
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, evitó este miércoles confirmar si el Pentágono se prepara para lanzar un ataque militar contra Irán, en medio de la creciente tensión regional por los enfrentamientos entre Israel y Teherán. Durante una audiencia en el Comité de Servicios Armados del Senado, el funcionario fue interrogado por legisladores de ambos partidos sobre si el presidente Donald Trump le había solicitado planes concretos para involucrar directamente a las fuerzas armadas estadounidenses en el conflicto.
“Si hubiera solicitado o no los planes, no lo revelaría en este foro”, respondió Hegseth, quien se limitó a decir que el Departamento de Defensa está “preparado con opciones” y que “esa es precisamente” su función.
Las declaraciones del jefe del Pentágono se produjeron horas después de que Trump, en un breve contacto con la prensa en la Casa Blanca, dejara abierta la puerta a una intervención militar. “Puede que lo haga. Puede que no lo haga. Nadie sabe lo que voy a hacer”, dijo el mandatario al ser consultado sobre una posible ofensiva contra Irán. Un día antes, a través de una serie de publicaciones en su red social Truth Social, Trump había exigido la “rendición incondicional” de Teherán y afirmó conocer el paradero del líder supremo iraní, Ali Khamenei. Sin embargo, aclaró que aún no había decidido si ordenaría su asesinato.

“Teherán entiende exactamente lo que dice el presidente. Dijo que durante 60 días tuvieron la oportunidad de llegar a un acuerdo. Deberían haberlo hecho. La palabra del presidente Trump significa algo. El mundo lo entiende. Y en el Departamento de Defensa nuestro trabajo es estar preparados con opciones”, insistió Hegseth durante la audiencia. La senadora demócrata Jeanne Shaheen fue una de las voces más críticas y pidió que los ciudadanos estadounidenses sean informados de manera inmediata “tan pronto como se determine la acción” del gobierno en relación con Irán.

El conflicto entre Israel e Irán ya lleva seis días consecutivos de ataques aéreos que han provocado decenas de muertes en ambos países y una creciente preocupación internacional por el riesgo de conflicto regional. Israel lanzó la operación “Rising Lion” el pasado 13 de junio, utilizando más de 50 cazas para golpear instalaciones nucleares y militares en ciudades como Teherán, Tabriz y Natanz, con el objetivo de degradar la capacidad ofensiva iraní. Según fuentes de inteligencia, más de 1.100 objetivos fueron alcanzados, incluyendo silos de misiles y comandancias del Cuerpo de Guardianes de la Revolución.
La respuesta iraní fue inmediata: más de 400 misiles balísticos y drones fueron lanzados contra Israel en varias oleadas, con un alto porcentaje interceptado por el sistema Cúpula de Hierro, aunque aún se reportan al menos 20 muertos y cientos de heridos del lado israelí. El líder supremo iraní Ayatollah Khamenei rechazó la exigencia de rendición incondicional y afirmó que “la batalla ha comenzado”, advirtiendo sobre “daños irreparables” si Estados Unidos intervenía directamente.

El conflicto ha desatado una crisis humana: miles de civiles han abandonado Teherán, en un éxodo masivo que se extiende hacia provincias del norte, motivado por el miedo y el bloqueo informativo decretado por el gobierno iraní. Se ha constatado congestión severa en rutas, fallas en el suministro eléctrico y escasez de productos básicos, mientras que las autoridades iraníes cerraron el espacio aéreo como medida de precaución.
La incertidumbre regional crece. Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en Oriente Medio con aviones cisterna, cazas y sistemas de defensa antimisiles, y se atiende con urgencia la evacuación de ciudadanos norteamericanos de Israel. Trump afirmó que los sistemas de defensa aérea iraníes fueron mayoritariamente desactivados y que EEUU controla ahora el espacio aéreo sobre Irán.
Rusia, China y Turquía han llamado a la calma y advertido sobre el peligro de una escalada nuclear o militar irreversible. Alemania, Reino Unido y la Unión Europea han urgido a retomar negociaciones nucleares y han presentado planes de repatriación de diplomáticos y civiles atrapados en la región.