
Más de 2.200 personas murieron en el terremoto de magnitud 6 que golpeó en la noche del domingo el este de Afganistán, informó este jueves el Gobierno de los talibanes en un balance actualizado.
Hamdullah Fitrat, portavoz adjunto del Gobierno, declaró en X que de los 2.217 muertos y casi 4.000 heridos, la mayoría de las víctimas se concentran en la provincia de Kunar, cerca de la frontera con Pakistán, e informó que continúan las operaciones de rescate.
“Se han recuperado cientos de cadáveres en casas destruidas en las localidades de Mazar-e-Dara, Deua Gul Dara, Chapa Dara y Manogi, en Kunar”, ha manifestado, al tiempo que ha resaltado que “las labores de búsqueda y rescate siguen en marcha”, por lo que no se descarta que la cifra de víctimas pueda seguir aumentando.
Asimismo, Fitrat ha hecho hincapié en que las autoridades han levantado tiendas de campaña en varias zonas para acoger a los desplazados y ha resaltado que se está dando atención médica “de forma sistemática” a todos los damnificados.

Las labores de los equipos de rescate están viéndose dificultades por las numerosas réplicas registradas en la zona, incluido un nuevo seísmo de magnitud 4,7 al este de Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, según ha confirmado el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El organismo ha apuntado en un comunicado que el epicentro de este nuevo terremoto ha estado situado unos trece kilómetros al este de Jalalabad, mientras que el hipocentro ha estado ubicado a unos diez kilómetros de profundidad, sin que por ahora haya detalles sobre nuevos daños materiales o víctimas por este temblor.
Los recortes de financiación también están teniendo un impacto en la respuesta.
El Consejo Noruego para los Refugiados afirmó tener menos de 450 empleados en Afganistán, mientras que en 2023, fecha del último gran terremoto en el país, contaba con 1100. El consejo solo contaba con un almacén disponible y carecía de existencias de emergencia.
“Tendremos que comprar artículos una vez que obtengamos los fondos, pero esto podría llevar semanas y la gente lo necesita ahora mismo”, dijo Maisam Shafiey, asesora de comunicaciones y promoción del consejo en Afganistán. “Solo disponemos de 100.000 dólares para apoyar las labores de respuesta a la emergencia. Esto deja un déficit de financiación inmediato de 1,9 millones de dólares”.
Las organizaciones humanitarias han calificado el último desastre como una crisis dentro de una crisis.
Afganistán ya estaba luchando contra el impacto del cambio climático, en particular la sequía, una economía débil y el regreso de unos 2 millones de afganos de países vecinos.
(con información de AFP, AP y EP)