
Mel Robbins, autora y oradora motivacional, compartió recientemente seis lecciones de vida que surgieron de una experiencia que la sacó por completo de su rutina profesional. Según relató en su podcast, estos aprendizajes no provienen del éxito o la planificación perfecta, sino de enfrentar desafíos reales, como el miedo escénico, errores técnicos y el agotamiento emocional.
El proceso tuvo lugar durante un proyecto personal de gran escala que la expuso a situaciones desconocidas, junto a su equipo de trabajo y su familia. La presión de liderar un espectáculo propio, las exigencias técnicas y la vulnerabilidad en público marcaron un punto de inflexión.

A partir de esa vivencia, Robbins extrajo principios que, según afirma, pueden aplicarse a cualquier área de la vida, desde lo profesional hasta lo íntimo.
A través de esta vivencia, que incluyó la colaboración de su familia y su equipo de trabajo, Robbins desarrolló una perspectiva renovada sobre el crecimiento personal. Las lecciones, aplicables a múltiples contextos, giran en torno a la acción, la adaptabilidad y la confianza en uno mismo.
Para Robbins, el primer paso es atreverse a ir más allá de lo cómodo. “¿Y si lo hicieras a lo grande?”, propone. El crecimiento, según explica, no ocurre en la comodidad, sino en el momento en que se acepta un reto que supera las capacidades conocidas. Asumir un desafío sin garantías permite activar recursos internos que permanecen ocultos cuando no se arriesga.
Frente a la presión y la exigencia, la autora descubrió que introducir elementos de disfrute genera una diferencia tangible en el desempeño y el clima del entorno. “Tienes que traer la diversión. Si tienes miedo, trae la diversión”, aconseja. Para Robbins, la diversión no es opuesta a la seriedad del compromiso, sino una herramienta que aligera el peso de la expectativa y favorece la conexión con los demás.

Otra de las ideas centrales es visualizar el resultado deseado antes de iniciar cualquier proceso. En lugar de enfocarse únicamente en objetivos externos como el reconocimiento o la popularidad, Robbins se centró en la intención emocional: quería sentirse orgullosa del impacto generado. Este enfoque permite redefinir el éxito y orientar las decisiones hacia lo que realmente importa.
Robbins aprendió que incluso con la mejor preparación, los errores son inevitables. Desde fallas técnicas hasta momentos de vulnerabilidad personal, todo formó parte del camino. La clave, sostiene, no está en evitar los contratiempos, sino en construir la capacidad de seguir adelante pese a ellos. “Las cosas saldrán mal y tú estarás bien”, afirma.

Esta reflexión provino de su hija Sawyer Robbins, quien participó activamente en el proyecto familiar. Para ella, el miedo no es una señal de debilidad, sino un indicador de compromiso. Robbins coincide: el temor a fallar demuestra que algo tiene valor. Reconocerlo como parte del proceso permite canalizar esa energía en acciones significativas.
La sexta lección también fue inspirada por Sawyer, quien se enfrentó a múltiples situaciones que sentía fuera de su alcance. Al superarlas, descubrió una fuente de confianza nueva. “Hazlo porque crees que no puedes”, resume Mel Robbins, al destacar que la única forma de desactivar la voz interna que limita es demostrarle lo contrario mediante la acción.
A través de estas enseñanzas, Mel Robbins plantea que el miedo, los errores y la incomodidad no son obstáculos que se deben evitar, sino señales de que se está avanzando hacia una versión más plena de uno mismo. Su experiencia, compartida en su podcast y vivida junto a su equipo y familia, reafirma que lo transformador no siempre es lo planeado, sino lo enfrentado con coraje.

Actualmente, la autora se encuentra trabajando en nuevos proyectos y ha invitado a su comunidad a participar activamente en lo que vendrá, manteniendo como eje el compromiso con el crecimiento personal y la autenticidad.