en su entorno natural representa un avance para la ciencia. Los investigadores han subrayado la importancia de este tipo de registros, ya que permiten analizar comportamientos y características que no pueden apreciarse en ejemplares recolectados o conservados.
El uso del robot SuBastian fue clave en este proceso: equipado con cámaras de ultra alta definición y herramientas para la recolección de muestras, el vehículo opera sin alterar el entorno y facilita la transmisión en directo de las exploraciones. “¡Las primeras imágenes en 4K del fondo marino uruguayo! Voy a llorar y ya vuelvo”, expresó un miembro del equipo científico en tono de broma, reflejando la emoción que genera el acceso a imágenes inéditas de estos ecosistemas.
El proyecto es liderado por la Universidad de la República con el apoyo del Schmidt Ocean Institute y la participación de más de 30 científicos de Uruguay, Argentina, Chile, Brasil, Alemania y Francia.
La expedición Uruguay Sub 200 tiene como objetivo principal el estudio de hábitats y comunidades marinas que se encuentran en riesgo debido a la actividad humana y al cambio climático. Entre los entornos más vulnerables figuran los arrecifes de coral de aguas profundas y las zonas de reproducción de diversas especies. La recolección de datos e imágenes en alta resolución permite a los científicos comprender mejor la estructura y dinámica de estos ecosistemas, así como identificar amenazas y proponer medidas de conservación.

El trabajo realizado por el Falkor (too) y el robot SuBastian se enmarca en una serie de campañas científicas que exploraron el Atlántico Sur. Una de las más destacadas tuvo lugar en el cañón submarino de Mar del Plata, donde, durante tres semanas, millones de personas siguieron en vivo las transmisiones de las inmersiones.
Aquella expedición, realizada en colaboración internacional, permitió descubrir decenas de nuevas especies y demostró el impacto de la divulgación científica a través de plataformas digitales.
De cara al futuro, el equipo de Uruguay Sub 200 prevé realizar nuevas inmersiones en los próximos días, con la expectativa de ampliar el conocimiento sobre la biodiversidad y los procesos ecológicos del fondo marino uruguayo. Cada descenso representa una oportunidad para descubrir organismos desconocidos y recopilar información valiosa para la ciencia y la gestión ambiental.
Aunque se lograron avances, la mayor parte de estos ecosistemas permanece inexplorada y cada nueva expedición aporta datos esenciales para comprender la riqueza y complejidad de las profundidades oceánicas.