El exfutbolista francés Lassana Diarra, internacional con la selección de Francia y exjugador de clubes como Real Madrid, Arsenal y Chelsea, ha presentado una demanda millonaria contra la FIFA y la Federación Belga de Fútbol.
El exmediocampista reclama €65 millones (unos $76 millones) por los perjuicios derivados de la normativa en materia de traspasos, que recientemente fue considerada contraria al derecho comunitario por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
El origen del conflicto
En 2014, Diarra rompió su contrato con el Lokomotiv de Moscú para fichar por el Charleroi de Bélgica. Sin embargo, el club belga desistió del fichaje al temer una indemnización millonaria de 22 millones de dólares por “ruptura abusiva de contrato”, según la normativa FIFA vigente en ese momento.
Esta situación derivó en una drástica reducción de ingresos para el futbolista, que decidió llevar el caso ante la justicia belga con el apoyo del sindicato de jugadores FIFPro.
El fallo del TJUE
En octubre de 2023, el TJUE determinó que algunas de las reglas de la FIFA sobre transferencias internacionales de jugadores eran contrarias al derecho europeo, poniendo en cuestión el actual sistema de traspasos.
Ante la falta de una solución amistosa por parte de las autoridades futbolísticas, Diarra ha decidido acudir nuevamente a los tribunales.
“A mi pesar, tendremos de nuevo que explicarnos ante los jueces; no nos queda otra opción”, declaró el exfutbolista en un comunicado difundido por su abogado, Martin Hissel.
Apoyo colectivo de jugadores
El movimiento cuenta con el respaldo de la fundación Justice for Players, que defiende los intereses de los futbolistas en Europa.
"Apoyamos de manera firme al Sr. Diarra e instamos a todos los jugadores que hayan jugado en la Unión Europea o en Reino Unido desde 2022 a unirse a la demanda colectiva para pedir cambios reales a las reglas FIFA”, afirmó Lucia Melcherts, presidenta del consejo de la fundación.
Un caso que podría cambiar el fútbol europeo
La reclamación de Diarra no solo busca una indemnización personal, sino que también podría marcar un precedente legal con amplias repercusiones en el sistema de transferencias de la FIFA y en la protección de los derechos laborales de los futbolistas profesionales en Europa.