
La reciente muerte del ícono de la lucha libre Hulk Hogan, cuyo verdadero nombre era Terrence Gene Bollea, ha sacado a la luz no solo el destino de su patrimonio de casi cinco millones de dólares, sino también la compleja relación con su hija Brooke y una serie de acontecimientos privados y controversias familiares.
Documentos judiciales y declaraciones públicas han confirmado una decisión testamentaria rotunda: Hogan dejó su fortuna en exclusiva para su hijo Nick, mientras que Brooke quedó fuera del reparto por petición propia, marcando el punto culminante de un distanciamiento prolongado dentro del clan Hogan.

A la muerte de Hulk Hogan, ocurrida a los 71 años tras un infarto agudo de miocardio, el detalle central de su testamento fue la exclusión de Brooke, su hija mayor, como beneficiaria. El patrimonio, valorado en unos cinco millones de dólares, quedó en manos de Nick Hogan, el único hijo varón de la exestrella de la WWE.
La noticia salió a la luz cuando medios estadounidenses accedieron a documentos judiciales que confirmaban que solo Nick, de 35 años, figuraba como heredero y representante copersonal del patrimonio, junto al curador Terry McCoy. Brooke Hogan no solo no fue incluida, sino que, según ha explicado ella en reiteradas ocasiones, la decisión correspondió a una petición suya.
En una entrevista reciente el 11 de septiembre con TMZ, Brooke fue tajante: “Es lo que pedí y lo mantengo sin remordimientos. Mi padre sabe que soy muy trabajadora y que he sobrevivido sin su dinero durante muchísimo tiempo”.

La exclusión de la mayor de los Hogan no puede entenderse sin considerar el recorrido de su relación con Terrence Bollea. Durante la última década, Brooke y Hulk Hogan vivieron un notorio distanciamiento. Mientras años atrás compartieron pantalla en programas de telerrealidad como Hogan Knows Best y su spin-off Brooke Knows Best, su vínculo fue enfriándose progresivamente.
El alejamiento se hizo visible también en momentos clave, como la boda de Brooke con el exjugador de la NHL Steven Oleksy en 2022; Hulk declinó asistir e incluso negarse a acompañarla al altar, argumentando que “ya no hace bodas ni funerales”.
El distanciamiento se profundizó en parte por la forma en que Hogan trató a Brooke y por su involucramiento en polémicas públicas. Oleksy, esposo de la hija del ícono de la lucha libre, explicó a la revista PEOPLE que la ruptura “no tenía nada que ver con su nueva esposa. Tuvo que ver con la forma en que la trataba [a Brooke]”.

Brooke Hogan, de 37 años, forjó su propio camino después de alejarse del universo familiar y mediático centrado en su padre. Exestrella de la música pop y figura televisiva por sus apariciones en VH1, desde 2018 dirige su propia firma de diseño de interiores.
En 2022 contrajo matrimonio con Steven Oleksy y, en enero de 2025, ambos celebraron la llegada de gemelos. Estos nuevos hitos personales han coincidido con comentarios públicos donde Brooke ha subrayado su independencia económica y emocional del legado de su padre.

La distribución de los activos de Hulk Hogan se realizó tras la presentación de documentos legales que confirmaban a Nick Hogan como el único beneficiario, así como representante del patrimonio del exluchador.
Los registros judiciales obtenidos por US Weekly y TMZ indican que Nick presentó la solicitud para asumir este papel en el condado de Pinellas, Florida, y propuso a Terry McCoy como curador. Además, se detalló que el testamento de Hulk había sido actualizado en varias ocasiones—2016, 2017, 2021, 2022 y finalmente en julio de 2023—dejando establecida la exclusión de Brooke como beneficiaria, algo solicitado por ella para eludir posibles conflictos familiares.
La esposa de Hogan al momento de su fallecimiento, Sky Daily, fue mencionada como cónyuge sobreviviente pero no figura como heredera principal en los documentos conocidos.

Hulk Hogan no solo arrastró una carrera mediática y deportiva repleta de éxitos, sino también múltiples controversias. En la última década se vio envuelto en polémicas de alto perfil, entre ellas la filtración de una grabación donde profirió insultos racistas contra el exnovio de su hija, un hecho que afectó profundamente a Brooke y deterioró aún más la relación familiar.
A estos episodios, se añadieron problemas de salud graves: Hogan padecía leucemia—patología que no se había hecho pública antes de su fallecimiento—y fibrilación auricular.
Otra arista relevante de la herencia Hogan surgió días después del deceso, cuando Nick Hogan, junto al curador Terry McCoy, presentó una orden de restricción contra el locutor de radio Bubba the Love Sponge Clem en el condado de Pinellas. El objetivo era impedir el uso de imágenes del video sexual de Hulk en un documental, Video Killed The Radio Star. Según los registros, se lograron eliminar ocho segundos de metraje polémico del material final, tras concederse la orden judicial temporal.
Este caso recuerda incidentes previos: en 2012, Hogan y Clem llegaron a un acuerdo mediante el cual el locutor cedía los derechos del video sexual, grabado por cámaras de seguridad doméstica, y Hulk lo registraba en la oficina de copyright de EEUU para frenar nuevas filtraciones.
Más allá del trámite legal, Brooke ha sido clara respecto a sus razones para rechazar cualquier herencia paterna. En agosto, narró una conversación donde suplicó a los asistentes de su padre quedar fuera del testamento: “Lloraba a mares… Solo le dije: ‘Sácame de todo, no quiero ser parte de esto’”.
Sostiene, además, que su decisión surge del deseo de evitar disputas tras la muerte de su padre y no de resentimientos directos. “Es lo que pedí y lo mantengo sin remordimientos”, ratificó en sus declaraciones a TMZ.