
El X-37B es un vehículo espacial no tripulado operado por la Fuerza Espacial de Estados Unidos desde 2019, aunque el proyecto fue gestionado anteriormente por la NASA, la DARPA y la Fuerza Aérea. Fabricado por Boeing, el aparato mide 9 metros de largo, 4,5 metros de envergadura y pesa unas 5 toneladas. Su diseño reutilizable recuerda al antiguo transbordador espacial de la NASA, pero el X-37B vuela sin tripulación y está enfocado en pruebas tecnológicas militares confidenciales.
Desde su primer lanzamiento en 2010, el X-37B ha completado siete misiones orbitales, acumulando más de una década de operaciones y más de 2.092 millones de kilómetros recorridos. Cada misión ha permanecido en órbita durante varios meses e incluso años, con una duración máxima registrada de 908 días. Entre los objetivos de estas misiones destacan la prueba de tecnologías de navegación, propulsión, resistencia de materiales y maniobras orbitales avanzadas, así como la evaluación de técnicas para modificar la trayectoria usando la resistencia atmosférica, conocida como “frenado aerodinámico”.
El regreso de cada misión siempre ha estado rodeado de discreción. Los aterrizajes recientes se han realizado en la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg, California, normalmente sin cobertura en vivo ni anuncios. Este secretismo confirma la prioridad que el gobierno de los Estados Unidos otorga al control y la flexibilidad operativa en su estrategia espacial, de acuerdo con quienes han realizado alguna cobertura relacionada.

Misión 1: Concluyó el 3 de diciembre de 2010 tras permanecer 224 días en órbita. El principal objetivo fue demostrar la viabilidad de enviar vehículos espaciales no tripulados al espacio y recuperarlos de forma segura.
Misión 2: Finalizó el 16 de junio de 2012 luego de 469 días en órbita. Esta misión puso a prueba el diseño y nuevas capacidades del X-37B, consolidando su fiabilidad en vuelos prolongados.
Misión 3: Terminó el 17 de octubre de 2014 tras 674 días en el espacio. Se centró en la evaluación y mejora del rendimiento y las características técnicas del vehículo.
Misión 4: Concluyó el 7 de mayo de 2017 luego de 718 días orbitales. Los experimentos estuvieron enfocados en la recopilación de datos para la comunidad científica y espacial, además de pruebas para la vigilancia orbital y el monitoreo de objetos en el espacio.
Misión 5: Finalizó el 27 de octubre de 2019, tras una estancia de 780 días en órbita. Durante esta fase, se desplegaron pequeños satélites y se realizaron experimentos para comprobar el funcionamiento de distintas tecnologías en condiciones extremas del espacio.
Misión 6: Aterrizó el 12 de noviembre de 2022 tras permanecer 908 días en el espacio, marcando el récord de duración para el X-37B. La nave probó un módulo de servicio para experimentos, desplegó un satélite y examinó los efectos de la radiación sobre materiales y semillas, así como sistemas para transformar la energía solar en microondas de radiofrecuencia.
Misión 7: Finalizó con el aterrizaje en la Base Vandenberg el 7 de marzo de 2025, después de 434 días en órbita. La misión incluyó pruebas de maniobras como el “frenado aerodinámico”, que mejora la capacidad de regreso usando la atmósfera y reduce el uso de combustible. El X-37B también ejecutó experimentos sobre conciencia del dominio espacial para mejorar la vigilancia y control del entorno orbital.

Boeing ha construido dos unidades del X-37B, cada una con una vida útil reutilizable. Los lanzamientos se han realizado principalmente desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, utilizando cohetes SpaceX Falcon y Falcon Heavy, lo que ha permitido operar las misiones con distintos perfiles orbitales según los objetivos técnicos de cada fase.
El programa X-37B comenzó en 1999 bajo la tutela de la NASA y después fue transferido a la DARPA, el Departamento de la Fuerza Aérea, y finalmente a la Fuerza Espacial de Estados Unidos. Esta evolución responde al creciente reconocimiento del espacio como territorio estratégico en el marco de la competencia global, especialmente frente a los desarrollos tecnológicos de China y Rusia que también experimentan con plataformas espaciales avanzadas y sistemas antisatélite.
El control del dominio espacial, según las declaraciones públicas del general Chance Saltzman, es una prioridad estratégica para Estados Unidos. Las misiones del X-37B forman parte de un proyecto de modernización y preparación para escenarios competitivos, en los que la experimentación y prueba de nuevas capacidades resultan cruciales para definir la infraestructura y la seguridad espacial futura del país.