Observa todos los trabajos en el auto con atención, como en sus años de gloria que lo llevaron a ser campeón en todas las categorías que corrió. Se trata de Ernesto Celestino Bessone, que a sus 67 años volvió a correr en el TC 2000 y se lo ve impecable al porteño. Solo las canas cambiaron de aquellos días en los que fue uno de los mejores pilotos nacionales y hoy acompaña uno de los cambios más profundos en la historia del Turismo Competición.
El 24 de noviembre de 1985 le dio el primer triunfo a una cupé Renault Fuego y se reencontró con ese mítico coche que se recuperó luego de 35 años y fue restaurado por los hermanos Diego y Marcelo Medina. El conducir nuevamente aquel auto, que volvió a tener un motor de Oreste Berta, encendió otra vez la llama en Bessone, que fue campeón del TC 2000 en 1996, pero con un Ford Escort.
Sus comienzos en el Turismo Competición en 1982 fueron con un Volkswagen 1500 del equipo de Luis Rubén Di Palma. Hoy Tito (03/04/1958) corre otra vez con un VW, pero en este caso con un Nivus con los mismos colores de aquella cupé Fuego. Se trata de un modelo que forma parte de la renovación de los autos con el ingreso de los SUV, el segmento más vendido del mercado automotor. Es la estrategia que buscan los dueños de la categoría, los hermanos Alejandro y Diego Levy, para poder resurgirla a sus mejores épocas poniendo en la pista autos de calle y que hoy se estén comercializando. Esto apunta a volver a captar el interés de otras terminales además de Honda y Toyota que hoy tienen sus equipos oficiales.
Justamente, el veterano corredor compite con el primer prototipo que hizo la categoría en esta era de los SUV. Se lo nota tan entusiasmado como en sus inicios cuando corría con su homónimo padre, quien supo ser el campeón nacional más longevo en la Argentina cuando fue campeón en la Clase 2 del Turismo Nacional en 1985 con 62 años a bordo de un Alfa Romeo Sprint.

El Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez es el patio de su casa y en uno de los boxes el inoxidable Tito Bessone se presta al diálogo con Infobae, explicando por qué volvió a correr a su edad: “Me siento con la misma pasión de siempre. Obviamente me compromete mucho esto, este tipo de autos por la potencia, la velocidad de curva y la aerodinámica que tiene”.
De su secreto para mantenerse diez puntos físicamente indica que “entreno mucho. Tengo una rutina que la cumpla a rajatabla y le dedico tiempo a la parte física. Eso me permite hacer otro tipo de deporte y entre ellos el automovilismo, que es muy demandante físicamente”. ¿Cuál es su secreto? “El secreto es combinar proteínas. Hay días que consumo hidratos de carbono, pero tampoco me privo de nada porque quemo muchas calorías”. Explica que toma “complementos vitamínicos, vitamina C, colágeno, Omega3 y creatina cuando voy al gimnasio. Y también, cuando hay sol, mínimo 30 minutos de vitamina D”.
De lo físico cuenta que “después de que me retiré sentí la necesidad de seguir entrenando. La base en lo físico es la actitud y el deporte. Normalmente hago una hora y media de cardio por día, cuatro días a la semana. Después tengo una rutina de una hora y cuarto de musculación que la hago cuatro veces por semana”. Antes de los fines de semana de carrera la actividad se intensifica y Tito describe que hace “48 kilómetros de footing y seis horas de musculación semanales”. En tanto que “si no tengo carrera, el sábado a la mañana hago musculación y el domingo a la tarde hago 12 kilómetros de footing más una hora y media de musculación. O si algún día no pude hacer nada porque estuve muy ocupado me voy a la noche al gimnasio. Mi cuerpo lo pide y yo siento la necesidad de hacerlo, no puedo estar sin hacer actividad física”, explica. Aunque el corredor oriundo de Mataderos aclara que también lo ayuda su genética: “Mi papá fue campeón con 62 años, tenía un buen físico y en su época también entrenaba mucho”.
Por otro lado, confiesa que volver a manejar la cupé Fuego de 1985 después de 40 años “fue muy lindo porque el auto fue hecho desde cero por los hermanos Medina y el Savino Sport, Berta, Antelo, participó mucha gente para dejar el auto original tal cual que lo manejaba yo y la verdad es que lo dejaron hasta más prolijo y como lo tenía yo afortunadamente”.

Ahora volvió a correr con los mismos colores de ese emblemático modelo del Rombo y recuerda que “fue una gran década por el cambio de modelos que precisamente se efectuó en el año ‘85, que se pasó del Ford Taunus a la Sierra y del Renault 18 al Fuego por señalar algunos. Marcó un tiempo importante la categoría y tuve la suerte de vivirlo. Cuarenta años después lo vuelvo a experimentar con este cambio tan profundo que es pasar del auto sedán al SUV, que son los autos que están hoy en la calle y que se ven mucho. Y en este caso me toca manejar junto a mi compañero de equipo, Nico Palau, en el equipo Halcón. Estoy muy comprometido y trató de dar lo mejor de mí”.
Su gran rival fue Juan María Traverso y ambos protagonizaron un River-Boca en la categoría. El Flaco de Ramallo como baluarte de Renault y Tito de Ford. Protagonizaron miles de batallas como el día que intercambiaron la punta de una carrera en Buenos Aires en 1986. “Fue el gran referente del automovilismo argentino. Fue un honor para mí haber compartido pistas con él durante 20 años con él”, subraya.
También eran tiempos de otros códigos, como la vez que Bessone lo chocó a Traverso en una definición del título en Tucumán y las autoridades iban a darle una sanción fuerte de varios meses. Sin embargo, el propio Traverso, Guillermo Yoyo Maldonado, Osvaldo Cocho López y otros referentes fueron a hablar al Automóvil Club Argentino (ACA) para que el porteño pueda correr. “Yo me equivoco mal, me arrepiento de la maniobra y después, evidentemente, lo interpretó así el automovilismo argentino, porque se analizó obviamente la intención y el arrepentimiento. Son experiencias que te tocan vivir y por supuesto me enseñó mucho. Estuve totalmente arrepentido con la maniobra que no deja de ser una experiencia al fin”, afirma.
Sobre este nuevo auto del TC 2000 describe que “tiene aproximadamente 500 HP (caballos de potencia). Para que la gente lo entienda, es el equivalente a cuatro motores más que el auto de calle. Con mucha carga aerodinámica, efecto suelo, con una goma muy blanda muy rápida y es un auto que tiene muchísima velocidad en recta, en curva y frena muy bien. Por eso ya en cada circuito que fue batió récord”.
Bessone fue campeón en todas las categorías en las que corrió: TC 2000 (1996), TC (2003), Turismo Nacional (2003), Club Argentino de Pilotos (1983 y 1984), Supercart (1995) y Top Race (2004). Sostiene que no hubo ningún secreto detrás de esas conquistas, sino “simplemente contar con un buen equipo, gente muy comprometida que ame este deporte tanto como lo amo yo. Y cuando tenés un equipo fuerte por detrás, un gran auto y también la suerte necesaria, se logran los resultados”.
Ernesto Tito Bessone muestra la motivación del primer día y corre contra pilotos que podrían ser sus hijos. De hecho, este fin de semana en Rosario uno de sus rivales será su hijo Figgo (21 años) que volverá a la categoría y competirá con un Chevrolet Cruze. Es el legado de tres generaciones de este icónico apellido del automovilismo nacional.