El temor por las redadas migratorias del ICE provocaron el cierre de un icónico mercado latino

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El temor por las redadasEl temor por las redadas del ICE provocó el cierre temporal de un icónico mercado latino. (REUTERS/Jose Luis Gonzalez)

“Queremos que los funcionarios electos —especialmente quienes representan a comunidades inmigrantes— asuman la responsabilidad. Quiero que apoyen a mi madre y mi padre y nos den más que tuits, que opiniones o avisos a los medios, porque lo que ocurre ahora es una amenaza para los valores de Nevada, nuestra economía y nuestras familias”, reclamó Rico Ocampo, cuya familia lleva más de dos décadas vendiendo en el Broadacres Marketplace.

La súplica de Ocampo, compartida tras el cierre abrupto del mercado, refleja la angustia de cientos de familias que dependen de este espacio emblemático de North Las Vegas. El 21 de junio, la administración del recinto comercial anunció el cierre temporal del lugar, citando el temor a redadas de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), en medio de una ola de políticas migratorias más estrictas.

Broadacres Marketplace, fundado en 1977, se había consolidado como el corazón de la comunidad latina en la ciudad, recibiendo cada fin de semana a unas 20.000 personas que recorrían sus pasillos en busca de ofertas, comida y entretenimiento.

Algunas de las personas tuvieronAlgunas de las personas tuvieron que recurrir a métodos no tradicionales para vender su mercancía. (Imagen ilustrativa/REUTERS/Brian Snyder)

El mercado, que abarca más de 16 hectáreas en el suburbio de North Las Vegas, permanecía abierto de viernes a domingo y era un punto de encuentro para toda la región.

La decisión de cerrar Broadacres se tomó “por precaución y preocupación por nuestra comunidad”, según un comunicado de la administración, presidida por Greg Danz, director ejecutivo de Newport Diversified Inc., empresa propietaria también de otros dos mercados en California.

El comunicado, citado por NBC News, subrayó: “No queremos que ninguno de nuestros clientes, vendedores o empleados sea detenido en nuestro negocio ni que seamos un faro de compras y entretenimiento mientras nuestro gobierno federal está allanando negocios y deteniendo a su gente”. Hasta el momento, no existe una fecha prevista para la reapertura.

El temor se intensificó tras las detenciones realizadas por ICE a principios de junio en el Santa Fe Springs Swap Meet en el sur de California, también propiedad de Broadacres, lo que generó inquietud entre los vendedores de Nevada ante la posibilidad de que se repitiera la situación.

La administración de Broadacres no respondió a las solicitudes de comentarios de NBC News, y tanto ICE como el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) tampoco ofrecieron declaraciones sobre las redadas en los mercados.

La única ocasión previa en casi medio siglo en que Broadacres cerró por un periodo prolongado fue durante la pandemia en 2020, según relataron dos vendedores veteranos.

Esta vez, la noticia llegó sin aviso previo: empleados recorrieron los puestos la mañana del 21 de junio para informar a los comerciantes que el mercado cerraría ese mismo día.

Ocampo relató que recibió un mensaje de texto familiar a las 10:00, alertando sobre el cierre. “Pensé lo peor. Me preguntaba: ¿Está ocurriendo una redada de ICE? ¿Qué está pasando?”, recordó.

El impacto del cierre seEl impacto del cierre se extendió más allá del ámbito económico. (AP Foto/Alex Brandon, Archivo)

La familia Ocampo, residente en EEUU desde 1992, ha visto cómo su negocio, que comenzó como un pequeño puesto de cacahuates y llegó a ocupar varios espacios con unos 50 productos, quedó reducido a casi nada.

“No queda mucho de nuestro puesto”, tradujo Ocampo las palabras de su padre. Entre los productos, un kilo de cacahuates se vendía a 3 dólares, dos kilos a USD 5; un pequeño queso seco marinado en especias costaba $25, el grande $40.

El artículo más vendido era la semilla pipianera, utilizada para comer cruda, tostada o molida en mole verde. Tras el cierre, la familia intentó continuar las ventas desde su casa, apoyados por una publicación en redes sociales que atrajo a más de 100 clientes en un solo día.

Sin embargo, Ocampo advirtió que depender de las redes y el boca a boca no es sostenible. Muchos ingredientes se importan de otros estados o países y deben comprarse en grandes cantidades.

En la propiedad, una sala refrigerada almacena decenas de sacos de 22.7 kg de cacahuates de Texas, mientras que semillas de calabaza de Bulgaria esperan ser tostadas.

Los cacahuates hervidos, guardados en un frigorífico industrial, serían los primeros en desperdiciarse si el mercado no reabre. La clausura de Broadacres ha dejado a numerosos vendedores y pequeños empresarios inmigrantes sin ingresos en la temporada de mayores ventas.

“Ha dejado a sus negocios, y a otros vendedores inmigrantes y propietarios de pequeñas empresas sin el ingreso crítico que necesitan para sobrevivir durante el periodo de ventas más activo”, lamentó Ocampo.

El impacto económico y social se extiende más allá de los comerciantes. “Cuando se perjudica a los negocios locales, se afecta a la comunidad local”, afirmó Ocampo.

“No solo afecta a los indocumentados; también a sus hijos, familias y clientes que dependen de estos negocios para comprar productos”.

La asambleísta Cecilia González, presidenta del Caucus Legislativo Latino de Nevada, describió el cierre como una “gran interrupción” y una “emergencia económica para cientos de emprendedores —inmigrantes y no inmigrantes—”, en un contexto de aumento del costo de vida y una de las tasas de desempleo más altas del país.

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