La Justicia Federal de Argentina dictó una condena de dos años de prisión efectiva a cuatro hombres acusados de matar a un yaguareté, especie en peligro de extinción, en la provincia de Formosa.
El crimen se produjo en julio del año pasado, cuando los implicados, identificados como Viterman Ponce de León, Walter Hugo Ponce de León, Claudio Hugo Cisneros y Máximo Cisneros, abatieron al felino, se fotografiaron junto a su cuerpo sin vida y difundieron las imágenes en redes sociales.
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Solo quedan unos 250 yaguaretés en todo el territorio argentino. Foto:iStock
Greenpeace informó que el grupo se internó en el monte con armas y perros, buscando una vaca extraviada. Según relataron ellos mismos, al encontrar al animal muerto se cruzaron con un yaguareté cerca de los restos.
De acuerdo con su testimonio, el felino habría reaccionado de forma agresiva, atacando a los perros y provocando la muerte de dos de ellos. Ante esa situación, Claudio Cisneros efectuó el disparo que terminó con la vida del animal. Luego, los cuatro se fotografiaron sonriendo junto al cuerpo del yaguareté, lo carnearon en el lugar y consumieron su carne. Las imágenes que compartieron en redes sociales provocaron un amplio rechazo y permitieron identificar a los autores.
Las imágenes del jaguar muerto generaron fuerte rechazo en redes sociales. Foto:iStock
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Preocupación por el impacto sobre una especie amenazada
Organizaciones ambientalistas destacaron la gravedad del caso, no solo por la pérdida de un ejemplar, sino también por el mensaje que transmite la difusión de ese tipo de imágenes.
Greenpeace remarcó que el yaguareté es una de las especies más amenazadas del país, con una población estimada en alrededor de 250 ejemplares. Su presencia es considerada clave para el equilibrio de los ecosistemas en los que habita, especialmente en regiones como el Gran Chaco, donde enfrenta múltiples amenazas.
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Además de la caza ilegal, la pérdida de hábitat representa un riesgo constante. La deforestación en áreas clave para la especie ha fragmentado los territorios, reduciendo sus posibilidades de desplazamiento, reproducción y acceso a presas naturales. “La destrucción de bosques debería tipificarse como delito penal”, afirmó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Andino, al señalar que la conservación del yaguareté depende también de la protección de su entorno natural.
En ese contexto, la organización recordó que en 2019 presentó un recurso ante la Corte Suprema para solicitar que se prohíban los desmontes en zonas del Gran Chaco argentino donde se estima que sobreviven apenas unos 20 ejemplares. A pesar de iniciativas de protección y monitoreo, las acciones humanas continúan presionando a esta especie, que ocupa un lugar único dentro de la fauna regional.
La caza del felino fue reconocida por los cuatro hombres involucrados. Foto:iStock
El yaguareté, también conocido como jaguar, es el tercer felino más grande del planeta, solo superado por el tigre y el león. Los machos adultos pueden superar los 100 kilos y medir más de dos metros de largo. Su poderosa mandíbula le permite capturar presas de gran tamaño como carpinchos, tapires o yacarés.
A esto se suma su agilidad, que le permite trepar árboles, nadar con destreza y desplazarse con sigilo a través de la vegetación cerrada sin ser advertido. Estas habilidades lo convierten en un depredador fundamental para el equilibrio natural de los ecosistemas selváticos donde vive.
La Nación (Argentina) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.