La dictadura de Maduro dijo que un buque militar de EEUU interceptó una embarcación venezolana en el mar Caribe

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Yvan Gil, canciller de laYvan Gil, canciller de la dictadura venezolana, fue el encargado de informar el presunto incidente en el mar Caribe (Photo by Federico PARRA / AFP)

La dictadura de Nicolás Maduro dijo este sábado que un destructor de la Marina de Estados Unidos abordó y retuvo durante ocho horas una embarcación pesquera venezolana con nueve tripulantes en aguas que Caracas considera parte de su Zona Económica Exclusiva. El incidente, ocurrido cerca de la Isla de La Blanquilla, se produce en medio de una escalada de tensiones militares y políticas entre Venezuela y Estados Unidos, con Washington incrementando su presencia militar en el Caribe para combatir el narcotráfico.

De acuerdo con la versión oficial del régimen chavista, el abordaje se produjo el viernes, cuando el destructor estadounidense Jason Dunham (matrícula DDG-109), equipado con misiles y armas de guerra, interceptó una pequeña embarcación atunera que navegaba a 48 millas náuticas (88 kilómetros) de la Isla de La Blanquilla. El canciller Yván Gil, en un comunicado transmitido por la televisión estatal, dijo que dieciocho efectivos armados de la Marina estadounidense ocuparon el barco, impidieron la comunicación de los pescadores y obstaculizaron sus labores autorizadas de pesca.

Una vista desde un dronUna vista desde un dron muestra al destructor lanzamisiles guiados USS Jason Dunham (DDG-109) de la Armada de los Estados Unidos mientras atraca en Ponce, Puerto Rico (REUTERS/Ricardo Arduengo)

La dictadura venezolana calificó a los tripulantes como “humildes pescadores atuneros” y aseguró que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana monitoreó el incidente en todo momento, acompañando a los pescadores hasta su liberación.

El Ejecutivo venezolano interpretó el suceso como una muestra de “conducta bochornosa” por parte de sectores políticos en Washington, a quienes acusa de comprometer recursos militares y soldados para “fabricar pretextos de aventuras bélicas”. En el comunicado leído por Gil, el régimen exigió a Estados Unidos el cese inmediato de estas acciones, advirtiendo que ponen en riesgo la seguridad y la paz del Caribe. Además, instó a la sociedad estadounidense a reconocer la gravedad de estas maniobras y a rechazar el uso de sus soldados “como piezas de sacrificio para sostener los deseos de una élite codiciosa y depredadora”.

Por el momento, el gobierno de Donald Trump no se pronunció al respecto.

Estados Unidos mantiene cerca de las costas venezolanas ocho barcos militares equipados con misiles y un submarino de propulsión nuclear, además de haber enviado diez aviones de combate F-35 a una base aérea en Puerto Rico. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, supervisó personalmente a miles de militares estadounidenses desplegados en la isla, en una operación que Washington justifica como parte de su estrategia contra el narcotráfico proveniente de Venezuela.

La gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, expresó su respaldo a la política de seguridad estadounidense. González agradeció al presidente Donald Trump el reconocimiento de la importancia estratégica de Puerto Rico para la seguridad nacional y la lucha contra los cárteles de droga y el “narco-dictador Nicolás Maduro”. En la red social X, la mandataria destacó que la presencia militar estadounidense “garantiza la seguridad de nuestras fronteras y combate las actividades ilícitas para proteger a los ciudadanos americanos y a nuestra nación”.

En el marco de su visita a la isla, Hegseth declaró en una entrevista con Fox News que la fuerza estadounidense está preparada para “destruir a los narcoterroristas que están enviando drogas a Estados Unidos”. El funcionario norteamericano subrayó que el despliegue militar cerca de las costas venezolanas no constituye un ejercicio de entrenamiento, sino una operación real, y reiteró que “Maduro tiene muchas decisiones que tomar” ante la magnitud de la operación. El jefe del Pentágono también afirmó que Estados Unidos considera desde hace tiempo que el dictador venezolano está involucrado en actividades de narcotráfico, recordando la recompensa de USD 50 millones ofrecida por información que conduzca a la captura de Maduro.

En paralelo, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reafirmó la postura del Gobierno estadounidense de considerar ilegítimo al régimen de Nicolás Maduro. Durante una rueda de prensa en Washington, Leavitt sostuvo que “resulta inaceptable para este presidente y su equipo permitir el tráfico de drogas ilegales y letales hacia Estados Unidos”. La funcionaria también se refirió a un reciente ataque de fuerzas estadounidenses contra una lancha procedente de Venezuela con presuntos miembros del grupo criminal Tren de Aragua, señalando que la cantidad de droga incautada en esa operación “podría haber causado la muerte de miles de estadounidenses”. Según Leavitt, estas acciones envían un mensaje claro a los narcotraficantes de que el Gobierno de Donald Trump no tolerará el ingreso de drogas al país.

EEUU acusa al dictador MaduroEEUU acusa al dictador Maduro de liderar el cartel de los Soles (Palacio de Miraflores/entrega vía Reuters)

El trasfondo de este despliegue militar incluye acusaciones de Washington contra Maduro, a quien señala como líder del denominado Cartel de los Soles, una organización que Estados Unidos vincula al narcotráfico y al terrorismo. Estas acusaciones han motivado la movilización de recursos militares en la región y el aumento de la recompensa por la captura del mandatario venezolano. Por su parte, el Gobierno de Maduro denuncia una campaña de manipulación mediática impulsada por Estados Unidos y rechaza la legitimidad de las acciones estadounidenses en el Caribe.

Según el Pentágono, la operación en el Caribe sur involucra más de 15 buques de guerra, una decena de aeronaves y alrededor de 7.000 efectivos, lo que representa una de las mayores movilizaciones navales estadounidenses en la región desde los años ochenta.

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