
Katy Perry regresó a la Argentina tras siete años e inauguró una nueva etapa en su relación con el público local. Su paso por el Movistar Arena de Buenos Aires abarcará dos funciones, hoy martes 9 de septiembre y mañana, miércoles 10, donde presentará su gira internacional The Lifetimes Tour. La cantante norteamericana desembarcó en el país en medio de una expectativa notoria, con un concepto artístico enfocado en la interacción entre humanidad y tecnología, eje central de sus shows recientes.
La composición del recital gira en torno a seis bloques temáticos, inspirados libremente en el formato de “eras” que popularizó otra artista pop, Taylor Swift. El concepto de The Lifetimes Tour explora la estética futurista desde distintos ángulos musicales y escénicos. Perry se apoya en efectos visuales, puestas cyberpunk y una narrativa en la que enfrentó a una inteligencia artificial maligna, todo bajo una impronta sci-fi.
El show cuenta con un bloque icónico que incluye una sucesión de sencillos que marcaron la memoria colectiva: “California Gurls”, “Teenage Dream”, “Hot N’ Cold” y “I Kissed a Girl”. La dinámica de este segmento prioriza el baile, acercando mash ups y transiciones rápidas para mantener el pulso de la audiencia. La artista reservó espacios para la participación del público, especialmente en el bloque “CHOOSE YOUR OWN ADVENTURE: SMILE”, donde dos canciones fueron elegidas en vivo por la gente. El final incluye una tríada de clásicos: “Roar”, “Daisies”, y el cierre con “Firework”, en medio de efectos visuales sincronizados y una línea argumental centrada en la resiliencia ante lo tecnológico.
La portada de The Lifetimes Tour presentó a Katy Perry en una composición central que resaltó el eje futurista del proyecto. La imagen mostró a la cantante con una pose de poder, el rostro dirigido hacia arriba e iluminado, simbolizando aspiraciones elevadas y esperanza. Su cabello negro extendido lateralmente generó una apariencia etérea.
El cuerpo fusionado con un diseño abstracto, destacado por un corazón metálico en el torso, planteó una visualidad entre lo humano y lo tecnológico, apoyado por líneas translúcidas propias de narrativas cibernéticas. El fondo blanco, con destellos irradiados y formas abstractas similares alas mecánicas, contribuyó con la atmósfera luminosa y futurista.

Durante la serie de recitales Katy Perry luce un body estructurado de alto impacto visual. Modelado como una armadura vanguardista, el traje se compone de un armazón rígido rojo metálico, cubierto de pedrería brillante en gamas rojas, fucsias y púrpuras. El diseño se despliega como una explosión de formas orgánicas desde los hombros hasta la cintura.
El look incluye botas altas metálicas plateadas, que aportan contraste y acentuaron la estética de guerrera galáctica. El escote profundo y la silueta abierta acentuaron el dramatismo y la sofisticación de la pieza. El estilismo completo deja el foco sobre el body, con maquillaje de labios rojos y cabello suelto. Esta prenda busca encarnar fuerza y teatralidad en línea con la propuesta visualmente maximalista de la gira.

En una de sus primeras apariciones en Buenos Aires mostró un vestido ajustado midi con base nude rosada y estampado de rosas en tonos rojos, burdeos y amarillos. La parte superior se resolvió en un diseño halter con cuello alto y detalle en forma de rosa, para aportar un matiz delicado. El corset, con costuras visibles, realza la silueta con aires vintage y una estética suavizada por el contexto contemporáneo de la gira.
El look se completa con zapatos de satén nude, peinado con ondas suaves y maquillaje luminoso. La puesta en escena reforza la atmósfera romántica en un entorno de mármol, banco clásico y fondo pictórico, lo cual acentuó el contraste entre la referencia floral y el entorno sofisticado, muy alineado con los códigos visuales del tour.

También en esta misma aparición sorprendió a sus fans sosteniendo un cuadro de Evita Perón.
Uno de los looks más identificables de la gira se basó en un conjunto armado al estilo armadura robótica diseñada para performance. El traje, con tonos metálicos azul eléctrico, rojo cromado y plata, evocó la iconografía de superheroínas sci-fi y figuras del cómic futurista. Placas segmentadas simularon articulaciones mecánicas, con aberturas estratégicas para conservar el equilibrio entre fuerza visual y sensualidad.
Destacó un corset con transparencia central en forma de corazón, maquillaje con labios rojos vibrantes y peinado inspirado en personajes de animé. Accesorios mínimos y micro con cristales completaron el personaje escénico, una guerrera pop fusionada con el diseño tecnológico del espectáculo.

El look de la cantante está marcado por el futurismo desde hace tiempo, ya que en su participación de la ceremonia del Premio Breakthrough, Katy Perry apareció con un vestido de gala plateado, corte sirena, completamente revestido con bordados y lentejuelas que generaron un patrón ondulado casi holográfico.
El diseño reveló cut-outs laterales y escote asimétrico, en una muestra de sensualidad artística dentro de la lógica escénica. El cuello tipo choker integró el diseño en una interpretación futurista del glamour clásico.
El peinado, con ondas wet look y detalle en la frente, remitió al estilo de los años 20 y conjugó lo vintage con el acabado contemporáneo. El equilibrio entre el brillo del vestido, el maquillaje neutro y la construcción de la silueta configuró un código visual entre la nostalgia y la innovación tecnológica.

En los MTV Video Music Awards 2024 de Nueva York, Katy Perry eligió una estética inspirada en la ciencia ficción post-apocalíptica con un vestuario de corte androide.
El conjunto se compuso de un top sintético que simuló piel artificial y una falda plateada asimétrica, acompañados por botas altas tipo armadura con acabados metálicos. Brazaletes decorados con tubos y cables reforzaron la narrativa de un ser híbrido, mitad humano, mitad máquina.
En escena, la artista ejecutó saltos acrobáticos rodeada de humo escénico, luces verdes y rayos láser, en un entorno futurista que sintetizó la nueva etapa visual del álbum Post-Human Heart.

En el recorrido de Katy Perry por la estética futurista se sumó su reciente participación en la misión espacial NS‑31 de Blue Origin.
La cantante integró una tripulación compuesta por seis mujeres y vivió un vuelo suborbital donde aportó a la narrativa de empoderamiento femenino y aventura espacial. La artista utilizó productos de maquillaje de larga duración y relató que el espacio puede mantener el glamour en nuevas dimensiones.