MIAMI.- En respuesta a la crisis humanitaria y de derechos humanos que atraviesa Cuba, con una cifra récord de 1.176 presos políticos y el colapso de sus sistemas de salud y energía, el Directorio Democrático Cubano (DDC) intensificó una ofensiva diplomática internacional que dará paso al evento ‘Salvar a Cuba’ en Miami el próximo septiembre.
A través de reuniones de alto nivel en Costa Rica y Estados Unidos, la organización anunció a través de su secretario nacional, Orlando Gutiérrez-Boronat, que el propósito es consolidar un “frente internacional” para presionar por un cambio democrático en la isla.
Ofensiva diplomática
La estrategia del DDC se centra en gestiones de alto impacto para evidenciar la insostenibilidad del régimen cubano. Una de las más relevantes fue el encuentro de Gutiérrez-Boronat con el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles, en San José, donde expuso la "propuesta de transición democrática de salvación nacional".
Estas acciones se complementaron con reuniones en el Parlamento de Suecia y un importante encuentro el 8 de agosto con el senador estadounidense Rick Scott, en la histórica Torre de la Libertad de Miami, donde se presentaron propuestas concretas para reforzar la lucha por la libertad.
Como resultado de esta presión, el Senado de Chile aprobó una resolución que no solo condena a la dictadura, sino que reconoce explícitamente "la labor de la Asamblea de la Resistencia Cubana", de la que es parte integral el DDC.
La campaña del Directorio también apunta directamente a las finanzas del régimen, con una iniciativa que logró que el Parlamento Europeo votara para suspender el financiamiento de la Unión Europea a la dictadura.
Esta medida busca cortar el flujo de recursos que, según la oposición, se utiliza para sostener el aparato represivo del régimen.
Llamado a la acción internacional
El complemento de estos esfuerzos será el evento "Salvar a Cuba", programado para el 13 de septiembre y enmarcado en el 35º aniversario del DDC. La conferencia de prensa de presentación del acto está pautada para el 14 de agosto a las 11:30 a.m. en la sede del Directorio.
En un simbólico llamado desde la Basílica de la Virgen de los Ángeles en Costa Rica, Gutiérrez-Boronat convocó a unirse a la conferencia para lograr "el empuje final por la nación cubana".
En un video enviado a DIARIO LAS AMÉRICAS, el líder opositor declaró que este encuentro será "portal y plataforma para ese esfuerzo necesario y final para que Cuba regrese a sí misma y los cubanos recuperen su nación".
El secretario nacional del DDC enfatizó la urgencia de la situación, tras afirmar que "es necesario salvarla para salvar a América", en un claro mensaje a la comunidad internacional para que se involucre de forma activa en la liberación del pueblo cubano.
Paralelamente a la diplomacia externa, el DDC mantiene una comunicación directa con el pueblo cubano a través de Radio República, que transmite 24 horas al día para romper el cerco informativo del régimen.
Colapso multidimensional
Estas acciones del exilio se producen en el contexto de un deterioro sin precedentes en la isla. Informes de julio documentan un récord de 1.176 personas presas por motivos políticos, de las cuales 474 presentan patologías graves sin atención médica adecuada.
El propio ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal Miranda, admitió que el país solo dispone del 30% del cuadro básico de medicamentos.
Esta crisis se extiende a todos los ámbitos. La inseguridad alimentaria es tan severa que el salario medio de 17 dólares mensuales es insuficiente para la nutrición básica, y los apagones diarios afectan hasta al 41% del territorio nacional, lo que provocó 845 protestas ciudadanas solo en julio.
La represión se ha vuelto más sofisticada y cruel, según el exilio cubano. Julio fue catalogado como el mes más represivo de 2025, con 357 acciones documentadas que incluyen detenciones arbitrarias, hostigamiento a familiares de presos del 11J y asedio a viviendas.
Una táctica alarmante para la oposición es la revocación de libertades condicionales, que devolvió a prisión a líderes como José Daniel Ferrer García, de UNPACU, y Félix Navarro Rodríguez, lo que evidenciaría la falta de garantías jurídicas y la voluntad del régimen de silenciar cualquier disidencia.
La vida cotidiana se convirtió en una lucha por la supervivencia. Con un salario medio de 6.506 pesos, una familia en La Habana necesita más de 41.000 pesos solo para una dieta mínima, una brecha insalvable que fomenta el "hambre oculta" por la falta de nutrientes.
La escasez de medicinas alimenta un mercado negro con precios exorbitantes, donde una simple tableta de analgésico puede costar alrededor de 1.500 pesos.