
La selección nacional de Polonia atraviesa una de sus mayores crisis internas tras la sorpresiva renuncia de su entrenador, Michal Probierz. El técnico, que asumió el cargo el 20 de septiembre de 2023, comunicó este jueves su dimisión luego de una serie de malos resultados y un conflicto abierto con la máxima figura del vestuario, Robert Lewandowski.
Probierz, de 52 años, confirmó el fin de su ciclo en un comunicado oficial publicado por la Federación Polaca de Fútbol. “Mejor decisión para el bien de la selección nacional”, expresó el entrenador, en referencia a la convulsionada situación que vivía el equipo desde hace semanas. El propio seleccionador había asegurado luego de perder contra Finlandia por 1-2 en Helsinki que no pensaba dimitir. “Sé cómo salir de la crisis”, había señalado en conferencia de prensa tras ese partido de clasificación mundialista, uno de los más tensos de los últimos años para el combinado polaco.
La derrota ante Finlandia supuso un golpe en el ánimo y las opciones de clasificación de Polonia. Pero lo más grave se gestó fuera del terreno de juego. La víspera del encuentro estuvo marcada por la decisión del entrenador de quitarle la capitanía a Robert Lewandowski, emblema del fútbol polaco, quien ostenta el récord absoluto de apariciones (158) y es máximo goleador histórico de la selección (85 tantos).
Probierz comunicó la decisión al jugador por teléfono, una forma que no cayó bien en el entorno de Lewandowski. Según informó la Federación, “el entrenador informó personalmente a Robert Lewandowski, a todo el equipo y al cuerpo técnico de su decisión”. El delantero del FC Barcelona respondió de inmediato con un anuncio que conmocionó a la afición: “Considerando las circunstancias y la pérdida de confianza en el entrenador de la selección polaca, decidí renunciar a jugar en la selección hasta que él sea el seleccionador. Espero poder volver a jugar para la mejor afición del mundo”, escribió en un posteo en la red social X y en una historia en Instagram.

No era la primera vez que salía a la luz la tensión entre el cuerpo técnico, parte del vestuario y el delantero. Según fuentes cercanas al equipo, Lewandowski había ido perdiendo apoyos desde el inicio de la gestión de Probierz. La retirada del brazalete y la reacción pública del delantero, quien afirmó sentirse “traicionado”, precipitaron la crisis.
El propio rendimiento en el campo, lejos de ser el esperado, aumentó la presión sobre el seleccionador. Las cifras oficiales muestran que en los 21 partidos que dirigió, Probierz obtuvo nueve victorias, cinco empates y seis derrotas, con una diferencia positiva de goles (34 a favor y 29 en contra). Sin embargo, los resultados no alcanzaron para calmar la situación interna ni para mantener las aspiraciones mundialistas.
Probierz había asumido el cargo en septiembre de 2023 tras la salida del portugués Fernando Santos, quien también se marchó debido a los malos resultados. En ese contexto ya inestable, la llegada del nuevo entrenador prometía un cambio de rumbo que nunca llegó a consolidarse.
La salida de Probierz supone un desafío extra para la Federación Polaca de cara al tramo final del año. El equipo aún debe disputar cinco partidos de clasificación y un amistoso hasta diciembre, comenzando en septiembre. El regreso de Lewandowski dependerá en buena medida de quién tome el relevo en el banquillo y de la capacidad de la nueva dirección para reconducir la convivencia en un vestuario fracturado.