
La agenda de Glen Powell está repleta de títulos destacados y desafíos a la altura de las grandes estrellas. Este otoño protagoniza The Running Man, dirigida por Edgar Wright y basada en la novela de Stephen King, y encabeza la comedia Chad Powers en Hulu, donde interpreta a un mariscal de campo en busca de redención.
Además, su papel en Twisters, la esperada secuela del clásico de desastres, ha confirmado que puede liderar tanto películas de acción como comedias románticas. Según compartió con GQ, estos papeles demandan “no solo presencia física, sino una autenticidad emocional que el público actual valora especialmente”.
En un Hollywood hambriento de actores capaces de mostrar fortaleza y vulnerabilidad, Powell se ha consolidado como una figura única. A los 36 años, el actor texano ha conseguido combinar el carisma de las antiguas estrellas de cine con una visión contemporánea de la masculinidad.
No es casualidad que sea portada de la revista GQ, donde analizó en profundidad estos temas en una entrevista publicada por el medio. Tras años de papeles secundarios y rechazos recurrentes, Powell representa una generación de intérpretes dispuesta a desafiar los estereotipos y explorar la complejidad emocional en pantalla.
Powell ha reflexionado abiertamente sobre la nueva masculinidad en Hollywood, tema central en su carrera y en su diálogo con GQ. “Me parece genial y difícil ser abierto y vulnerable”, afirmó durante la entrevista.
Para el actor, “la verdadera fuerza está en mostrar debilidad y en aprender de los fracasos”. Subrayó que esta visión fue forjándose desde su infancia en Texas y se consolidó enfrentando los altibajos de la industria: “Ahí es donde siento que la vulnerabilidad es el mayor sentido de la masculinidad”.
Enfrentar la exposición pública puede ser abrumador, pero Powell prefiere asumir riesgos y mantenerse auténtico: “Prefiero que me vean fallar siendo yo mismo, que triunfar fingiendo ser alguien que no soy”.

El camino de Powell ha estado marcado por la guía de grandes figuras. Su relación con Tom Cruise se volvió determinante durante el rodaje de Top Gun: Maverick.
Cruise le transmitió la importancia de preparar cada papel con la disciplina de un atleta: “Pasé de decir: ‘Oh, soy un actor en una película’ a ‘Soy un atleta de alto rendimiento’”, relató Powell a GQ. “Tom me hizo entender que cada escena es un desafío en sí mismo y que hay que estar listo para cualquier cosa”.
Otros referentes como Josh Brolin y Richard Linklater han destacado su autenticidad y compromiso. “Glen es de esos actores que no solo cumplen con el trabajo, sino que hacen mejores a quienes los rodean”, aseguró Linklater. Pero nada fue sencillo: “En Austin, incluso cuando rodaban en mi ciudad natal, muchas veces ni siquiera me llamaban para audicionar”, recordó Powell.

Una carta personal a Sylvester Stallone, tras numerosos rechazos, fue clave para obtener un papel en Los Mercenarios 3. “No tenía nada que perder, así que solo fui honesto y conté mi historia”, recordó. Esa honestidad definió su filosofía: “La autenticidad siempre acaba encontrando su espacio, aunque tarde más”.
El éxito de Anyone But You, que recaudó USD 220 millones en taquilla, lo puso en el centro de la conversación pública, junto a rumores sobre su relación con Sydney Sweeney y su expareja Gigi Paris. Respecto a la presión mediática, Powell compartió el consejo de Cruise: “Recuerda que tienes la mano en ese interruptor.Puedes subir o bajar el volumen”.
Aprendió así a equilibrar su vida profesional y privada: “La vida privada es importante, y sé cuándo mostrarme y cuándo desaparecer del radar”.

Con la vista puesta en el futuro, Powell se define como actor, guionista y embajador de la industria audiovisual de Texas. Ha impulsado incentivos para el rodaje en su estado natal y colabora en proyectos con JJ Abrams, Ron Howard y Barry Jenkins. “Simplemente lo abordo de una manera diferente: no es algo prefabricado. Es alta costura”, señaló sobre su proceso creativo.
Su meta es seguir explorando personajes que le permitan aprender y evolucionar, tanto en lo profesional como en lo personal.
La autooptimización es parte de su rutina diaria. Powell practica desde entrenamientos intensos hasta baños fríos y meditación: “Cuidar el cuerpo y la mente no es debilidad, es estar listo para lo que venga”. Esta visión atraviesa también a sus personajes, que suelen vivir procesos de transformación y redención.
Powell personifica a una generación que valora la autenticidad y profundidad en la pantalla grande. “Creo que la conexión con el público surge cuando se nota que tú mismo estás creciendo y buscando algo más”, aseguró en GQ.
Para él, la fascinación por el riesgo y la camaradería en películas como Twisters responde a una aspiración compartida: “Ser ese vaquero moderno que se atreve a lo desconocido con valentía y pasión”.