
La tormenta tropical Erick, actualmente ubicada frente a las costas del Pacífico mexicano, muestra señales de un desarrollo acelerado que podría convertirla en un huracán de categoría 3 o superior en las próximas 48 horas, según pronósticos del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos y el Servicio Meteorológico Nacional de México (SMN).
Aunque el impacto directo será en México, el fenómeno está siendo monitoreado de cerca por agencias estadounidenses debido a su posible influencia en el clima regional y los sistemas de detección de ciclones que cubren el Pacífico oriental.
De acuerdo con el último informe del NHC, con sede en Miami, se espera que Erick alcance fuerza de huracán este miércoles 18 de junio por la mañana. Actualmente, el ciclón se ubica a unos 385 kilómetros al sureste de Puerto Ángel, Oaxaca, y mantiene vientos sostenidos de 85 km/h, avanzando hacia el noroeste a una velocidad de 11 km/h.
El organismo advierte que las condiciones atmosféricas y oceánicas son ideales para un fortalecimiento rápido, incluyendo temperaturas oceánicas muy cálidas, baja cizalladura del viento y alta humedad.

Bajo estos factores, se proyecta que Erick alcance la categoría de huracán mayor (categoría 3 o superior) para el jueves por la mañana, cuando se aproxime a la costa mexicana al este de Acapulco, una región que aún se recupera del devastador paso del huracán Otis en 2023.
Aunque Erick no representa una amenaza directa para el territorio continental de Estados Unidos, el sistema está bajo observación constante por parte de la NOAA y el NHC, que lo consideran relevante por su potencial influencia en la dinámica atmosférica regional.
La trayectoria y evolución de este tipo de ciclones puede afectar los patrones de presión y circulación en el Golfo de México y el suroeste de Estados Unidos, además de contribuir a la generación de oleaje y marejadas en el Pacífico.
Además, los fenómenos intensos como Erick sirven como indicadores clave para los modelos climáticos y de preparación ante huracanes utilizados por agencias federales, incluyendo el National Weather Service (NWS) y el FEMA.

La NOAA ha destacado a Erick como un caso de estudio para observar el fenómeno de la intensificación rápida de ciclones tropicales en el Pacífico oriental, una característica que está volviéndose más común con el cambio climático.
Científicos estadounidenses monitorean este tipo de tormentas para analizar cómo las condiciones ambientales actuales podrían favorecer un mayor número de huracanes extremos en los próximos años.
Además, existe una coordinación continua entre autoridades meteorológicas de EE.UU. y México, lo que permite compartir datos en tiempo real sobre la trayectoria y evolución del sistema. Estas alianzas son clave para ajustar pronósticos, emitir alertas tempranas y coordinar operaciones de emergencia.
Los modelos de pronóstico indican que Erick continuará su trayectoria al noroeste, acercándose a tierra entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves.

Durante este período, podría alcanzar vientos sostenidos superiores a 178 km/h, lo que lo convertiría en un huracán mayor. Se prevé que los efectos de las lluvias y el oleaje comiencen a sentirse en la costa desde la tarde de este martes.
Las autoridades meteorológicas recomiendan seguir los comunicados oficiales, tanto en México como en Estados Unidos, para conocer los cambios en la trayectoria y los efectos secundarios que podría provocar Erick en el clima de la región.
El NHC y el SMN coinciden en que el mayor riesgo asociado a Erick serán las intensas lluvias y la marejada ciclónica. Se esperan acumulaciones de hasta 50 centímetros de lluvia en los estados de Oaxaca y Guerrero, con riesgo de inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en zonas montañosas.
También se anticipan oleajes de gran altura y corrientes marinas peligrosas a lo largo de la costa del Pacífico sur mexicano, especialmente en las regiones ubicadas al este del punto donde el ciclón toque tierra.