El pedido del padre Gabriel Romanelli que salvó la vida de decenas de refugiados en el ataque a la Sagrada Familia de Gaza

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El párroco de la iglesiaEl párroco de la iglesia de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza, el padre Gabriel Romanelli, recibe atención médica tras resultar herido en un ataque israelí contra la iglesia. (Omar AL-QATTAA / AFP)

Un tanque israelí bombardeó este jueves la parroquia católica de la Sagrada Familia en Gaza, causando al menos dos muertos y siete heridos, aunque Zaher al Waheidi, director de la Unidad de Sanidad a cargo del recuento de fallecidos gazatíes, dijo a EFE que esa cifra llegó a cuatro. En todo caso, la tragedia pudo haber sido mucho mayor de no ser por la prudente decisión del párroco argentino Gabriel Romanelli de instar a los refugiados a permanecer en sus habitaciones duirante su estancia allí.

Si el padre Gabriel no nos hubiera pedido que nos quedáramos en casa, hoy se habría producido una masacre, con al menos 50 o 60 muertos”, declaró un trabajador de Cáritas Jerusalén, según informó Anton Asfar, director de la organización humanitaria, a la agencia de la Conferencia Episcopal italiana (SIR).

La gente transporta el cuerpoLa gente transporta el cuerpo del cristiano palestino Saad Salama, que murió en un ataque israelí contra la Iglesia de la Sagrada Familia, según los médicos, en el Hospital Árabe Al-Ahli. (REUTERS/Dawoud Abu Alkas)

El ataque se produjo aproximadamente a las 10:10 horas locales contra la única iglesia católica de Gaza, que alberga a cerca de 500 cristianos desplazados que han perdido todo por la guerra. La explosión ocurrió cerca de la cruz ubicada en el techo de la iglesia, con esquirlas y escombros cayendo sobre el patio del complejo parroquial.

Entre los heridos se encuentra el propio padre Romanelli, quien sufrió una lesión leve en una pierna y fue trasladado al hospital para recibir atención médica. El sacerdote argentino había establecido una conexión especial con el papa Francisco, quien le telefoneaba diariamente desde el inicio de la ofensiva israelí hasta poco antes de su fallecimiento el pasado 21 de abril.

En el momento del bombardeo, varias personas se encontraban fuera del edificio principal, incluyendo dos mujeres ancianas que estaban sentadas dentro de la tienda de apoyo psicosocial de Cáritas. Ambas resultaron gravemente heridas y fueron trasladadas en ambulancia al hospital Al-Ahli. Tres jóvenes que se encontraban en la entrada de la iglesia también sufrieron heridas graves y fueron trasladados de urgencia al hospital en vehículos privados debido a la gravedad de la situación.

Un hombre cristiano palestino heridoUn hombre cristiano palestino herido recibe atención médica en el Hospital Árabe Al-Ahli tras un ataque israelí contra la Iglesia de la Sagrada Familia. (REUTERS/Dawoud Abu Alkas)

El papel crucial del padre Romanelli en la prevención de una tragedia mayor se remonta a la semana previa al ataque. Según Asfar, el párroco “había instado a la gente a permanecer en sus habitaciones, ya que los intensos bombardeos y las operaciones militares cercanas habían agravado el peligro en la zona”.

“Ayer, la amenaza se volvió especialmente grave debido a la presencia de tanques israelíes cerca del complejo de la iglesia y a los continuos ataques en las inmediaciones”, agregó el director de Caritas Jerusalén.

Esta proximidad del conflicto armado llevó al padre Romanelli a tomar la decisión preventiva que, según los testimonios, salvó decenas de vidas.

Una mujer cristiana palestina heridaUna mujer cristiana palestina herida es trasladada al Hospital Árabe Al-Ahli tras un ataque israelí contra la Iglesia de la Sagrada Familia. (REUTERS/Dawoud Abu Alkas)

La parroquia de la Sagrada Familia se ha convertido en un refugio vital para la comunidad cristiana de Gaza. Los desplazados se han instalado en habitaciones improvisadas, muchas de ellas adaptadas de aulas escolares.

Tras el ataque, las personas refugiadas están “aterrorizadas y se han refugiado en sus habitaciones”, según describió Asfar.

Este no es el primer ataque contra la iglesia católica de Gaza. En diciembre de 2023, dos meses después del inicio de la invasión israelí, un francotirador israelí abrió fuego contra la parroquia y mató a una madre y su hija. Sin embargo, hasta este jueves, Israel no había bombardeado directamente la iglesia.

El Ejército israelí emitió un comunicado expresando que “lamenta los daños causados” a la iglesia y las víctimas, indicando que “se están analizando las circunstancias del incidente”. Cuando fue consultado por EFE, el Ejército israelí inicialmente dijo estar revisando la información sobre el ataque.

Cristianos palestinos heridos reciben atenciónCristianos palestinos heridos reciben atención médica en el Hospital Árabe Al-Ahli tras un ataque israelí contra la Iglesia de la Sagrada Familia. (REUTERS/Dawoud Abu Alkas)

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, calificó el ataque como “inaceptable”, declarando que “las incursiones israelíes en Gaza afectan también a la Iglesia de la Sagrada Familia. Los ataques contra la población civil que Israel viene demostrando desde hace meses son inaceptables”. Meloni añadió que “ninguna acción militar puede justificar tal actitud”.

También el ministro de Exteriores, Antonio Tajani, criticó duramente “los ataques del Ejército israelí contra la población civil de Gaza” que “ya no son admisibles”.

El papa León XIV se dijo profundamente entristecido por el ataque y renovó su pedido de un cese el fuego inmediato.

Durante 2024, el Ejército israelí ha destruido completamente 815 mezquitas en la Franja de Gaza, según un informe del Ministerio de Asuntos Religiosos de la Autoridad Nacional Palestina. Los gazatíes, tras perder la mayoría de sus casas o ser forzosamente desplazados, han encontrado en escuelas, mezquitas y esta iglesia católica lugares donde refugiarse de los bombardeos israelíes.

Cáritas Jerusalén se ha comprometido a mantenerse en contacto con el equipo en Gaza para obtener información actualizada sobre el estado de los heridos. La organización humanitaria hizo un llamamiento final: “Instamos a todas las partes a respetar y proteger los lugares de culto y los refugios humanitarios. Dañar o poner en peligro a los civiles que buscan refugio constituye una grave violación del derecho internacional humanitario y una violación directa de la dignidad humana”.

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