
La guitarra Kramer que acompañó a Eddie Van Halen durante las giras de 1982 y 1983 será subastada el 28 de octubre en la sede de Sotheby’s en Nueva York.
Con una estimación de venta que oscila entre USD 2 millones y USD 3 millones, según informó EFE, se estima que este instrumento se sume a otros que marcaron cifras millonarias.
El instrumento, famoso por su diseño en rojo, blanco y negro y vinculado al heavy metal, se ha transformado en un objeto de culto para coleccionistas y admiradores del rock, gracias a su historia y su vínculo con uno de los guitarristas más influyentes del género.
La subasta pondrá en primer plano la guitarra estrenada por Van Halen en 1982, utilizada en conciertos en Filadelfia, Caracas, Buenos Aires y São Paulo. Tras esas giras, Eddie Van Halen la entregó a Robin ‘Rudy’ Leiren, su amigo y técnico de sonido, quien la vendió a Mick Mars, guitarrista de Mötley Crüe. En manos de Mars, la Kramer fue empleada para grabar el álbum ‘Doctor Feelgood’ en 1989, aportándole una dimensión singular a la trayectoria del instrumento.

Si la guitarra alcanza el precio estimado, se unirá a otras guitarras legendarias que hicieron historia en el mercado de subastas. Destacan la Martin D-18E de Kurt Cobain, subastada en USD 6,1 millones en 2020; la Fender Mustang del mismo artista, que llegó a USD 4,5 millones en 2022; y la Black Fender Stratocaster de David Gilmour, vendida por USD 3,97 millones en 2019.
La subasta de octubre incluirá también otros objetos relevantes: la partitura original de ‘Subterranean Homesick Blues’ de Bob Dylan, la portada original del álbum ‘It’s Only Rock and Roll’ de los Rolling Stones y timbales utilizados por The Beatles en grabaciones de 1962 y 1963.
Nacido en Ámsterdam, Van Halen fue hijo de un músico profesional. Cuando la familia emigró a Estados Unidos en 1962, la música se volvió el eje de su adaptación. Eddie aprendió piano de niño, pasó a la batería y finalmente eligió la guitarra, compartiendo los escenarios iniciales con su padre y su hermano Alex.

A principios de los años 70, Eddie y Alex fundaron Van Halen en Los Ángeles junto a David Lee Roth como cantante y Michael Anthony en el bajo. Su álbum debut homónimo, lanzado en 1978, alcanzó el puesto 19 en Billboard, cifrando uno de los debuts más exitosos del momento.
El grupo se consolidó rápidamente y logró protagonizar el mercado musical estadounidense a finales de los 70 y 80. Su sencillo “Jump”, del álbum 1984, llevó a la banda al número uno en las listas de Estados Unidos y se transformó en un auténtico emblema del rock.
Su virtuosismo en la guitarra y la innovación técnica de Eddie Van Halen recibieron el reconocimiento de colegas y críticos de la industria. La banda ingresó al Salón de la Fama del Rock and Roll en 2007, distinguiéndose por canciones que marcaron a generaciones enteras.
Eddie Van Halen murió el 6 de octubre de 2020, a los 65 años, a causa de un cáncer de garganta. El guitarrista falleció en el Hospital St. Johns en Santa Mónica, acompañado de su familia.
Durante el último año, Van Halen alternó estancias hospitalarias y nuevos tratamientos de quimioterapia sin dejar de tocar ni ensayar con su hijo Wolfgang, quien se hizo cargo del bajo en el grupo a partir de 2006.
Wolfgang Van Halen le dedicó emotivas palabras en redes sociales: “Cada momento que compartí contigo dentro y fuera del escenario fue un tesoro. Mi corazón está roto y no creo que nunca me recupere por completo de esta pérdida. Te quiero mucho, papá”.
La noticia del fallecimiento, difundida primero por el sitio TMZ, fue seguida por homenajes globales desde diferentes ámbitos, incluido el del líder de Kiss, Gene Simmons, y Flea, bajista de Red Hot Chili Peppers, quienes destacaron su talento y calidad humana.
El legado de Eddie Van Halen traspasa generaciones. Su paso por América Latina, especialmente la actuación en Buenos Aires en 1983, reside en la memoria colectiva de quienes presenciaron aquel concierto, donde clásicos y versiones emblemáticas retumbaron en el estadio Obras sin radares, ni comunicación por radio.