La brecha entre la promesa de la inteligencia artificial y la realidad empresarial en Estados Unidos

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El entusiasmo de los directoresEl entusiasmo de los directores ejecutivos por la inteligencia artificial contrasta con los resultados decepcionantes de su implementación. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El entusiasmo de los directores ejecutivos por la inteligencia artificial ha alcanzado niveles inéditos, pero la realidad de su implementación dista mucho de las expectativas generadas en los altos mandos, según un artículo de Futurism. Mientras los ejecutivos de empresas en Estados Unidos apuestan por la automatización para reducir costos y satisfacer a accionistas igualmente fascinados por la IA, los resultados obtenidos hasta ahora han sido, en muchos casos, decepcionantes.

El impulso por incorporar IA en los procesos corporativos responde, en gran medida, a la presión por recortar gastos generales y optimizar la productividad. Esta tendencia ha llevado a numerosos ejecutivos a presumir de supuestos aumentos en la eficiencia, al tiempo que recortan personal humano en un contexto laboral especialmente adverso.

Incluso en áreas donde la automatización no puede sustituir completamente a los trabajadores, la IA se ha convertido en una herramienta para reducir salarios, frenar contrataciones y elevar las exigencias de producción.

No obstante, la premisa de que la IA puede reemplazar a los empleados humanos se tambalea ante la evidencia reciente. El enfoque predominante en el país, que consiste en invertir miles de millones de dólares en el desarrollo de estas tecnologías sin una estrategia clara, ha comenzado a mostrar sus limitaciones, ya que los resultados prácticos no cumplen con las expectativas.

La presión por reducir costosLa presión por reducir costos y optimizar la productividad impulsa la adopción de IA en empresas estadounidenses, pero los beneficios no se concretan.

Una entrevista reciente de Axios con Julie Sweet, directora ejecutiva de Accenture, ilustra la brecha existente entre las aspiraciones de los líderes empresariales y la realidad operativa de la IA. Sweet, quien dirige una de las principales firmas de consultoría y mantiene contacto frecuente con otros directores ejecutivos, describió el estado de ánimo actual: “Los directores ejecutivos están más que obsesionados con la IA, pero cada vez más frustrados porque el software no logra aumentar los ingresos”, declaró Sweet a Axios.

Añadió que “la IA, a nivel empresarial, es difícil. Hablo con directores ejecutivos casi todos los días. Su frustración se centra principalmente en cómo pueden mover a sus organizaciones con la suficiente rapidez”. Según Sweet, los líderes reconocen que el desafío no radica tanto en la tecnología, sino en la disposición a transformar de manera profunda tanto el trabajo como la fuerza laboral.

La frustración de los ejecutivos encuentra fundamento en los datos más recientes. Investigaciones han revelado que el 95 % de las empresas que intentan integrar la IA en sus operaciones no han logrado generar ingresos adicionales. Este dato, destacado en el artículo de Futurism, pone en entredicho la viabilidad de los ambiciosos planes de automatización.

Además de la falta de beneficios económicos, los intentos fallidos de implementar IA han acarreado consecuencias graves. Se han registrado casos en los que programas de IA han eliminado bases de datos propietarias, facilitado brechas de seguridad devastadoras y sumido a las empresas en costosos litigios. El impacto no se limita al ámbito financiero: algunas compañías, como Klarna y el Commonwealth Bank of Australia, se han visto obligadas a revertir sus estrategias de automatización tras comprobar que la IA no puede sustituir eficazmente al trabajo humano.

En última instancia, la conveniencia de apostar por la IA parece depender del lugar que cada persona ocupa en la jerarquía corporativa.

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