El meteorito que atravesó el techo de una casa en Georgia es 20 millones de años más antiguo que la Tierra

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El meteorito atravesó el techoEl meteorito atravesó el techo de una vivienda y provocó graves daños en el sistema de ventilación. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Entre las consecuencias inesperadas del reciente impacto cósmico en Atlanta, el propietario de la vivienda afectada aún encuentra diminutos residuos espaciales en su sala, incluso días después de la colisión.

La llegada del meteorito, que resultó en un agujero en el techo y daños considerables al sistema de ventilación y al piso de la casa, dejó una vibración y estrépito comparables “a un disparo a corta distancia”.

Scott Harris, investigador del departamento de geología de la Facultad de Artes y Ciencias Franklin de la Universidad de Georgia (UGA), tiene la teoría de que el hombre escuchó “tres cosas simultáneamente”: el impacto contra el techo, un “pequeño cono de explosión sónica” y el golpe contra el suelo, “todo al mismo tiempo”.

El evento ocurrió a plenaEl evento ocurrió a plena luz del día y fue captado por cámaras y testigos en distintas localidades. (Facebook/US National Weather Service Peachtree City Georgia)

“Hubo suficiente energía al impactar contra el suelo como para pulverizar parte del material hasta convertirlo en fragmentos de polvo”, aseguró el especialista.

La roca, que ha sido identificada como el Meteorito de McDonough, atravesó el techo del hogar el pasado 26 de junio y llamó la atención de residentes en todo el sureste de Estados Unidos al cruzar el cielo diurno en forma de bola de fuego antes de desintegrarse parcialmente en la atmósfera.

Harris explicó que este meteorito tenía “una larga historia” antes de llegar al suelo de McDonough, y para entenderlo por completo, es necesario examinar la roca y determinar a qué grupo de asteroides pertenece. La UGA recibió 23 gramos de los 50 recuperados del fragmento que penetró la vivienda.

Las primeras mediciones del meteoro, conocido técnicamente como bólido, indicaron que ingresó a la atmósfera terrestre a velocidad cósmica, superando con creces la barrera del sonido. Aunque a medida que descendía perdió velocidad y masa, Harris destacó que era “como el doble de grande que una bala calibre 50″, yendo al menos a 1 kilómetro por segundo.

O lo que, en palabras del científico, es equivalente a recorrer 10 campos de fútbol en un segundo. La roca aún conservaba la energía suficiente para atravesar el techo, dañar el ducto de ventilación, dejar un abolladura en el suelo y pulverizar material hasta convertirlo en “fragmentos de polvo”, según describió el especialista.

Se piensa que la rocaSe piensa que la roca espacial proviene de un cinturón de asteroides ubicado entre Marte y Júpiter. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los análisis de microscopía óptica y electrónica realizados por el equipo de UGA determinaron que el meteorito pertenece a la categoría Condrita Ordinaria de bajo contenido metálico. Esta clasificación implica que se formó hace 4.560 millones de años en presencia de oxígeno, más antiguo que la propia Tierra, detalló Harris.

Los indicios llevan a pensar que la roca provino de un grupo de asteroides localizado en el cinturón principal entre Marte y Júpiter y que su historia se remonta a la fragmentación de un asteroide mayor hace aproximadamente 470 millones de años. “En esa ruptura, algunos fragmentos toman órbitas que cruzan la de la Tierra y, si se les da suficiente tiempo, pueden coincidir con nuestro planeta en el mismo lugar y momento”, subrayó Harris.

El Meteorito de McDonough es el vigésimo séptimo recuperado en la historia de Georgia y el sexto cuya caída ha sido atestiguada. “Esto es algo que antes se esperaba una vez cada pocas décadas, no varias veces en menos de 20 años”, señaló Harris, quien atribuye este aumento a “la tecnología moderna y a un público más atento”, factores que facilitarán la recuperación futura de estos objetos.

Actualmente, la UGA colabora con la Universidad Estatal de Arizona para presentar los resultados de su análisis, junto con la denominación oficial McDonough Meteorite, al Comité de Nomenclatura de la Sociedad Meteórica para su publicación en el Meteoritical Bulletin.

Mientras tanto, los fragmentos permanecerán bajo custodia de la UGA para investigaciones adicionales, y otras piezas localizadas en la región tras la caída serán exhibidas en el Museo de Ciencias Tellus en Cartersville.

Harris planea publicar un artículo el próximo año con detalles sobre la composición y dinámica del objeto, argumentando que estas investigaciones resultan clave porque “un día podría presentarse la oportunidad —sin que sepamos cuándo— de que algo grande impacte y cree una situación catastrófica. Si podemos protegernos ante eso, queremos hacerlo”, concluyó.

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