El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha formalizado la creación de una fuerza especial que se encargará de supervisar la organización y ejecución de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
La medida, oficializada mediante una orden ejecutiva firmada el martes 5 de agosto, colocará al propio presidente al frente del organismo, según lo confirmado por diversas fuentes como CBS News y NBC News.
La tarea principal del grupo consistirá en coordinar la planificación federal para temas de transporte, seguridad y procesamiento de visados relacionados con los Juegos Olímpicos.
El mandatario declaró durante el acto de firma que está ordenando a agencias como el Departamento de Estado y el Departamento de Justicia “utilizar todas las herramientas a su disposición para garantizar un evento fantástico, seguro y hermoso”.

El presidente dirigirá personalmente la fuerza especial, mientras que el vicepresidente JD Vance actuará como vicepresidente del grupo. Entre otros miembros clave figuran la fiscal general Pam Bondi y la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles.
“Haremos lo que sea necesario para mantener los Juegos Olímpicos seguros, incluido el uso de nuestra Guardia Nacional o fuerzas armadas”, respondió Trump ante preguntas de la prensa durante el anuncio.
Para garantizar la seguridad y los preparativos oportunos, el gobierno ha impulsado el One Big Beautiful Bill Act, una ley que asigna mil millones de dólares en fondos federales para planificación y seguridad de los Juegos Olímpicos, así como 625 millones de dólares para la seguridad de la Copa Mundial de la FIFA 2026. Ambos eventos representan compromisos estratégicos para el país en los próximos años.
La última vez que Estados Unidos fue anfitrión de unos Juegos Olímpicos fue en los Juegos de Invierno Salt Lake City 2002, un dato destacado al contextualizar la relevancia de la nueva edición en Los Ángeles dentro de la gestión Trump.

De acuerdo con el comunicado de la Casa Blanca, el mandatario “considera un gran honor supervisar este espectáculo deportivo mundial”, mientras que la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, señaló: “el deporte es una de las mayores pasiones del presidente”.
El gobierno dictó también una orden ejecutiva que instruye a los secretarios de Estado y de Seguridad Nacional a “revisar y ajustar” las políticas que permiten la participación de atletas transgénero y emitir directrices orientadas a impedir su ingreso a Estados Unidos.
La medida, además, le exige al secretario de Estado presionar al Comité Olímpico Internacional (COI) para que detenga la participación de atletas transgénero en pruebas femeninas.
Al respecto, el presidente aseguró que los atletas estarán sujetos a “una forma de prueba muy estricta” para garantizar el cumplimiento de la normativa. El mes pasado, el COI comunicó que las federaciones deportivas olímpicas tienen la “obligación de cumplir” con la orden ejecutiva estadounidense.

Durante el acto, Casey Wasserman, presidente y director del Comité Organizador de LA28, resaltó que “la fuerza especial representa un paso importante en nuestros esfuerzos de planificación y es reflejo de nuestro compromiso compartido de ofrecer no solo los Juegos más grandes, sino los mejores que el mundo haya visto”.
Wasserman aprovechó la ocasión para agradecer al mandatario por su respaldo y le obsequió medallas de los Juegos Olímpicos de 1984. En tono distendido, Trump bromeó: “¿puedo decir que las gané atléticamente?”, a lo que Wasserman respondió: “sí, señor”.
El gobierno estadounidense también ha destacado la relevancia de la Copa Mundial de la FIFA 2026, que tendrá sede conjunta entre Estados Unidos, México y Canadá. Ambas competencias deportivas están siendo objeto de reuniones multinacionales, donde funcionarios y expertos de los tres países intercambian estrategias sobre preparación y seguridad.