El pasado martes 24 de junio, el mundo del fútbol celebró el cumpleaños número 38 de Lionel Messi. Entre las miles de felicitaciones que inundaron redes sociales, una destacó por su fuerza emocional: la de su guardaespaldas personal, Yassine Cheuko.
A través de su cuenta en X (antes Twitter), Cheuko publicó cuatro fotografías junto al astro argentino, acompañadas de un mensaje que captó la atención de miles de usuarios.
“Feliz cumpleaños al hombre que cambió mi vida, el ser humano más grande que he conocido. Un hombre excepcional, lleno de humildad y con un corazón increíblemente grande. Que Dios te bendiga y te colme de bendiciones”, redactó.
Happy birthday to the man who changed my life the greatest human being l've ever met. An exceptional man, full of humility, with an incredibly big heart. May God bless you and increase His blessings upon you 🐐❤️ pic.twitter.com/rWtYmg8wHe
— Yassine Cheuko (@YassineCheuko) June 24, 2025Las palabras no pasaron desapercibidas. Que un exsoldado de élite como Cheuko, formado en los Navy Seals de Estados Unidos y con experiencia en zonas de conflicto como Irak y Afganistán, hable con tanta devoción sobre un futbolista, dice más de lo que aparenta. No solo resalta la figura humana de Messi, sino también el impacto que puede tener la humildad del argentino.
Nacido en California y de ascendencia musulmana, Cheuko no tardó en volverse una figura reconocible desde la llegada de Messi al Inter Miami en 2023.
Su presencia, musculosa y siempre atenta, acompañando al 10 argentino dentro y fuera del campo, se volvió constante. Es el líder de un equipo de seguridad compuesto por unas 50 personas, pero su vínculo con Messi parece superar lo estrictamente laboral.
Con el paso del tiempo, Cheuko se ha ganado el afecto de los aficionados. Su rostro se volvió viral en múltiples videos, especialmente durante las invasiones de campo en partidos del Inter
Su habilidad para reaccionar en segundos, siempre con firmeza, pero sin violencia, le valió comparaciones con personajes de películas de acción. Tanto así, que la MLS incluso decidió limitar su presencia en la zona de banquillos durante los partidos.