El deporte abunda en materia de historias maravillosas y de hazañas impensadas. Y la actuación de Terence Atmane durante los últimos días, en el Masters 1000 de Cincinnati, es un ejemplo de lo propio. Hace 10 días, el francés inició su camino en la clasificación del certamen que se desarrolla en el estado de Ohio. Era uno más de la lista y poseía un objetivo similar al de sus colegas: acceder al cuadro principal y obtener un premio económico que le permita solventar los gastos hasta el final de la temporada. Sin embargo, el 136 del escalafón mundial hiló siete victorias y se instaló en las semifinales de un evento de dicha magnitud por primera vez en su carrera, sorprendiendo al mundo del deporte blanco.
En su camino, Atmane venció a los australianos Omar Jasika y Li Tu, al japonés Yoshihito Nishioka, al italiano Flavio Cobolli, a la joven promesa carioca Joao Fonseca, al estadounidense Taylor Fritz y al danés Holger Rune. Este sábado, desde las 16:00 de Argentina, el actual 69 en el ranking en vivo afrontará un nuevo desafío: esta vez ante el número uno del mundo y reciente campeón de Wimbledon, Jannik Sinner. Ahora,
¿Quién es el particular tenista que ostenta una fallida conexión con la Argentina y que busca la final en Estados Unidos?
Terence Atmane nació el 9 de enero de 2002 en Boulogne-sur-Mer, una localidad en el norte de Francia que se encuentra junto al canal de la Mancha. El tenista de 23 años integró el Top 20 Junior al inicio del 2020 y, un año antes, logró su primer punto ATP. Zurdo, de revés a dos manos y con una personalidad alegre, reconoció que su ídolo deportivo es el chileno Fernando González. El Mago -apodo conseguido por su talento con las cartas- es un apasionado de Pokémon, a tal punto de poseer una de las colecciones más importantes de su país. “Me gustaría que no haya prize money y me pagaran con cartas de Pokémon, sería mucho más fácil”, explicó en una entrevista brindada a la ATP el francés que ostenta un Coeficiente Intelectual (IQ) de 158 y es profesor de física a tiempo parcial.
Durante aquel intercambio, Atmane también reveló que su devoción por los videojuegos fue el motivo por el cual surgió su primer contacto con el tenis. “Jugaba todos los días. Un día vino mi madre y me dijo: ‘Basta de videojuegos. Voy a comprarte una raqueta para que vayas al club y lo pruebes’. Desde entonces, nunca he dejado de jugar”, comentó.
En su debut en el circuito mayor, en el ATP 250 de Chengdu, en agosto del año pasado, el galo salió a la pista para enfrentar a Taylor Fritz con unas zapatillas en sus manos que no eran las otorgadas por su sponsor. Por ello, la marca que contaba con el jugador decidió finalizar el vínculo. “Fue un placer representar a la familia a pesar de que me despidieron. (...) Espero que hayan visto y disfrutado cuanto mejoré mentalmente después de esta semana porque es el inicio de un nuevo ‘yo’”, publicó en su cuenta de Instagram luego de aquella situación el dueño de cuatro títulos Challenger.
En enero de 2023, días después de la consagración de la Selección Argentina en el Mundial de Qatar, Atmane disputó cuatro torneos en el país. En la primera semana del calendario, el francés cayó en la ronda inicial del Challenger de Tigre I ante un joven Alex Barrena, quien en las últimas horas ingresó a la clasificación del US Open y dirá presente, por primera vez, en un Grand Slam. En la segunda edición del certamen que se desarrolló en Hacoaj, sumó dos éxitos: ante el suizo Remy Bertola y el brasileño Joao Reis da Silva. Sin embargo, cedió con el local Andrea Collarini en la ronda de ocho jugadores.
Luego de un breve paso por Brasil, el nacido en Boulogne-sur-Mer voló al norte argentino y compitió en el M25 de Tucumán, en donde venció a los albicelestes Lorenzo Rodríguez y Tomás Farjat para más tarde caer en los cuartos de final frente a otro anfitrión: Thiago Tirante. Finalmente, en el M25 de Río Cuarto, Córdoba, cerró su participación y, hasta el momento, su última visita a la Argentina en la primera ronda, tras ceder ante Juan Ignacio Galarza.
Un dato increíble, pero real, es que Atmane, con sus siete triunfos en Cincinnati, recibió un total de 332 mil dólares, 22 mil más de lo que había percibido en 25 torneos a lo largo de la temporada. “Es muy difícil explicar cómo me siento, soy muy afortunado por haber llegado hasta aquí. Estoy en semifinales de un Masters 1000 y voy a entrar en el Top 100, esto supone mucho dinero para mí, algo que será de mucha utilidad para sostener mi carrera”, sostuvo quien se medirá este sábado al número uno del mundo, Jannik Sinner, en busca de una nueva épica.