
La voz de Emmanuel Unegbu, un hombre de 51 años que reside en Maryland, resuena con la urgencia de quien enfrenta la posibilidad de perderlo todo. Su historia, marcada por el exilio, el servicio humanitario y la búsqueda de refugio, se ha visto amenazada por una decisión administrativa que podría obligarlo a abandonar Estados Unidos, el país donde ha intentado reconstruir su vida junto a su esposa, Melody.
Ambos residentes de Maryland, se enfrentan a la inminente negación de la solicitud de green card de Emmanuel por parte del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS). La situación ha generado temor y ansiedad, no solo por el riesgo de deportación, sino por el impacto devastador que tendría en la familia que han formado.
Unegbu llegó a Estados Unidos en junio de 2019 con una visa B2, tras dejar su puesto en la Embajada de Nigeria en Libia, donde trabajó durante casi veinte años como asistente de protocolo y coordinador humanitario.

Durante ese tiempo, desempeñó un papel clave en el rescate de víctimas de trata de personas y en la coordinación de su regreso seguro a Nigeria. Estas labores lo convirtieron en objetivo de organizaciones criminales, lo que motivó su salida del país africano.
“Estoy preocupado porque temía por mi vida, razón por la cual abandoné Nigeria. Mi propio gobierno no pudo protegerme”, declaró Emmanuel Unegbu a Newsweek.
La historia de Emmanuel y Melody comenzó de manera inesperada en un 7-Eleven. El vínculo que surgió entre ambos los llevó a casarse el 25 de agosto de 2023 en una ceremonia civil en Annapolis.
Melody, de 44 años, trabaja como educadora especial en una escuela sin fines de lucro dedicada a jóvenes afectados por traumas. Ella describe a su esposo con palabras que reflejan admiración y afecto: “El tipo de hombre con el que las mujeres sólo sueñan”, afirmó al medio.
Su relación, según ambos, se ha convertido en el pilar de sus vidas. “Estoy muy preocupada por la deportación. Mi esposo es mi vida entera. No podría salir adelante sin él. Él es quien me impulsa a seguir adelante cuando siento que el peso del mundo es demasiado”, expresó Melody, evidenciando el profundo lazo que los une.
Presentaron al USCIS una amplia variedad de documentos para demostrar la legitimidad de su matrimonio: certificado de matrimonio, contrato de arrendamiento conjunto, cuentas bancarias compartidas, cartas de amigos y familiares, fotografías y documentación tribal.
Sin embargo, el proceso migratorio se ha visto obstaculizado por cuestionamientos sobre la legalidad del matrimonio anterior de Emmanuel en Nigeria. Se trató de una unión tribal Igbo, no registrada en la corte, y el USCIS concluyó que no existían pruebas suficientes de que ese matrimonio se disolvió legalmente antes de la boda en EEUU.

El USCIS emitió un Aviso de Intención de Denegar (NOID) en el que citó supuestas inconsistencias, entre ellas la afirmación de que Emmanuel se declaró casado el 15 de mayo de 2019 durante el trámite de la visa.
Melody rechaza esta versión: “Ni siquiera tuvo una entrevista para su visa mientras estuvo en el extranjero. Tiene documentación que indica que su solicitud de visa se presentó y completó antes del 25 de abril de 2019. Nunca habló con nadie en la oficina ese día ni tuvo ningún tipo de entrevista”, explicó a Newsweek.
La pareja sostiene que el divorcio tribal de Emmanuel se realizó el 1 de enero de 2017, cuando su familia visitó a sus antiguos suegros y recaudó el precio tradicional de la novia, el método habitual para finalizar un matrimonio según la tradición Igbo.
“Tanto la boda como el divorcio fueron presenciados por su familia y un anciano del pueblo, y hemos enviado cartas de varios de sus familiares y del anciano al USCIS junto con nuestra otra documentación”, detalló Melody.
Los Unegbu han señalado lo que consideran errores fácticos en el propio NOID. Melody subrayó: “Dijeron que llegó aquí el 14 de junio de 2019, cuando el sello en su pasaporte dice muy claramente que ingresó el 13 de junio de 2019, y toda su documentación de esa fecha ha sido correcta”.
La incertidumbre legal ha tenido un impacto económico considerable en la familia. La pareja ha tenido dificultades para costear representación legal y ha recurrido a la creación de una campaña en GoFundMe para recaudar fondos destinados a los gastos jurídicos. Han consultado con tres abogados: uno solicitó un anticipo de $5.000, otro no pudo asistirles fuera del marco de la ley de asilo, y el tercero los presionó para que pagaran durante la consulta inicial.
Esta situación ha añadido una carga adicional a la ya compleja batalla migratoria. Emmanuel, hijo de un pastor, actualmente trabaja como conductor de autobús en un sistema escolar público de Maryland, transportando a niños, incluidos aquellos con necesidades especiales.
Melody destaca la estima que la comunidad tiene por él: “Todos sus estudiantes lo adoran y sus padres aprecian que siempre sea puntual y tenga mucho cuidado para transportar a sus hijos de forma segura”, relató a Newsweek.
La familia que han formado es extensa y diversa. Melody tiene cinco hijos de un matrimonio anterior, mientras que Emmanuel tiene cuatro hijos que permanecen en Nigeria. La mayoría de los hijos de Melody ya son adultos, pero su hijo menor vive con la pareja en Maryland, donde Emmanuel ha asumido un papel esencial en su crianza.