
Una gata gris llamada Sophie ingresó este viernes a los jardines de la Casa Blanca, donde fue encontrada por periodistas que cubrían la jornada informativa. El animal, que portaba un collar con una placa de identificación, se desplazaba tranquilamente por el North Lawn, la explanada norte del complejo presidencial, cuando fue avistada por miembros de la prensa.
Tras deambular entre las áreas verdes, la gata fue recogida por los reporteros, quienes decidieron trasladarla al área de prensa para garantizar su seguridad. Desde allí, contactaron a la propietaria, quien posteriormente acudió al lugar para recogerla. El episodio no generó interrupciones ni afectó las actividades programadas en la Casa Blanca.
Según Associated Press, el felino fue recibido por los periodistas con curiosidad y cuidado. Sophie fue llevada al interior de la sala de prensa, donde permaneció bajo vigilancia mientras se identificaba a su dueña. Imágenes compartidas en redes sociales por reporteros acreditados mostraron a la gata descansando en una esquina de la sala, visiblemente tranquila pese al entorno inusual.

De acuerdo con ABC News, Sophie no es una gata doméstica común. Vive habitualmente en el barrio de Foggy Bottom, al oeste del centro de la ciudad, y forma parte del programa denominado “blue collar cats”, una iniciativa local que aprovecha la presencia de gatos callejeros esterilizados para el control del problema de ratas en distintas zonas urbanas de Washington D. C.

Este programa, promovido por organizaciones comunitarias de bienestar animal, tiene como objetivo dar un nuevo propósito a los gatos callejeros que no pueden ser adoptados fácilmente como mascotas. Los animales son capturados, esterilizados, vacunados y luego asignados a ubicaciones estratégicas donde su sola presencia actúa como disuasorio natural para las plagas urbanas.
Los animales del programa llevan collares con etiquetas identificativas y son monitoreados por residentes o negocios locales, que se encargan de brindarles alimento, agua y refugio. Sophie, como parte de este sistema, reside en un área cercana a la zona gubernamental, aunque no está claro cómo logró llegar hasta el recinto presidencial.

Aunque los jardines de la Casa Blanca han sido escenario de apariciones inesperadas de animales en otras ocasiones, el ingreso de Sophie generó sorpresa entre los asistentes debido a las estrictas medidas de seguridad que rodean el lugar. El complejo es patrullado constantemente por el Servicio Secreto y cuenta con controles de acceso tanto para personal como para vehículos y peatones.

No se ha especificado por dónde accedió la gata al interior del perímetro, aunque es probable que lo haya hecho por alguna de las entradas vehiculares o a través de espacios en las rejas perimetrales, lo cual ha sucedido antes con animales pequeños. En este caso, el ingreso no fue considerado una amenaza y fue manejado sin necesidad de intervención oficial.
Según Associated Press, una vez que Sophie fue trasladada a la sala de prensa, los periodistas presentes se encargaron de brindarle cuidado temporal. Allí permaneció por un tiempo breve, mientras se localizaba a su propietaria mediante la información en su placa. No se han divulgado datos personales de la dueña, aunque se confirmó que acudió rápidamente a recoger a la gata tras ser notificada.

El inusual visitante generó reacciones tanto dentro como fuera del complejo. Varios reporteros compartieron imágenes y descripciones del momento en redes sociales, donde el caso tuvo rápida difusión. El tono general de los mensajes fue de simpatía, y algunos incluso lo vincularon, en tono humorístico, a la dinámica política habitual del recinto.
En su cobertura del suceso, ABC News tituló su nota con un juego de palabras que alude a la seguridad presidencial: “Someone call the Secret Purr-vice”, en alusión al Servicio Secreto, responsable de la protección de la Casa Blanca. La publicación también aclaró que Sophie “no tenía aspiraciones paw-líticas”, otra referencia humorística que contextualiza el tono ligero con el que se trató la noticia.
El episodio concluyó sin consecuencias operativas. Sophie fue devuelta a su entorno habitual en Foggy Bottom, y no se reportaron incidentes derivados de su paso por la sede presidencial. El caso, más allá de su anécdota, permitió visibilizar el funcionamiento del programa “blue collar cats” y la convivencia entre iniciativas comunitarias de control de fauna y las áreas institucionales de la ciudad.