Compartir la cama con un perro es una práctica común entre dueños que buscan fortalecer el vínculo con sus mascotas. Sin embargo, esta decisión debe tomarse con cuidado, ya que puede influir en el comportamiento del animal y en la calidad del sueño de las personas.
Según la veterinaria Sandra C. Mitchell, colaboradora del medio especializado PetMD, hay un punto específico en el desarrollo del perro en el que esta práctica se vuelve más apropiada. Aunque no hay una regla única, se recomienda esperar a que el animal haya alcanzado cierta madurez y cuente con entrenamiento básico antes de convertir la cama en un espacio compartido.

Beneficios y momento adecuado para compartir la cama
Permitir que un perro duerma en la misma cama que su dueño puede tener efectos positivos en la relación entre ambos. De acuerdo con un artículo de Mitchell para PetMD, esta práctica puede reforzar el lazo afectivo, proporcionar seguridad emocional a la mascota y promover un ambiente de confianza. Para muchas personas, también ofrece una sensación de compañía y relajación al final del día.
Respecto al mejor momento para autorizarlo, la experta sugiere esperar hasta que el perro tenga al menos un año de edad y haya aprendido las normas básicas de comportamiento. Esta etapa garantiza que el animal entienda límites y respete el espacio compartido, lo que reduce el riesgo de desarrollar problemas como la sobreprotección o la ansiedad por separación.
Mitchell enfatiza que es más fácil relajar normas con el tiempo que imponer nuevas restricciones a un hábito ya arraigado.
Aspectos clave antes de dejar que suba a la cama
Antes de permitir que un perro duerma en la cama, es importante tener en cuenta ciertos factores. La salud del animal debe estar al día, incluyendo controles veterinarios, desparasitación y cuidados de higiene. También se debe considerar si el tamaño del perro y sus hábitos de sueño son compatibles con los del dueño. Para evitar conflictos de comportamiento, el perro debe entender que el acceso a la cama es un privilegio, no un derecho permanente.
Además, la recomendación de Mitchell incluye mantener una rutina clara y evaluar periódicamente si la convivencia nocturna es cómoda para ambas partes. Si en algún momento se desea revertir la decisión, será más fácil hacerlo si el perro también tiene un lugar propio donde dormir.
Aunque dormir con un perro puede ser una experiencia positiva, la decisión debe tomarse con responsabilidad. Esperar a que la mascota sea adulta y esté bien entrenada es clave para mantener la armonía en casa.
Continúa leyendo:
Las 10 razas de perros que se conectan con el alma de sus dueños
Consejos de seguridad para mascotas en verano que te evitarán gastos innecesarios
Cómo saber si un gato ya entró a la vejez: estas son las señales de una edad avanzada