MIAMI.- Una intensa polémica envuelve a Florida ante la propuesta de la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre (FWC) de reinstaurar una temporada anual de caza de osos negros, una medida que pondría fin a casi una década sin cacerías regulares de esta especie.
La propuesta, que se discutirá el 21 y 22 de mayo en una reunión en la ciudad de Ocala, al norte de Miami, representa el primer intento de restablecer la cacería de osos desde 2015 y ya provoca manifestaciones en múltiples localidades de la Florida.
Según la FWC, el número de ejemplares creció de apenas unos cientos en la década de 1970 a más de 4.000 en la actualidad, lo que se convierte en "uno de los esfuerzos de conservación más exitosos de Florida".
Sin embargo, esto trajo consigo que las interacciones entre osos y humanos aumentaron en los últimos años, especialmente en zonas donde la expansión urbana invade los hábitats naturales de estos animales. El mes pasado, se registró el primer ataque mortal de un oso a un humano en la historia documentada de Florida: un hombre de 89 años en el condado de Collier.
Los detractores de la medida sostienen que la caza no es una solución efectiva para reducir las interacciones conflictivas entre humanos y osos. "La caza no disminuye las interacciones humano-oso", afirmaron diversos grupos opositores.
Detalles de la propuesta
La propuesta que evalúa la FWC contempla una temporada de caza limitada que comenzaría el primer sábado de diciembre de 2025 y terminaría el último domingo de ese mes, con futuras cacerías anuales entre octubre y diciembre.
La emisión de permisos se realizaría mediante un sorteo aleatorio, a diferencia de 2015, cuando se vendían a cualquiera que pagara. Se autorizaría la caza de hasta 187 osos distribuidos en 31 condados, organizados en cuatro áreas de manejo.
La cacería se restringiría a áreas que cuenten con una población mínima de 200 osos. Los solicitantes deberían ser mayores de 18 años y tendrían la obligación de reportar la captura dentro de las 24 horas posteriores.
Esta propuesta se suma a una ley reciente (HB 87), firmada por el gobernador Ron DeSantis, que refuerza los argumentos de autodefensa para las personas que maten osos en su propiedad, siempre que notifiquen el incidente a la FWC dentro de las 24 horas y no conserven ni vendan los restos del animal.
Voces a favor
Los defensores de la propuesta argumentan que es necesario regular el crecimiento de la población de osos para mantener un equilibrio con el hábitat disponible.
Morgan Richardson, director de Caza y Gestión de Fauna en Florida, señaló que "gestionar el crecimiento de la población es importante para equilibrar el número de especies con un hábitat adecuado y mantener una población saludable".
La FWC sostiene que las poblaciones de osos han crecido hasta cinco veces por encima de los objetivos mínimos de población, lo que sugiere la necesidad de control.
Según la comisión, "una cacería regulada podría ayudar a reducir la sobrepoblación en áreas donde las poblaciones de osos son altas, potencialmente conduce a menos conflictos con humanos y otros osos".
Los promotores también destacan que la caza proporciona beneficios recreativos y económicos. "Un cazador puede utilizar la carne, la piel, la grasa y otras partes de cualquier oso que capture", indicó la FWC.
Además, los ingresos generados por los permisos de caza podrían destinarse a la adquisición de tierras, restauración de hábitats y otros esfuerzos de conservación.
Voces en contra
Por otro lado, los opositores a la caza argumentan que la decisión carecería de fundamento científico sólido. El grupo Bear Defenders afirmó que "la única justificación que la FWC ha dado para tener la cacería es ofrecer una oportunidad para que los cazadores de trofeos capturen un oso".
Adam Sugalski, director ejecutivo de la organización OneProtest, calificó la propuesta como "un acto prematuro e irresponsable" y señaló que los propios funcionarios de la FWC han reconocido que los datos completos sobre la población de osos no estarán listos hasta 2029 o 2030.
Por su parte, Bryan Wilson, coordinador de la Fundación de Derechos de los Animales de Florida, argumenta que el problema radica en la expansión humana: "Los osos estuvieron aquí primero. Nos mudamos a sus áreas. Cualquier interacción humano-oso es porque terminamos con la toma de sus bosques, sus fuentes de alimentación y los lugares donde viven".
Una encuesta realizada por Humane World for Animals mostró que el 81% de los votantes residentes en Florida se opone a reabrir la temporada de caza de osos y prefiere métodos no letales para manejar los conflictos.
Entre las alternativas sugeridas está una mejor gestión de la basura en condados rurales, que reduciría la atracción de osos hacia áreas residenciales.
Precedente
La última caza de osos en Florida, realizada en octubre de 2015, terminó en apenas 48 horas después de que se mataran 304 de los 320 osos previstos en la cuota.
En esa ocasión se vendieron 3.778 permisos y se recaudaron 376.900 dólares. Los críticos señalaron en su momento que se mataron madres lactantes y oseznos que debían ser protegidos, y que personas sin licencia fueron sorprendidas en actividades de caza.
Esta experiencia alimenta la desconfianza hacia un nuevo programa de caza.
La propuesta de reanudar la caza de osos negros en Florida ha reavivado un debate que refleja visiones contrapuestas sobre la gestión de la vida silvestre y la coexistencia entre humanos y animales salvajes.