
Kayla Jade compartió esta semana una estremecedora experiencia que casi le cuesta la vida: una cirugía estética de bajo costo en Turquía que terminó en un procedimiento traumático, múltiples complicaciones médicas y un largo proceso de recuperación.
De acuerdo con la estrella de OnlyFans, todo comenzó con una promesa tentadora: un lifting de glúteos brasileño (BBL) a una fracción del costo habitual en Australia.
“No tenía mucho dinero en ese momento. Había escuchado de muchas personas que se operaban en Turquía y que eran muy buenos. Me pareció perfecto”, relató en una entrevista con News.com.au.

Por si fuera poco, en un capítulo de su podcast titulado Storytime, la modelo australiana aseveró que siempre soñó con corregir lo que llamaba “hundimientos en la cadera”, por lo que decidió embarcarse sola hacia Turquía confiando en reseñas prometedoras y la popularidad de estos centros entre influencers.
“Hice mi investigación y parecía todo muy profesional”, recordó. Pero la realidad fue otra.
Ya en Turquía, los primeros signos de alarma no tardaron en aparecer. El médico que debía realizar la operación ni siquiera se presentó a tiempo.
“Estuve esperando en el hospital como una hora y nadie sabía dónde estaba el doctor. Resultó que estaba trabajando en su clínica privada y me hicieron ir allá para la consulta preoperatoria”, contó.

Durante esa consulta, recibió una advertencia desalentadora. “Lo primero que me dijo fue: ‘No tienes suficiente grasa, no vas a obtener el resultado que quieres’”, recordó.
Y añadió: “Siento que, no sé, lo decía para que no me hiciera ilusiones o que simplemente iba a hacer un trabajo mediocre, así que me estaba poniendo el listón bajo.”
A pesar de sus dudas, la creadora de contenido decidió seguir adelante con la cirugía al día siguiente. Sin embargo, Kayla Jade contó que lo que vivió en el quirófano fue su peor pesadilla, ya que estuvo parcialmente consciente durante el procedimiento.
“Literalmente podía sentir todo. Te insertan unas varillas metálicas para succionar la grasa… sentí todo eso, una sensación de ardor insoportable. Estaba paralizada pero consciente. Fue lo más traumático que he vivido”, declaró.

Pero, el horror no terminó en la sala de operaciones. Al despertar en la zona de recuperación, Kayla Jade comenzó a vomitar sangre, tenía temblores incontrolables, escalofríos, y gritaba de dolor.
“Mi cuerpo estaba en estado de shock, pensé que iba a morir”, declaró.
A pesar de su grave estado, fue dada de alta al día siguiente sin explicaciones médicas claras. Permaneció en un hotel en Turquía hasta que logró volar de regreso a Australia.
“Me había hinchado como un globo. Parecía que habían sacado trozos de grasa al azar y dejado el resto. Fue grotesco”, dijo.
Para empeorar la situación, el injerto de grasa no se mantuvo, ya que “desapareció en unos meses”. Un año después, decidió someterse a una cirugía correctiva con un especialista en su país natal.

“Él no podía creer que me hubieran hecho sentar directamente después de la operación. Se supone que debes estar boca abajo y evitar toda presión sobre el glúteo”, indicó.
Afortunadamente, esa segunda intervención fue exitosa. “Obtuve resultados increíbles, pero me costó un trauma físico y emocional inmenso. Me entristece haber querido tanto cambiar mi cuerpo”, reconoció.