
El dragón barbudo central se distingue por su barba de espinas que infla al sentirse amenazado o para comunicarse, y por la capacidad de vivir en ambientes áridos y cálidos de Australia.
Este reptil es conocido científicamente como Pogona vitticeps, y puede cambiar de sexo según condiciones ambientales.
Ahora, investigaciones científicas del genoma permitieron localizar con precisión las regiones genéticas y candidatos a genes maestros que están implicados en la determinación del sexo dependiente de temperatura.
Fueron llevadas a cabo por investigadores de China, Australia y Singapur. Colaboraron expertos de la Universidad Autónoma de Barcelona, de España.

Los estudios se publicaron en la revista GigaScience, de la editorial de la Universidad de Oxford en el Reino Unido.
El resultado es la secuenciación casi completa de los genomas de machos y hembras del dragón barbudo central usando tecnologías distintas y complementarias.
“El hecho de que dos grupos independientes hayan llegado al mismo descubrimiento por rutas técnicas distintas refuerza el valor del hallazgo”, expresaron los investigadores.
Los resultados permiten identificar genes vinculados con la determinación del sexo dependiente de temperatura, un fenómeno raro en vertebrados.
Además, ofrecen herramientas para investigar cómo interactúan genética y ambiente en la evolución de los sistemas sexuales.

El dragón barbudo es una lagartija nativa de Australia y ampliamente popular como mascota fuera de su región de origen.
Lleva una distintiva barba de espinas que puede inflar y cambiar de color. Esta cualidad, unida a su carácter activo durante el día y a su dieta variada, lo hace atractivo tanto para científicos como para aficionados.
Habita desiertos, sabanas, matorrales y bosques subtropicales del centro y este australiano. Escoge áreas cálidas, ya que necesita fuentes externas de calor para regular su cuerpo.

El fenómeno que motivó los nuevos estudios genéticos radica en que el dragón barbudo tiene un sistema sexual influido por temperatura.
Un animal macho según sus cromosomas (ZZ) puede convertirse en hembra totalmente fértil si el huevo se incuba con suficiente calor.
El objetivo de los científicos era entonces identificar con precisión las regiones genéticas y los genes implicados en este proceso, ya que hasta ahora no existía suficiente información completa.

Los dos grupos recurrieron a tecnologías avanzadas de secuenciación. El equipo de BGI empleó el secuenciador CycloneSEQ, combinando secuencias de ADN cortas y largas para descifrar el genoma de un ejemplar macho.
El grupo australiano y europeo, por su parte, obtuvo el genoma de una hembra al aplicar diferentes métodos y consiguió el mapa más detallado disponible hasta hoy.
Ambos estudios lograron ensamblajes de genomas de 1,75 gigabases e identificaron de manera particular los cromosomas sexuales Z y W, prestando atención a las regiones no recombinantes.
“Los dragones barbudos tienen un sistema cromosómico sexual ZZ/ZW donde hembras y machos pueden cambiar de sexo por temperatura”, explicaron.
Los expertos aislaron dos genes candidatos clave: Amh (hormona antimülleriana) y su receptor Amhr2, que aparecen en dos copias en machos y una en hembras, una diferencia que puede estar relacionada con este fenómeno de cambio de sexo.

El hallazgo más importante es que, cuando la incubación sucede a temperaturas elevadas, un dragón barbudo macho (ZZ) puede convertirse en hembra completamente funcional.
“Una lagartija con cromosomas masculinos puede desarrollarse como hembra fértil cuando el huevo se incuba a temperatura suficiente”, confirmaron.
Los resultados muestran que la expresión de los genes Amh y Amhr2 varía durante el desarrollo embrionario según las condiciones ambientales, lo que respalda la hipótesis de la determinación sexual dependiente del ambiente.

“Ambos genomas señalan el papel central de la señalización de AMH en la determinación sexual de esta especie”, destacó Qiye Li, de la empresa BGI de China, que se dedica a la genómica.
El equipo de Arthur Georges en Canberra, Australia, señaló: “Anticipamos una aceleración de la investigación en áreas como desarrollo craneal, cerebral y de comportamiento comparativo de la determinación del sexo en vertebrados”.