Mohamed Sabry Soliman, de 45 años, un hombre con nacionalidad egipcia y visa de turista vencida, es el principal sospechoso del ataque perpetrado en Boulder que dejó un total de ocho heridos.
En un video grabado por un testigo se puede ver a Soliman sosteniendo dos tarros de vidrio con una sustancia transparente, algunos aseguran que es alcohol y otros gritan en las imágenes que se trata de bombas molotov.
El incidente ocurrió en Pearl Street, un popular centro comercial peatonal de cuatro cuadras en el centro de Boulder, al inicio de la festividad judía de Shavuot, en un contexto de alta tensión por la guerra entre Israel y Hamas.
El FBI calificó el ataque como violencia ideológica y señaló hay una investigación en curso para esclarecer todos los detalles.

El subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, dijo en la red social X que el hombre era un ciudadano extranjero que “sobrepasó ilegalmente (el plazo de) su visado”.
“Palestina libre”, gritó Soliman antes de arrojar dos bombas Molotov contra la movilización convocada por la comunidad judía para exigir la libertad de los rehenes que Hamas mantiene cautivos desde el ataque terrorista que ejecutó en Israel a principios de octubre de 2023.
“Lamentablemente, este tipo de ataques se están volviendo demasiado comunes en todo el país. Este es un ejemplo de cómo los perpetradores de violencia continúan amenazando a las comunidades en todo el país”, dijo Mark Michalek, agente especial a cargo del FBI en Denver.
Las víctimas heridas tienen entre 52 y 88 años, con lesiones que van desde quemaduras graves hasta heridas leves. Varias fueron atendidas en el lugar y algunas requirieron traslado a hospitales cercanos para recibir tratamiento especializado.

Alex Osante, un testigo que almorzaba cerca, relató: “Escuché el estallido de una botella rompiéndose y un sonido fuerte, seguido de gritos. Vi a personas vertiendo agua sobre una mujer que se había prendido fuego”. Según Osante, un israelí visitante en Boulder corrió en busca de agua para ayudar a los afectados.
Entre las víctimas hay un sobreviviente del Holocausto Judío causado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
El jefe de policía de Boulder, Steve Redfearn, sostuvo que las víctimas sufrieron “lesiones consistentes con quemaduras” y que las heridas iban desde “leves a potencialmente mortales”.
En un comunicado difundido por su oficina, el Primer Ministro calificó el hecho como un acto de antisemitismo dirigido contra personas pacíficas “simplemente por ser judíos”.

“El ataque fue dirigido contra personas pacíficas que deseaban expresar su solidaridad con los rehenes retenidos por Hamás, simplemente por ser judíos”, expresó el primer ministro. Para Netanyahu, este tipo de agresiones violentas no ocurren de manera aislada, sino que son “consecuencia directa de los libelos de sangre contra el Estado y el pueblo judío”, haciendo referencia a las falsas acusaciones y discursos de odio que se propagan en distintos ámbitos contra Israel y la comunidad judía.
El mandatario israelí hizo un llamado urgente para detener la creciente ola de ataques antisemitas en todo el mundo, vinculándolos con el discurso hostil que, según él, alimenta estas manifestaciones violentas. “Insto a la comunidad internacional y a los gobiernos a tomar medidas efectivas para frenar la propagación del antisemitismo y proteger a las comunidades judías dondequiera que estén”, añadió Netanyahu.