
Bruce Springsteen abrió su corazón sobre paternidad y salud mental en una íntima conversación con Michelle Obama, en el pódcast IMO, donde relató cómo superó las heridas de crecer con un padre emocionalmente ausente y logró romper patrones familiares negativos para convertirse en un padre más presente.
En el diálogo con la ex primera dama, el cantante recordó cómo la figura paterna marcó su vida desde una distancia dolorosa. “Crecí con un padre ausente en la casa. Toda mi vida fue una espera para que él se fijara en mí de alguna manera”, confesó.
También explicó que la falta de conexión emocional se agravó por los problemas de salud mental que su padre enfrentaba, una situación poco reconocida en la década de 1950.

Durante años, cargó con la creencia de que su supuesto rechazo se debía a fallas propias. “Cuando eres joven y te rechazan, piensas que has hecho algo mal, que no eres suficiente, que no mereces ser amado”, expresó.
Springsteen reflexionó sobre la diferencia entre la presencia física y la implicación emocional. Durante el podcast recordó cómo su padre, aunque vivía con la familia, permanecía distante, absorbido por el alcohol y sus conflictos internos. El músico admitió que en sus primeros años como padre también priorizó el trabajo por encima del tiempo familiar.
“Aprendí que la paternidad es como poner centavos en el banco. Es ese tiempo que dedicas, aunque estés cansado o tengas otras cosas en mente, lo que realmente marca la diferencia”, afirmó.

Según el artista, el verdadero valor está en la atención y la constancia, más que en los bienes materiales. “Nunca eres demasiado pobre para ser padre. El tiempo y la atención son lo que cuenta”, sostuvo.
Michelle Obama coincidió, destacando que su propio padre, pese a las dificultades económicas, encontraba momentos para conectarse con ella y su hermano. Ambos subrayaron que los hijos valoran más la presencia emocional que cualquier otro aspecto.
Uno de los puntos más reveladores de la charla fue la apertura del músico sobre su proceso terapéutico. Relató que, al provenir de una familia donde la salud mental era un tema tabú, le costó buscar ayuda profesional.
“Cuando empecé, me sentía avergonzado. Era un niño de los años cincuenta, y en mi familia nadie recibía ayuda”, explicó. Inicialmente, asistía a terapia ocultándose con gorra y gafas por temor a ser reconocido.

A pesar del estigma, reconoció que el acompañamiento psicológico fue clave en su desarrollo emocional. “No podía negar que estaba funcionando. Poco a poco, me sentía mejor y más cómodo con mis emociones”, destacó el cantante.
Michelle valoró su honestidad, destacando la necesidad de que figuras públicas hablen abiertamente sobre salud mental, especialmente en el caso de los hombres.
Tanto Springsteen como su esposa, Patti Scialfa, decidieron romper con los patrones heredados. “El objetivo es trabajar en uno mismo para que tus hijos no tengan que cargar con tus errores. Que cometan los suyos, pero no los tuyos”, reflexionó el músico.
Gracias a este compromiso, logró incorporar hábitos cotidianos que antes le resultaban ajenos, como levantarse temprano para compartir con sus hijos antes de ir a la escuela.

“Si no te levantas cuando los niños están en su mejor momento, te lo pierdes. Y esos años pasan muy rápido”, advirtió. También destacó que la influencia de los padres tiene una ventana de tiempo limitada: “Si tus hijos salen de casa sin llevarte con ellos, es una gran pérdida”.
Ante la consulta de una joven oyente de 24 años frustrada por la distancia emocional de su padre, Springsteen ofreció una respuesta basada en su experiencia. “A veces, las relaciones tienen límites y no hay grandes soluciones. Lo más útil es comunicar tus necesidades de manera honesta y directa, aunque sea incómodo”, recomendó.
Por otro lado, relató que expresar a su padre cuánto lo necesitaba fue fundamental para su propio bienestar, incluso si la respuesta no era la esperada. La ex primera dama complementó la reflexión: “Si tu padre no puede darte lo que necesitas, es importante que busques ayuda para procesar ese dolor”.

Las dos figuras coincidieron en que reconocer los límites ajenos no implica resignarse, sino encontrar vías para sanar emocionalmente. “Tu paz interior es tu responsabilidad, y trabajar en ella es un regalo que te haces a ti mismo”, enfatizó el artista de 75 años.
Hacia el final del podcast, compartió un episodio decisivo en su relación con su padre. Poco antes de convertirse en padre, recibió su visita en Los Ángeles.
En un gesto sorpresivo, su progenitor expresó que “has sido muy bueno con nosotros. Yo no fui muy bueno contigo”. Él respondió: “Hiciste lo mejor que pudiste”.
Ese breve momento de honestidad marcó profundamente al artista. “Esa pequeña admisión de la verdad hizo una enorme diferencia para mí. Sigo sintiendo la gracia de ese momento”, confesó.
Durante el podcast IMO enfatizó que la reparación emocional puede llegar incluso con gestos pequeños, y que siempre existe la posibilidad de sanar los vínculos familiares.
La conversación dejó un mensaje claro: la paternidad y las relaciones familiares son un trabajo continuo, donde la honestidad, el compromiso emocional y la búsqueda de ayuda pueden transformar heridas en oportunidades de amor y crecimiento.